La exitosa reposición de Quejío de Távora alienta la reivindicación de Jiménez Romero

La Cuadra. 1971. Quejio. M Faisat Ensesa El Publico n.35
La Cuadra. 1971. Quejio. M Faisat Ensesa El Público n.35

La exitosa reposición de Quejío de Távora, 45 años después de su estreno, saca a la palestra al coautor de la obra Jiménez Romero, auténtico creador del llamado "teatro ritual andaluz".

La exitosa reposición de Quejío de Távora alienta la reivindicación de Jiménez Romero

El Teatro Távora de Sevilla asistía con gran éxito, 45 años después de su estreno a la reposición de Quejío, una de las obras más rupturistas de su tiempo, un concepto teatral salido del genio creador de Alfonso Jiménez Romero, con textos del propio Alfonso y Salvador Távora.

Una representación distinta y difícil para un público de este siglo, acostumbrado a lecturas narrativas mucho más obvias y lineales, pero una obra de obligada visión para los amantes del teatro de vanguardia, del flamenco e imprescindible para la historia del teatro andaluz.

Formaron los miembros del elenco Jaime Burgos, Manuel Vera, Mónica de Juan, Juan Romero, Florencio Gerena y Manuel Márquez y un sobresaliente Juan Martín. El acto tuvo lugar en el Teatro Távora de Sevilla, una sala que lleva luchando tres años por su supervivencia, gracias sobre todo a los trabajadores que forman la cooperativa, y así lo hizo constar el coordinador técnico de la sala en su presentación 

Una representación impactante 

Comenzó la representación con una sobrecogedora escena inicial de oscuridad rigurosa y silencio absoluto. Apenas unas luces de candil iluminaban todo el recinto. Durante más de una hora música, cante y baile articularon y desarrollaron una extraordinaria performance dramática andaluza aromatizada por un intenso olor a incienso.

Una sobriedad a ultranza en el escenario marcada por objetos fetiche del agro andaluz del siglo pasado, que se recortaban a través de sus sombras intercaladas a las siluetas de los personajes. Personajes que interactuaban atados a unas cuerdas como alegoría de la represión y la lucha por la libertad.

Un conjunto de elementos y la concepción escenográfica surgida de Jiménez Romero, creador de todo el lenguaje gestual, actitudinal, identitario y escenográfico del teatro ritual andaluz. Según Rodríguez Almodóvar, Jiménez aportó a la cultura andaluza  un concepto desconocido hasta entonces: la dramaturgia del flamenco.

Una  trilogía dramática que comenzó con su obra Oratorio, continuaría en Quejío y que cerraría con Oración de la Tierra.

Salvador Távora, había intervenido como cantaor en Oratorio- del que dijo que "tenía los textos más hermosos de la historia de la literatura"  y dado el concepto de obra colectiva vigente en La Cuadra, grupo que la representó, aportó algunas letras a los cantes. En Quejío escribió las letras junto a Jiménez Romero y dirigió   la obra que llevaría con enorme éxito por todo el mundo con centenares de funciones. 

Távora en su trayectoria posterior hará una síntesis y potenciará todos los elementos presentes en Quejío.,  Para los críticos será fundamental en su trayectoria y  su título más significativo ya que tiene el valor de ser no sólo la obra primigenia  -era un hombre entonces sin bagaje teatral alguno-, sino también la más genuina y lograda.

La Cuadra  dirigida por Salvador Távora, cerrará una nueva trilogía  con Los palos, en 1975, y Las herramientas, en 1977, proponiendo una relación nueva entre los mundos del arte y la cultura y los mundos del trabajo y la política a través de la representación escénica. A partir de Quejío llegó a dirigir hasta veintiséis espectáculos con más de 4.000 representaciones en 34 países y  asistir a más de 200 festivales internacionales. En todos ellos  llevó el nombre de Andalucía y su reivindicación social por todo el mundo .

cartel de Quejío del 72

Alfonso Jiménez Romero 

Aunque hoy –injustamente- poco recordado, Alfonso Jiménez Romero (1931 Morón- 1995 Sevilla) fue uno de los valores más creativos de la cultura andaluza del siglo XX y una de las más valiosas aportaciones al teatro europeo contemporáneo. “Alfonso es el eslabón perdido entre Lorca, los Machado y el teatro actual”, dice Teresa Mora autora de la tesis doctoral sobre la vida y obra de este autor.

Alfonso Jiménez Romero fue el dramaturgo que en las últimas cuatro décadas del siglo XX llevó a los escenarios la imagen más poderosa y profunda de Andalucía, basada en una simbiosis de teatro clásico, tradicional y moderno y un interés existencial en la plasmación de una identidad andaluza sobre las tablas.

