Habitación 300: Secretos de la historia que cambian el contexto decadente

'Hallado en China un Buda de 600 años que estaba cubierto por el agua.'
"Hallado en China un Buda de 600 años que estaba cubierto por el agua." / RR SS

Cuando aprendías cómo eran las cosas, ibas creciendo unos centímetros y archivando dieces en la clase, como si la vida fuese un tren de largo recorrido en el que optaste por no bajarte en ninguna parada.

Habitación 300: Secretos de la historia que cambian el contexto decadente

Las únicas pruebas serán tus arrugas. Todo aquello que te enseñaron eran mentiras que escondían lo que has descubierto: Señorita, la educación cuesta tanto como un sueldo y el esfuerzo ha valido para cabrearse, cabrearse tanto como un toro aguijoneado.

Cuando aprendías cómo eran las cosas, ibas creciendo unos centímetros y archivando dieces en la clase, como si la vida fuese un tren de largo recorrido en el que optaste por no bajarte en ninguna parada.

Incluso la ciencia ha cambiado, como la frescura de tu mejor amiga, o como te vas haciendo a la idea de que nadie aplaudirá en tu entierro, han cambiado los modales que pellizcaban mi mejilla y me daban permiso para pasarme la noche repasando apuntes de gallego, para luego dormirme ante el televisor: un ciclo de cine erótico, un documental sobre mafias peligrosas, vi cómo los adultos cambiaban en cuestión de horas. Noches que me hicieron sentir una vocación, apreciar el cine y a mí misma y encontrar vida fuera de ese manto que me tapaba los ojos.

Pero, de principio a fin, a lo largo de la vida, la naturaleza nos va impulsando a sacar al animal, y la mente quiere matar al animal, como si dos hemisferios friccionasen sus fuerzas con la pasión de la trascendencia y el miedo al fin, habiendo un conflicto continuo en nosotros que nos lleva a buscar ayuda… Eso es el amor.

Por eso el amor daña, mientras que el sexo es placentero, porque dos cuerpos que convergen se confunden, pensar en el otro nos mata a nosotras mismas desde que dejamos de creer en los padres hasta que dejamos de creer en dios, proceso en el que, encuentro a encuentro y en cada novedad,  vamos perdiendo principios que sustituirá la costumbre.

Entonces llevas una vida estable de la que será mejor no salirse, a no ser que alguien te saque la polla y te lo pienses, ya que las cosas que no entiendes te vuelven rara y deberías disimular─ eso, ¡liberar al animal apresándolo en un empleo! Debes tener cuidado con los desconocidos, tus padres tenían razón: ¡hacen todos lo mismo! ¡Son completos gilipollas! ¿Y tú querías ser otro?

Y así progresar, seguir brindando, disimular cuando te sientas un primate con teclado. Estamos principiando un siglo en que sigue estando Greenpeace… Seguir informándose, flipar e irse a dormir. ¿Qué le pasa al mundo? Son imaginaciones mías, tuve clase de Ética incluso. Si abres un libro por la mitad, te encuentras un Evangelio apócrifo.

Nunca les creas cuando te abracen. Sólo quieren que les presientas finalmente. No les hagas caso si te invitan, puesto que no vas a ceder.

Tienes que luchar, arremeter hasta el final, que tu bravura es temida en el palco de autoridades y cuando hacen palmas suda tu asesino.

Es la fiesta nacional, ¿cómo perderse la fiesta? Han matado a la bestia, obsequiando al torero con un pasodoble a piano, un ojo y un pack de patatitas.

¡Ole maestro! ¡Salude ensangrentado! Si es que era pura raza, pocas quedan. ¡Asestad donde más duele! ¡Va por ustedes! Es como si viajase arrastro por una autopista afgana parándome a comer dátiles… Quedándome contenta. ¿Es comprensible reírse de todo este absurdo?
 
  
 

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