Lectura urgente de política para un país invertebrado hundido en sus miserias

Portada de Curso urgente de política para personas decentes, de Juan Carlos Monedero. / Editorial Seix-Barral
Portada de Curso urgente de política para personas decentes, de Juan Carlos Monedero. Editorial Seix-Barral

El desafiador y polémico libro “Curso urgente de política para personas decentes” deja muy claro el tipo de lectores a quien va dirigido, sin que nadie se llame a engaño.

Lectura urgente de política para un país invertebrado hundido en sus miserias

La verdad que este desafiador, provocativo y polémico de Juan Carlos Monedero “Curso urgente de política para personas decentes” (Seix-Barral), deja muy claro el tipo de lector a quien va dirigido, por lo tanto, que nadie se tome a engaño. Su lectura señala una urgencia que no es ninguna exageración, pero conviene indicar que va dirigido “para gente decente” con conciencia de serlo. Con lo que deja claro que, trileros, malversadores de caudales públicos, políticos de derecha cortijera, políticos de izquierdas desmemoriados y sospechosos de todo menos de ser decentes, aunque si descarados caraduras (Seguro estoy que si Pablo Iglesias resucitara los molería a palos) Igualmente imperdonable sería dejar en la cuneta a la Iglesia española de nostalgia caudillista, que puede perfectamente meter en su Índice tan provocador libro donde les señala que van por mal camino y al Infierno de cabeza, aunque los Papas recientes afirmen que el Infierno no existe. En España existe el Infierno constante, especialmente debido a esos grupos de poder insaciable con el único fin del logro, refugiados en la religión de Jesús de Nazaret, con el mayor cinismo que puede imaginar cualquier sencillo y saqueado ciudadano decente. Y es que para ellos la avaricia no es pecado mortal, porque tienen gula sin fecha de caducidad. Lo que significa afirmar que disponen de parcela en propiedad tanto en el cielo como en la tierra. Por lo que no debe ser sorpresa ver un día cercano desfilar a Galardón y Rajoy bajo palio al son de música celestial.

Considero una digna y clara postura por parte del autor, que: “Estas reflexiones han querido tener enfrente el espejo de la gente decente. La que encontró Orwell entre la gente humilde de Wigan Pier, en su primer trabajo como periodista. La que le sorprendió en su honestidad y que le llevó a pelear más tarde junto a la Brigadas Internacionales en la guerra civil española. También la que le llevó a enfrentarse a cualquier totalitarismo” Y creo, que ese lector decente que se adentre en el libro juega un papel destacado, además de la críticas y reseñas que se publiquen a tan desafiadora obra, de contenido nada exagerado sobre la actualidad que vivimos en esta España que tiende de nuevo volverse invertebrada. Su “boca a boca” puede jugar a favor invitando a leerlo por esas miles de personas decentes que con dolor y sacrificios vivimos e este país bajo la batuta de una España que nos hiela el corazón y mete la mano cada día más en nuestras vacías carteras. Los diez capítulos que componen la obra son claros planteamientos de la realidad nacional, que obliga a la meditación y a tomar una actitud no pasiva, porque también muchas de esas gente decente debe plantearse: “Una pregunta, que sin embargo, queda abierta: ¿como se explica que haya menos manifestantes que desempleados, menos estudiantes enfurecidos que alumnos expulsados por la subida de las tasas y la bajada de las becas?” Pregunta que, necesitan una respuesta por parte de ese sector de gente decente.

Obra que abarca con claridad, conocimiento, estilo y amenidad, no ausente de fino y crítico humor que a inquieta y escuece motivado por el ritmo que posee la narración y la solidez de los ejemplos. Lucidez y amplio conocimiento, bagaje cultural sin pedantería alguna, de Juan Calos Monedero, Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Estudios de doctorado en Universidad de Heidelberg, a lo que se debe sumar amplio historial profesional de altura internacional. Altura mostrada con planteamientos que abordan y analizan estos tiempos de inquietud social, que diariamente ensombrecen el país, “donde la gente de todas las edades ve amenazada la democracia mientras palabras como “justicia” o “impunidad” se convierten en cotidianas. La encrucijada en la que la gente decente, está necesitada de este curso urgente de política por encima de la adormidera de los partidos políticos no conservadores, incapaces hasta el momento, de asumir sin temblores el desafío necesario para una acción que marque un rumbo con sentido común sin palabrerías adormecedoras. Lo que confirma el siempre actual Groucho Marx “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

Porque con este infectado estado ambiental: “Despolitizar implica volver a correr el riesgo de repetir comportamientos sociales por derrotada antes de adversidades superadas. Las luchas de ayer son los derechos de hoy. La falta de acción colectiva de hoy es el retroceso de mañana” La única forma de no perder lo que tanto esfuerzo y dolores ha costado a generaciones y generaciones con capítulos llenos de trágicos lutos. “Es un momento de apelar precisamente a la gente decente. La que no está dispuesta a darse por derrotada antes de haber peleado la batalla. La que quiere rehacer los hilos de lo común. La que quiere pararle los pies a los canallas. La que, dentro de unos años, cuando le pregunten: “Y tú que hiciste para cambiar las cosas”, siente en una silla al que ha hecho la pregunta y empiece a contarle: “Mira, esto es lo que hice”.

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