Lágrimas en el mar, tensa y conmovedora novela

Lágrimas del mar.
Lágrimas del mar.

Ruta Sepetys (Detroit, Michigan, 1967) es la autora de esta novela, traducida por Álvaro Abella y publicada por Maeva Editorial.

Lágrimas en el mar, tensa y conmovedora novela

Con esta tensa y conmovedora novela que lleva el título de Lágrimas en el mar me permito la licencia literaria al considerar que bien podría llevar, paralelamente, el subtítulo de ‘La travesía del hielo y la nieve empañada de rojo vivo’, hasta que callan los censores al llegar a ese mar final de la historia, esa lucha por la existencia, intentado escapar de las garras de los ejércitos de dos descerebrados asesinos de seres humanos inocentes, sin mesura y sin respetar la  edad. Estos no son otros que los criminales que tan tristemente han quedado en la historia: Hitler y Stalin.

Ruta Sepetys es la autora de Lágrimas en el mar, traducción de Álvaro Abella y publicada por Maeva Editorial. Las cosas por muy pequeñas que puedan resultar  son valoradas cuando huyes de la barbarie en las más precarias condiciones de este tipo de perseguidores, no importa si alemanes o rusos, ambos te matarán y si eres mujer o niña,  violaran. Más proclive si son de origen polaco o polaca.

Sin embargo, como quien espera el alba y la esperanza en tan prodigiosa huida, la narración se desliza sobre una prosa sostenida que rezuma un lirismo tierno, no imposible, dadas las  circunstancias duras, amargas y crueles de su caminar. Entonces, uno comprende las razones de que la poesía siempre resurgirá de la barbarie, sencillamente porque sin ella la vida no tiene sentido.

“La brutalidad era espeluznante. Ignominiosos actos de crueldad”. Nadie deseaba caer en manos de los perseguidores. Aunque resultaba cada vez más difícil distinguir quién era en verdad el enemigo. "Unos días atrás, un anciano alemán me dijo en un aparte”. “Me sabía las leyendas sobre los pájaros. Las gaviotas eran las almas de los soldados muertos. Los búhos eran las almas de las mujeres. Las palomas eran las almas recién partidas de chicas solteras”.

Larga huida de familias destrozadas, separadas, solo unidas por el luto y la angustia. Bajo la nieve y bajas temperaturas que convertían las aguas de los lagos en hielo caminan encogidos por el miedo a ser descubiertos,  apresados. El miedo y el tiempo cruel los azota en su escapada, procurando no caer en manos de aquello.  La ficción es solo el coro de una inhóspita y cruel realidad protagonizada por tan feroces enemigos fanatizados. Vidas humanas que conforman una novela coral que, por primera vez, concede nombre y rostro a todas aquellas víctimas del horror y la barbarie de la guerra entre dos potencias enfrentadas, una en retirada, Hitler enroscado en su bunker enfebrecido en su ciega locura allá en Berlín, Stalin envuelto en celestial padrecito idolatrado subirá el crimen y castigo de inocentes. Relato en primera persona de sus cuatro jóvenes protagonistas Joana, Florian, Emilia y Alfred, soldado nazi, que pese al rechazo que pueda provocar en los lectores, la autora apoya su comportamiento  destacar su protagonismo y tolerancias frente a la crueldad humana. Hasta embarcar en el barco de la esperanza que significaba el enorme Wilhelm Gustloff para aquellas más de diez mil personas embarcadas. Junto al tesoro de miles de piezas  de artes robadas “escondidas en minas de sal, fábricas abandonadas, castillos en ruinas y en los sótanos de museos. ·El doctor Lange calculaba que más de cincuenta mil obras de arte iban a ser «reasignadas» a Alemania solo desde Polonia. Y esto le parecía completamente aceptable”.

El barco zarpó desde el puerto de Danzing con 10.582 personas hacinadas en su interior, sobre todo mujeres y niños. Sin embargo, el Gustloff jamás alcanzó su destino. En vez de bordear la costa, los militares alemanes optaron por adentrarse en el mar Báltico creyendo que serían escoltados para acabar completamente desprotegidos ante el enemigo que acechaba bajo las gélidas aguas. “El submarino soviético S-13 lanzó cuatro torpedos contra el buque, aunque solo tres alcanzaron su objetivo fueron suficientes para convertir aquella travesía en la última que realizaría el Wilhelm Gustloff junto a sus pasajeros. Las cifras oficiales estiman que murieron más de 9.000 personas, solo pudieron rescatarse con vida aproximadamente a 1.230, quintuplicando las víctimas del famoso transatlántico. Con todo, aquel episodio de la historia quedo silenciado tanto por las autoridades alemanas como por los aliados, condenando definitivamente al Wilhelm Gustloff a hundirse en el olvido”

Pero los hechos reales cuentan el compromiso  con esta epopeya del siglo XX por una causa de justicia consigo misma  que nos impide negar tal cruel realidad  a través de una narración en la que la ficción de sus protagonistas la convierten en una triste veracidad de hecho histórico de la Segunda Guerra Mundial dentro de un equilibrio perfecto. Una tragedia contemporánea en la que se eleva el coro que forman sus personajes de altura clásica. Ruta Sepetys (Detroit, Michigan, 1967) estudió economía y ha desarrollado una prestigiosa carrera como productora musical. Inspirada por la historia de su padre, un refugiado lituano, escribió Entre tonos de gris, una conmovedora y luminosa narración sobre las purgas estalinistas en Lituania, para lo que realizó un exhaustivo proceso de documentación.

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