Habitación 300: Tradiciones que deben perderse o mejor incinerarse ecológicamente

Es como cruzar la calle, es como ceder la puerta… Hay que rendirse. Aceptar la vuelta del pan, dar las gracias sin querer. Hay que ir yendo y morderse el labio, ser fieles a la Iglesia y al pecado, porque lo que sueñas no es lo que dices, la subvención no es la que parece, tu talento es ponerte de mala hostia y tu trabajo hiede a asesinato.

Nos intentaron enseñar algunas cosas pero nos partíamos de risa. Mantenemos lo necesario como para superar todas esas tragedias y las rupturas. Estamos afiliados a maestros del marketing que protegen a la sociedad de la rebelión del techno y la oscuridad, como si fuese suficiente expresar una opinión para silenciar conciencias, como si los presidentes viniesen para resucitar reyes, y los abogados suplantasen a aquellos sacerdotes.

Hemos caído muy bajo de norte a sur sucesivas veces, pero en la mugre reside el secreto, no se reconstruyen los cuerpos muertos, la ciencia debería clonar a algún genio. Y qué fue de la rabia y tu duelo de honor, tómate algo, busca tu revulsivo en Google. Que la soledad no te ponga enfermo, porque en esa soledad hay un fantasma de blanco que te da miedo y quiere echarte a la calle.

Respetemos las costumbres que nos libran de trabajar. San José era un carpintero, luchó por el niño, no pudo hacer nada. Ahora no importa cuántos mueran, no importa que tú mueras, aunque ames la vida deberías hacer caso a la ley que te ha tocado, porque la dignidad es limpia, no se hace escombros, no ha caído del cielo.

¿Quién ha hecho turismo en Roma? ¿Por qué no en todas las capitales? América va abriendo camino, ¿quién no necesita una pistola? Estamos en lo mejor quizás después de Franco, lo que sé es que antes no había inodoros. De qué quejarse hasta que entiendas el idioma del turista que ha venido a conocer tu taberna. Esto es bonito, lo bonito es exportar, caerse bien en los empates o a las puertas de un hospital, y que suban el PIB y esa jarra de vino, se aprovecha el plato como en los Siglos de Oro.

Es educación lo que falta, ¡mano dura a los maleducados! Falta un poco de educación en esa rabia que os impulsa, que os ha hecho los hombres que sois y justifica vuestras carteras, faltó una hostia a tiempo antes de que un cabrón os mate de envidia. Es la dictadura, es el fascismo, es el titular más justo… Y lo están haciendo por nuestro bien, para que nuestros hijos no le tengan miedo a la policía.

¿De modo que esperas a que me muera para llorar? ¿Y que te ha dado grima la extrema delgadez de un africano? ¿Eres consciente de que este clima es afortunado? ¿Por qué le pegaste al mando de la tele?

Y atención porque el AVE hace su llegada, con su bonanza, la tecnología, sus madrileños y una gran selección musical. Y vienen leyes, cambios, nietos, nueva identidad corporativa, un futuro en que viviremos en el gran yacimiento del progreso y estaremos ya acostumbrados a todas estas mutaciones que nos provoca la libertad, la revolucionaria industria farmacéutica; este sentimiento de culpa será juzgado en Nüremberg y conseguiremos pan para los pobres y que nos los saquen de en medio.

Sólo es necesario que todos apaguemos la luz, en serio, nunca se había hecho algo así desde que los dioses te ayudaban a encontrar vida en Marte y éste te llevaba a la guerra, pero nunca habíamos estado en éste momento y esto es lo seguro... Así que debemos seguir cambiando. Si vivimos como vivimos es porque tenemos la suerte de estar vivos. En España o en el mundo, hay que hacer algo para no aburrirse como trabajar o leer un libro.