El Ficcionario Ortográfico muestra cómo de accidentada puede llegar a ser la vida
Sin estar del todo abiertas, hay flores que pierden su virginidad al recibir el imprevisto y fiero aguijonazo succionador de algún insecto que les roba su néctar.
Sin estar del todo abiertas, hay flores que pierden su virginidad al recibir el imprevisto y fiero aguijonazo succionador de algún insecto que les roba su néctar.
acahecer. 1. Suceder que, por causa de la descomposición, se forman heces en un determinado proceso orgánico o social. 2. Expeler los excrementos. Tanto en un caso como en otro, resulta muy comprensible que no nos guste nada de lo que acahece.
acapuyada. Se aplica a la flor que sin estar del todo abierta recibe, no obstante, el imprevisto y fiero aguijonazo de algún insecto. Entre las flores es como perder la virginidad antes de tiempo, sin querer y sufriendo un punzante dolor.
acaro. Se dice de cierto arácnido (parásito en algunos casos, como la garrapata o el arador de la sarna) cuando adquirirlo cuesta mucho dinero. A cambio, eso sí, siempre tendremos a nuestro alcance la posibilidad de poderlo "acariciar".
acatararse. 1. Resfriarse hasta el extremo de quedar seriamente perturbadas las facultades físicas y mentales. 2. Quedarse un sujeto, de tanto acatar, muy disminuido en sus capacidades.
acavallar. Cubrir el caballo de carreras a las vallas cuando al saltar se queda colgado encima.
acavar. Terminar de remover la tierra con la azada, algo que generalmente la oxigena, aun a costa de socavar los riñones del labrador.
acayada. Dícese de la voz apagada a base de bastonazos. ¡Ahí lo tienen!: otra forma contundente de insultar a la razón.
accidiente. 1. Pérdida de alguna pieza dental de modo generalmente brusco e inesperado. 2. Contratiempo de mayor o menor gravedad que sobreviene al resultar alguien mordido por una dentadura agresiva.
aceder. Otorgar el consentimiento para que se haga cierta cosa abandonando actitudes previas de resistencia u oposición.
acefalo. Pene falto de cabeza y, por tanto, de entendimiento. Su conquista del poder origina la falocracia.
acequía. Cauce para conducir el agua en los tiempos en que la misma escasea y los usuarios cecean.
acidente. Suceso fortuito por el que un ácido ataca algún cuerpo, causando frecuentes desgracias. Pongamos un ejemplo: algunas industrias arrojan a la atmósfera sustancias nocivas que luego la lluvia esparce sobre la tierra y los bosques. Otro: algunos misóginos y falócratas desalmados rocían con ácido la cara de esposas, hermanas o hijas a las que atribuyen un comportamiento sexual ilícito. Y un tercero: ciertas personas se tornan lastimosamente agrias al experimentar lácticas reacciones, un modo científico de referirse a los episodios de mala leche.