Una madre tucumana, utilizando un bisturí, cortó el cuello de sus dos hijos

Nadia Fucilieri asesinó a sus pequeños hijos Marcelino (4) y Pía del Rosario (2) aplicándoles cortes con un bisturí mientras dormían
Nadia Fucilieri asesinó a sus pequeños hijos Marcelino (4) y Pía del Rosario (2) aplicándoles cortes con un bisturí mientras dormían.

Nadia Fucilieri, por nueve meses, realizó impedimento de contacto contra el padre de sus hijos por "miedo a que él terminara fugándose con ellos". Finalmente, ella los mató por venganza.

Una madre tucumana, utilizando un bisturí, cortó el cuello de sus dos hijos

Durante el mes de octubre, en la provincia de Tucumán se produjo un hecho de violencia que sacudió a toda la Argentina, en el que una madre, Nadia Fucilieri -de 29 años-, asesinó a sus hijos Marcelino (4) y Pía del Rosario (2) aplicándoles cortes con un bisturí mientras dormían. El descubrimiento fue realizado por su prima quien, como todas las mañanas, pasó a buscar al varoncito para llevarlo al jardín de infantes "tras tocar el timbre unas cuantas veces y no ser atendida me asomé por una de las ventanas y vi una gran mancha de sangre en la cama", por lo que comenzó a pegarle patadas a la puerta hasta que fue abierta por Nadia, a quien le pudo observar un par de cortes leves en las muñecas; “¡¡Andá a la habitación a ver a los chicos!!”, le dijo.

Al realizarse una retrospección de la historia se comienza a descubrir que este final tenía como ejes principales una disputa matrimonial, que llevaba meses sin ser resuelta, y lógicamente había un desequilibrio emocional en la mujer que los encargados de impartir justicia no pudieron, o no quisieron, detectar.

El final, anunciado, incluía hechos de falsas denuncias de violencia y de impedimento de contacto de Fucilieri hacia su ex esposo, Aldo Martínez, todo con el fin de arruinarle la vida. Este, no podía establecer una relación armoniosa con sus hijos desde enero, y luchaba día a día por poder recuperar a sus niños, a pesar de pagar una importante cuota de dinero; aquí vale hacer una aclaración y es que el contacto lo logró, pero fue para meterlos dentro de un cajón; todo por la desidia de una justicia que sigue otorgando a la mujer la custodia total de los menores, quizás basada en el adoctrinamiento que hemos recibido desde niños "¡¡mamá, siempre, es lo mejor que nos pudo pasar!!" y/o porque se da por sentado que es un ser carente de violencia (como si la mujer no fuera un ser humano, con virtudes y defectos).

También hay que subrayar que la asesina, como sentencia funesta, escribió en una carta dedicada a su ex en donde decía “Hijo de puta, ahora vas a sentir culpa… Vas a pagar por cada gota de sangre de tus hijos“.

Fucilieri tenía constantes ataques de ira que incluían, en cada discusión, intentos de golpes hacia Aldo; fue siempre una mujer de gritar y de sofocarse por cualquier cosa.

Nadia Fucilieri con sus dos hijos.

Fucilieri tenía constantes ataques de ira que incluían, en cada discusión, intentos de golpes hacia Aldo; fue siempre una mujer de gritar y de sofocarse por cualquier cosa.

Las investigaciones preliminares arrojaron que Marcelino murió en el acto tras recibir dos heridas muy profundas en su cuello, mientras que Pía del Rosario tenía heridas en los brazos y en las piernas, indicando otro costo.

El conflicto comenzó a tomar forma a finales de 2016 cuando Fucilieri denunció a Martínez por violencia de género, después de que él le arrojara un vaso de gaseosa en medio de una discusión; allí y como es de esperar, la Justicia tucumana estableció una perimetral al hombre para con la joven, pero no así con los chicos, cosa que Fucilieri no cumplía porque permanentemente le impidió a Martínez cualquier contacto con los hijos "por miedo a que él terminara fugándose con ellos".

Según lo descripto por Silvia Furque, la abogada de Martínez, “Ella no trabajaba desde hace años y tenía constantes ataques de ira que incluían, en cada discusión, intentos de golpes hacia Aldo; fue siempre una mujer de gritar y de sofocarse por cualquier cosa. No aguantaba que se acerquen a él, ni varones ni mujeres; incluso si trabajaba mucho, le hacía problemas. Ella le dijo en febrero 'a los niños no los vas a ver nunca más'. Tiene el título de enfermera pero nunca trabajó. Él pagaba hasta el día de hoy el 100% del alquiler donde ella vivía y le pasaba todo el dinero para la alimentación y mantenimiento de los tres. Les daba un total de 14 mil pesos por mes”.

A esta miserable foto hay que sumarle una gran paradoja, y fue que menos de 24 horas antes del ataque, Fucilieri fue entrevistada por un psicólogo del Observatorio de Violencia de Género para que se analice si estaba en condiciones de mantener la custodia de sus hijos. La entrevista duró solo 15 minutos, algo totalmente incongruente cuando se trata de buscar darle forma al perfil de una persona que indudablemente estaba fuera de sí; es decir, fue un simple trámite y cuyo informe no se llegó a presentar, especificó Furque.

La tragedia siguió con la madre internada en el Hospital de Salud Mental Nuestra Señora del Carmen, con el fin de evitar que intente quitarse la vida, para luego ser trasladada al penal de mujeres, y por otro lado está un padre que se quedó sin nada, a pesar de haber luchado por sus hijos sin dejar de faltar a lo que es correcto.

Opinión del autor:

Es evidente que en estos temas aún estamos en presencia de una justicia obsoleta, precaria, repleta de imparcialidad, donde no se investiga a fondo y se continua otorgando, en materia de custodia de menores, el poder absoluto a un solo género, transformando a la situación en una dictadura para los niños; por eso me pregunto ¿dónde ubicamos la tan ansiada igualdad? ¿qué sucede con las reformas en las normas? o son parte del viejo refrán que expresa "entre lo dicho y lo hecho siempre existe un largo trecho".

Por el momento, es triste y repudiable seguir observando impávidos el lado B de la violencia de género; considero una "locura sin límites" que con todos los hechos que se han ido sucediendo se pretenda seguir marcando o acentuando el binomio  "hombre=malo / mujer=buena" como si fuera un tipo de eslabón dominante de la biología humana, y que según algunos sectores, con evidentes intereses creados, son avalados por estudios o estadísticas, a las que considero partidistas porque no reflejan la realidad, sino que es favorable a un feminismo despótico y destructivo, tanto como el sistema patriarcal.

A su vez, tampoco vi realizar marchas multitudinarias u otro tipo de protestas en diferentes campos, y a nivel nacional, en repudio a la muerte de estos niños, o por el pedido de justicia para un padre que se quedó sin nada, sin el amor de lo mejor que nos puede pasar como humanos (sus hijos). @mundiario

Nadia Fucilieri le impidió a Martínez cualquier contacto con los hijos por miedo a que él terminara fugándose con ellos

Nadia Fucilieri le impidió a Martínez cualquier contacto con los hijos por miedo a que él terminara fugándose con ellos

Fuente:

> Infobae

> Noticias Tucaman 

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