Noruega empieza a deshacerse de los vehículos tradicionales por eléctricos

Erna Solberg (centro) jefa de Gobierno de Noruega. / Twitter.
Erna Solberg (centro) jefa de Gobierno de Noruega. / Twitter.

El Gobierno del país escandinavo ofrece jugosas ventajas tributarias y de precios para quienes compren coches de marcas como Tesla y empiezan a prepararse así para el siglo XXII.

Noruega empieza a deshacerse de los vehículos tradicionales por eléctricos

Separar la Iglesia del Estado, apagar para siempre las emisoras de radio en FM para transmitir por completo en digital y deshacerse de los vehículos de combustible fósil a partir de 2025. Así describe la periodista Belén Domínguez Cebrián los propósitos de Noruega para este 2017. Oslo se encuentra en pleno proceso de transformación con la primera ministra Erna Solberg a la cabeza de este proyecto que convertirá al escandinavo en un auténtico país digno del siglo XXII, el entrante.

Las calles de Noruega se encuentran en un silencio que para otras grandes ciudades es desconocido. Solberg se ha trazado la misión de terminar definitivamente con la compraventa de coches diésel y gasolina dentro de ocho años y promover así la compra y el uso de los vehículos de esta generación, es decir, eléctricos e híbridos. Y lo cierto es que el plan, aunque parezca más que ambicioso para muchos, para el equipo de Solberg es más que realista, como presume Vidar Helsegen, titular del Ministerio de Medio Ambiente a El País. Al momento, agrega Christina Bu, jefa de la asociación nacional de coches eléctricos, uno de cada tres autos cuenta con un interruptor.

El petróleo es uno de los núcleos de la economía noruega, al punto que representa nada menos que el 40% de su PIB, por lo que sus arcas públicas sufrieron la crisis que este sector vivió entre 2014 y 2016, cuando los precios del crudo se fueron en caída libre. Pero varios expertos en la materia aseguran que Noruega no puede darse el lujo de ser tan dependiente del oro negro, algo en lo que cayeron en cuenta tras la crisis mencionada y debieron dar un giro en su mentalidad, en palabras de la misma Solberg recogiadas por Domínguez.

Y ese giro queda claro en las calles de la capital, Oslo (en la que viven apenas 610.000 de los cinco millones de habitantes del país), en el que los autos se desplazan gracias a sus baterías, liberando el ambiente del molesto ruido de los escapes. Los conductores pueden recargar sus coches en cargadores dispuestos en el centro de la ciudad para tal efecto. Estos vehículos coparon el 30% del mercado el año pasado. 

De acuerdo a Bu, Noruega se convertirá en el primer país en entrar a la era postpetróleo, gracias también en parte a los acuerdos de París, firmados en 2015 y en el que se comprometieron a reducir las emisiones en un 40% para 2030, describe Domínguez. Pero los noruegos tienen otro aliciente para comprar este tipo de coches: su adquisición les exonera del 25% del IVA en el impuesto de matriculación, pago de peajes y aparcamiento. Eso explica cómo fue que el año pasado se vendieron hasta 100.000 unidades de este tipo de carros. Los beneficios son incuestionables y así es difícil que los productores tradicionales encuentren un aliciente lo suficientemente digno de discutir esta nueva tendencia.

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