Las farmacéuticas están obstaculizando el tratamiento de la adicción a los opiáceos en EEUU

Paciente en una clínica para adictos en Estados Unidos. / RRSS
Paciente en una clínica para adictos en Estados Unidos. / RRSS

El número de personas que mueren de sobredosis por opioides sigue aumentando, en parte debido a las drogas callejeras baratas.

Las farmacéuticas están obstaculizando el tratamiento de la adicción a los opiáceos en EEUU

En Estados Unidos, algo que sin duda podría ser replicado al resto del mundo aunque en menor medida, el número de adictos y víctimas de sobredosis a causa de agentes opioides sigue en aumento. Sin embargo, el precio de un medicamento utilizado para tratar la adicción está fuera del alcance de muchos.

En ese país el propio presidente Trump utilizó las frases “una epidemia total”, y un “problema que es muy difícil de entender”, para describir la epidemia de opioides que asola a los Estados Unidos. El porcentaje de personas que mueren de sobredosis de drogas en los Estados Unidos se ha cuadruplicado desde 1999, y las sobredosis de fármacos ocupan ahora la primera causa de muerte para los estadounidenses menores de 50 años.

Existen fármacos para revertir las sobredosis de opioides o tratar la adicción a los opiáceos a largo plazo. Pero mientras que los opiáceos se han vuelto más fáciles de obtener a través de mercados ilícitos y vendedores en las redes oscuras, la droga para contrarrestar sus efector y que por ende podría salvar innumerables vidas se ha vuelto cada vez más inalcanzable.

Considere la droga del tratamiento de la adicción, Suboxone. Las patentes y otras exclusividades de la versión básica de Suboxone expiraron hace algún tiempo, pero el precio sigue siendo alto y los problemas de acceso persisten. La presentación oral ahora cuesta más de 500 dólares para un suministro de 30 días.

 Incluso las tabletas más simples cuestan un enorme 600dólares para un suministro de 30 días. El costo por sí solo pone la medicación fuera del alcance de muchos. Para los expertos, y los que no lo son tanto, la causa está en las compañías farmacéuticas. Estas son capaces de jugar a aparentar que mantienen una competencia, y por eso justifican los precios altos.

La falta de acceso a medicamentos para el tratamiento de la adicción, como Suboxone, puede atribuirse, en parte, a la subida de los precios, problemas de acceso y conductas anticompetitivas que se han vuelto normales en la industria farmacéutica. Las compañías farmacéuticas han traído grandes avances en lo que a la medicina se refiere.

Pero esos avances deberían ser compensados adecuadamente por la enorme cantidad de tiempo y recursos necesarios para desarrollar una nueva droga. El sistema de propiedad intelectual norteamericano está diseñado para hacer justamente eso, recompensando a las compañías que traen nuevos medicamentos al mercado con un período libre de competencia, 20 años a partir de la fecha de la solicitud de patente, durante el cual pueden recuperar sus ganancias.

Después de este período definido, las versiones genéricas del fármaco deberían supuestamente aparecer en los estantes de la farmacia, bajando los precios a los niveles que pueden ser soportados más fácilmente por los consumidores y el mercado de atención de salud en general. Algo que dicho sea de paso no sucede.

Estos comportamientos son replicados por la industria farmacéutica en varias partes del mundo, incluso en los países menos desarrollados. Las compañías farmacéuticas a menudo argumentan que se necesitan grandes ganancias para financiar el desarrollo de nuevos fármacos, algunos de los cuales nunca llegan al mercado.

La epidemia de adicción a los opiáceos es un problema complejo, y no hay respuestas simples. Una cosa, sin embargo, es cierta. El sistema, cualquiera que sea su país de origen, no debería recompensar a las empresas por bloquear la competencia genérica. Cuando lo hacen, el público paga el precio.

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