Nuevas agresiones sexistas muestran las dificultades que sufren las periodistas

Una videoperiodista trabajando en Módena, Italia. / Roberto Ferrari
Una videoperiodista trabajando en Módena, Italia. / Roberto Ferrari

Según el Colegio de Periodistas de Galicia, estas agresiones son consecuencia de las desigualdades de género y la ideología patriarcal imperante en la sociedad, incompatible con el libre ejercicio de la profesión periodística.

Nuevas agresiones sexistas muestran las dificultades que sufren las periodistas

Los ataques sexistas sufridos en los últimos días por dos trabajadoras de televisión en los carnavales de Lantz (Navarra) y Colonia (Alemania) vuelven a poner el foco sobre una violencia que sufre buena parte de las mujeres periodistas. Según el Colegio de Periodistas de Galicia, estas agresiones son consecuencia de las desigualdades de género y la ideología patriarcal imperante en la sociedad, incompatible con el libre ejercicio de la profesión periodística.

La EiTB denunciaba este lunes el ataque sexista sufrido por una de sus trabajadoras en el carnaval de Lantz (Navarra). La propia operadora de cámara, de la empresa Fase 3, que cubría para el canal público vasca el evento, relataba en una nota en Facebook la agresión por parte de tres individuos completamente tapados. Apenas tres días antes, el viernes, Esmeralda Labye, reportera belga de Haberler, se veía en una situación similar en el carnaval de Colonia, en Alemania. 

Lejos de ser casos aislados, estas dos noticias son una muestra de la dura realidad a la que se tienen que enfrentar las trabajadoras de los medios. Según el informe Global Report on the Status of Women in the News Media, publicado por la International Women's Media Foundation en el 2014, casi la mitad de las mujeres periodistas se enfrentaron al acoso sexual, y más de una quinta parte, a la violencia física.

Esta realidad, que a las más de las veces se silencia y muy pocas se denuncia, es consecuencia del sistema patriarcal imperante en la sociedad. Según el Colegio de Periodistas de Galicia, los medios y el conjunto de las y de los profesionales de la comunicación tienen "el deber de luchar contra esta desigualdad, mejorando la visibilidad de las mujeres, eliminando los estereotipos de género, utilizando un lenguaje inclusivo y promoviendo la igualdad en las estructuras de los propios medios". Y, por supuesto, "condenando sin paliativos cualquier tipo de agresión sexista. Porque el libre ejercicio del periodismo sólo puede existir en una sociedad no sexista".

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