Nacido en Morón de la Frontera en 1931 siendo universitario  alternaba versiones de Numancia de Cervantes y Julio César de Shakespeare, con un teatro de vanguardia muy rompedor donde planteaba la tragedia de la mortalidad, la finitud y el absurdo de la peripecia vital

Miembro fundador de la Fundación Machado, y experto en la obra de García Lorca en 1968 realizó su “Primera Experiencia Dramática con Flamenco: Romancero y Poema del Cante Jondo de Federico García Lorca”, a la que seguirían otras, entre ellas el crucial Oratorio, una de las grandes obras de la cultura andaluza. Oratorio fue un hito, supuso la experiencia que habría de marcar un antes y un después en la escena andaluza, con la incorporación del flamenco al teatro 

Ganó con esta obra el Premio Delfín de Teatro de 1.968, que estrenó dirigida por el maestro Juan Bernabé, el creador del Teatro Lebrijano En “Oratorio”  intervino Salvador Távora como cantaor y aportando algunas letras. Allí se conocieron Alfonso y Salvador y de ese contacto surgiría la idea que bebe claramente de las fuentes de Oratorio  y que cristalizaría en “Quejío”. Dado el bagaje de Alfonso y el de Távora en aquellas fechas, para los expertos en teatro es fácil vislumbrar el aporte de uno y otro a la obra.

Alfonso Jiménez se vuelca en los 70 a una intensa producción teatral:  estreno en Madrid de Oración de la tierra ; El inmortal, El neófito, y La Murga, que escribió con Francisco Díaz Velázquez, que fue concejal de Cultura de Sevilla…  uno de los acontecimientos teatrales del tardofranquismo. Por entonces, se relacionó con  los grandes autores de su tiempo, entre ellos, la gran Julia Uceda con quien mantuvo una estrechísima amistad.

Sus obras se estrenaron en importantes ciudades españolas y europeas. Recibió el I Premio Nacional de Teatro Ciudad de Teruel 1971 por la obra “De lo que ocurrió el día de la inauguración del Gran Hotel”, fue nombrado Sevillano del Año en 1972, obtuvo en 1981 el Premio de Teatro Ateneo de Sevilla por su impresionante obra “La cruz de yerba” y en 1985 el Premio Hermanos Machado del Ayuntamiento de Sevilla por “Catalina y el Diablo”.

Durante dos años también escribió guiones de cine, pero dejó todo para buscar en la Andalucía rural las raíces del teatro popular y hacer una intensa labor etnográfica de recopilación de cuentos, cantes, coplas y leyendas . para  recuperar y conservar la tradición oral de la Campiña sevillana, una cultura ya en su época amenazada

Analizando su trayectoria, el extraordinario nivel de las obras de Alfonso Jiménez Romero, su creación del teatro ritual, la dignificación del teatro popular y su intensa labor etnoantropológica le convierten en uno de los artistas más brillantes de su siglo y uno de los forjadores artísticos del concepto de identidad andaluza.

Polémica  en los medios por la autoría

La reposición de Quejío ha tenido un amplio seguimiento de los medios, pero pronto voces muy cualificadas dejaban caer la inexplicable e ingrata ausencia de Jiménez Romero, tanto en los actos de presentación de la obra, como en  los comunicados de prensa y crónicas. El conocido escritor Antonio Burgos, compañero de Alfonso Jiménez,  publicaba en su página un artículo del medio  XYZ donde se reivindicaba la autoría de Jiménez y  ABC, paralelamente a la crónica del espectáculo, publicaba un manifiesto de  la familia del autor puntualizando la autoría conjunta y el papel de Jiménez .También ABC publicó una carta del conocido escritor Rodríguez Almodóvar en la misma línea.

Pero la guinda hasta el momento la dio el Centro de Estudios Históricos de Andalucía (CEHA) que afirmaba lo siguiente de forma textual :

“En defensa de la clarificación con respecto a la autoría de Quejío, adjuntamos una entrevista de Alfonso Jiménez Romero sobre la obra concedida al diario independiente barcelonés Tele/eXpress el 15 de agosto de 1972, así como las dos primeras páginas del texto original de Quejío publicado ese mismo año en el Boletín de Teatro del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla. También mostramos una foto de 1972 donde aparecen los dos autores de Quejío, Alfonso Jiménez y Salvador Távora, debatiendo con el público después de la representación en Nancy.Porque la recuperación de nuestra memoria cultural es primordial para el CEHA, junto al homenaje de la reposición de Quejío, también queremos recordar al dramaturgo y director Alfonso Jiménez Romero, creador del teatro ritual andaluz, un teatro de tragedia absolutamente innovador fundamentado en una concepción sagrada del flamenco, trágica y ritual”

Por parte de  la familia del autor, cuya carta al Abc es la única acción emprendida al respecto, ha manifestado en exclusiva a MUNDIARIO: "Estamos consternados y muy dolidos por la falta de reconocimiento de la figura de Alfonso Jiménez Romero, pero no queremos polemizar, ningún enfrentamiento, ni desmerecer el papel de Távora. Sólo queremos que se de a Alfonso el mérito que merece, no en Quejío, sino en la Historia de la cultura andaluza”.

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