Cómo una normativa puede mejorar la conducta en clase

Alumnos en una clase. / Pixabay
Alumnos en una clase. / Pixabay

Una clase caótica en la que los alumnos no hacen caso y se comportan de forma inadecuada es la gran pesadilla de cualquier profesor.

Cómo una normativa puede mejorar la conducta en clase

Una clase caótica en la que los alumnos no hacen caso y se comportan de forma inadecuada es la gran pesadilla de cualquier profesor. Para poder impartir de forma completa una lección y transmitir tus conocimientos correctamente, primero debes tener la clase bajo control y conseguir que los alumnos estén propensos a atenderte. Para ello, es recomendable proponer una serie de normas en clase que ayuden a organizar el proceso de aprendizaje, estructuren las lecciones y establezcan un código de conducta para los alumnos. El objetivo de este método es que los alumnos se comporten mejor y, consecuentemente, mejorar el ritmo y el ambiente de clase en la asignatura que impartas.  Para poder aplicar las normas de forma efectiva y conseguir que los estudiantes las respeten, desde la plataforma de GoConqr recomiendan que sigas los siguientes puntos:

1. Abierto a sugerencias

El hecho de que vayas a implementar una normativa en clase no quiere decir que debas tener una actitud represiva y autoritaria, sino todo lo contrario. Esta actividad es una oportunidad para incentivar a los alumnos a que aporten su punto de vista y den sugerencias sobre cuáles creen que son las reglas que deberían aplicarse. Si se decide la normativa entre toda la clase, es más probable que los alumnos la encuentren justa e intenten cumplirla. Por el otro lado, si tú presentas una lista de normas cerrada y sin margen de cambios, los alumnos pueden sublevarse y llevarte la contraria. Por lo tanto, puedes utilizar grupos de estudio online para que los alumnos tengan un espacio en la red en el que publicar sus propuestas y debatir entre ellos. Obviamente, cómo profesor debes ejercer de moderador; proponer opciones, eliminar los comentarios inapropiados e ir seleccionando aquellas propuestas que consideras más interesantes.

2. Ser transparente y dar ejemplo

La clave de este método es que los alumnos conozcan a la perfección cuáles son las normas que se implementarán en clase. Es decir, no puedes improvisar e ir estableciendo reglas sobre la marcha, ya que tendrá un efecto contraproducente en la conducta de los estudiantes; si un alumno recibe un castigo por una norma inexistente, probablemente su actitud empeore exponencialmente en los días venideros. Por lo tanto, debes ser muy cuidadoso a la hora de seleccionar las normativas definitivas y escribirlas en un lugar de la clase que sea visible para todos. De este modo, los estudiantes no tendrán excusas para saltárselas y tú podrás aplicarlas de forma rigurosa y sin concesiones. Los primeros días en los que apliques las nuevas normas es conveniente que dediques un tiempo a explicarlas con detenimiento, dando ejemplos prácticos y desarrollando situaciones hipotéticas para que no quede ninguna duda entre el alumnado.

3. Poner límites y ser consistente

Como pronuncia el dicho, en muchas ocasiones “menos es más”. Es decir, no por poner más normas conseguirás una mejor conducta de los alumnos. Si aplicas un número excesivo de reglas puedes acabar provocando el efecto contrario; crear un ambiente demasiado opresivo y severo en el que los estudiantes no se encontrarían cómodos. Es recomendable poner alrededor de cinco normas bien definidas y ser consistente a la hora de aplicarlas. Es decir, esforzarse por no hacer excepciones con ningún alumno y dar ejemplo practicándolas tú mismo. Si no eres constante y, por ejemplo, un día haces la vista gorda al incumplimiento de una regla, el resto de estudiantes tendrán ya la excusa perfecta para no seguir tu propuesta y recriminarte cuando los castigues.

Si sigues estos consejos y consigues implementar una normativa justa y equilibrada, el ambiente de clase será más cooperativa y disciplinado. Debes tener en cuenta que puedes necesitar una semana o dos para que los alumnos se acostumbren a la nueva dinámica, pero debes ser paciente y resolver todas las dudas a los estudiantes para que, a medio plazo, todos sepan cuál es el código de conducta a seguir.

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