La habilidad musical no es un talento innato, sino una destreza que puede desarrollarse (II)

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Unos niños aprenden música con su profesor.

Los niños hasta los seis años están en el pleno descubrimiento de su cuerpo, por ello es interesante enseñarles que el cuerpo es el instrumento más valioso, con el se pueden hacer infinidad de sonidos, al igual que con su voz.

La habilidad musical no es un talento innato, sino una destreza que puede desarrollarse (II)

El método de enseñanza musical de Jacques Dalcroze dice que “El cuerpo es la fuente, el instrumento y la acción primera de todo conocimiento ulterior”, por ello es conveniente realizar actividades que favorezcan la toma de conciencia corporal, la contracción y relajación muscular, el estudio de actitudes estéticas, la utilización del espacio, la memorización de gestos, la ejercitación de reacción auditiva, la localización relativa del sonido y el desarrollo de las cualidades musicales. 

Otra actividad a desarrollar en la edad infantil puede ser la realización de instrumentos mediante reciclaje, por ejemplo unas maracas, para hacer entre todos un grupo y tocar diferentes ritmos. Este ejercicio tiene un enfoque globalizador, ya que además del aspecto musical, en el niño se trabajan otros principios fundamentales para su desarrollo, como puede ser  la motricidad fina, una educación en valores, un trabajo en grupo, y todo ello de forma lúdica, participativa y libre, favoreciendo así un aprendizaje autónomo. 

 La música como aprendizaje globalizado no se limita solo a los cursos infantiles, sino que en cursos superiores también puede estar presente en todas las materias, y especialmente se tratará en el área de música, en las horas correspondientes, con el especialista. 

Es cierto, que en estas edades más avanzadas, el proceso de enseñanza-aprendizaje suele ser más formal y complicado. 

 Es importante en la educación conocer a nuestros alumnos, y que ellos  conozcan a los profesores para así poder establecer una relación de interacción-cooperación. Es conveniente utilizar la música para ese acercamiento, y llevar a clase una canción que guste, para escucharla  y poder analizarla entre todos puede ser un buen recurso.  

Todo el mundo tiene una canción preferida, un estilo de música predominante, un artista favorito...todos esos aspectos musicales de la vida cotidiana han de ser desarrollados y compartidos en la escuela, y si pueden ser trabajados para favorecer el aprendizaje de otras áreas mucho mejor.

De esta forma estamos trabajando nuestra realidad más próxima, nuestros gustos, preferencias, vivencias, y podremos expresar lo que sentimos escuchando una canción, porqué nos gusta, dónde la escuchamos por primera vez… 

Las canciones también pueden desarrollar la expresión corporal, cada tipo de música se puede bailar de distintas formas, podemos montar una pequeña coreografía entre todos, con pasos sencillos, de las canciones que por votación hayan gustado más en clase, y así fomentamos que los alumnos/as escuchen diferentes estilos y puedan  ampliar sus gustos musicales. 

Involucrando la música en el aprendizaje cotidiano conseguimos aumentar la motivación de los niños, ya que incluimos un punto de interés propio en el aprendizaje, lo que favorece su colaboración y su implicación en tal proceso de forma activa, haciéndoles partícipes de su propia educación y fomentado que se sientan personas importantes, que tienen mucho que decir en el proceso de enseñanza-aprendizaje. 

La música tiene infinidad de factores y posibilidades, ya que siempre está presente en la sociedad en que vivimos, sirviéndonos como ayuda tanto en la enseñanza como en el aprendizaje.     

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