Habitación 300: La célula, esa unidad de vida que se devora a sí misma

Fotograma de 'Rebelde sin causa'.
Fotograma de la película 'Rebelde sin causa'.

Formamos parte de la naturaleza, por eso la dañamos, ya que cada cual lleva un animal en el corazón que necesita morder una mejilla.

Habitación 300: La célula, esa unidad de vida que se devora a sí misma

La unión es imposible cuando no ha cedido la marea, y en la otra orilla es sólo arena, sólo, ¿por qué siempre queremos cruzar si la salitre nos embadurna, convierte en peces? No podemos estar juntos, somos uno y otro, hechos de huesos, sólo juntos cuando seamos polvo. Mientras tanto, gastemos nuestros órganos internos como tiza, haciendo lo correcto y lo incorrecto, seamos nuestro propio garabato y, al menos, si nos falla el pulso, podríamos incidir en algún punto.

¿Cuántas lunas cabe esperar un eclipse? ¿A quién le importa si igual amanece? Aunque no duermas, me buscas, me sueñas; no amanecen sobre la montaña, obviamos la montaña, pero surge la hierba en las aceras roba el viento una camisa...

Porque alguien lo ha dicho todo, no le hagáis caso, cree que es un lobo y le han puesto bozal. Salid en su caza, deja huella allá por donde va. El lobo que habita lejos es el de la leyenda. Vayamos a por él, unámonos en una jauría.

Los pinos, las huertas de la llanura, todo permanece en silencio fuera. Todo es viejo para un apátrida. Un apátrida se ahoga en tu iris como un piojo en tu perro, hay que entenderles: huyeron del pueblo, necesitan la justa medida de lentejas. Puedes pedir ayuda, luego serás algo para ellos.

Que la tierra es redonda lo sabemos todos, la Tierra se mueve, como gira un tocadiscos en Brooklyn o el balón de Maradona, es fácil de entender en la escuela.

En el transcurso de las olas hay un clímax, es cuando creo que soy una sirena, creo que el cuerpo del mar me convierte en pez huidizo y en la orilla concha que tú encuentras, como si fondeando el Atlántico me ahogo y me hago oro.

Valiosa cual joya en la mano, hábil, entera con brazos y piernas. Entonces, ¿por qué no soy capaz de moverme? Qué brazos, qué piernas, y sin embargo no consigo enderezarlos para que peguen, sino que me los enrollo al cuello para ser una tortuga del océano que perdió a su manada.

Somos de agua, derramémonos igual que una pluma ondea al aire; somos duros de hueso, nuestra mínima solidez se queda en los siglos, compuesta en una perfecta estructura que intimida a los vivos: no temáis, porque el pájaro se come a vuestro gusano y la bala mata al pájaro.

Formamos parte de la naturaleza, por eso la dañamos, ya que cada cual lleva un animal en el corazón que necesita morder una mejilla.

Ilustremos la verdad del hombre, quien ha matado al villano para hacerse con su riqueza. Y se casó con una sirena a la que disecó de amor, pero un marinero supo aprovecharse de ella desechando su corazón, que tiembla bajo el mar, pero escupe sangre que se diluye como el azúcar al calor, y no hay patrón ni marinero que atrape una luna, es imposible achicar el aire que nos separa, del suelo al cielo, trata de trepar un pájaro, o un cohete disparado que deja estela de tormenta…

Comentarios