¿Estamos dejando el cuidado de la tercera edad exclusivamente a la familia?

Pareja de ancianos. / Música para despertar
Dos ancianos. / Música para despertar

Le debemos tanto a nuestros mayores que les debemos la vida y el mundo en que vivimos, pero ¿estamos realmente preparados para compensarles su esfuerzo y queremos hacerlo?

 

¿Estamos dejando el cuidado de la tercera edad exclusivamente a la familia?

Son nuestros padres o nuestros abuelos, han sufrido guerras, post guerras y dictaduras, unos sufrieron persecución y otros sufrieron hambre, y todos trabajaron largas jornadas para construir un futuro para sus descendientes. Crearon la Seguridad Social y la mantuvieron viva con sus cuotas. También vieron derrumbarse aquella sociedad de seguridad en el trabajo, en las creencias, en la familia, en los alquileres, en las calles, y la vieron desaparecer en pocos años para entrar en una crisis donde perdimos muchos logros sociales cuando ellos ya no tenían energía suficiente para evitarlo. Les llamamos la tercera edad porque nos da un poco de vergüenza llamarles ancianos que suena mucho más venerable, algo siempre respetado en sociedades pasadas, por su experiencia y su sabiduría.

Nuestros mayores de hoy forman las llamadas clases pasivas, las que teóricamente ya no aportan, solo reciben ¿reciben qué? Una pensión insuficiente y congelada con la que hacen regalos a nuestros hijos o nietos, a los que frecuentemente recogen en el colegio y a los que dan cariño que es lo que tienen. Si son afortunados podrán hacer alguna excursión del Inserso ideadas para mantener el sector hotelero en temporada baja, porque no es para premiarlos, es para utilizarlos. 

Cuando llegan a ese punto en que ya no pueden valerse por sí mismos, lo que se ha dado en llamar asistidos, hay que poner cuidadores en casa, utilizar los Centros de Día, o las Residencias, según las circunstancias familiares. Su pensión nunca es suficiente salvo en las residencias de caridad de las Comunidades o de Cáritas, lo que siempre se llamó Asilos pero que hoy suena mal. Ahí no les concedemos ni un IVA reducido porque supuestamente es un lujo no poder vivir solos, como tampoco les concederán IVA reducido en el Tanatorio porque también es un lujo, y les haremos pagar gran parte de las medicinas que ahora están exentas de la Seguridad Social, como tampoco les ayudarán con los audífonos, las gafas o los dientes, porque oír, ver o comer también es un lujo. Existen pequeñas ayudas oficiales a la dependencia, siempre insuficiente y de tramitación tan larga que pocos llegan a disfrutarla. 

Los que se resisten a morir y requieren asistencia profesional terminan en las Residencias de Ancianos donde el desfase entre el coste de la misma y la pensión congelada, obliga a estas a bajar sus precios, y por lo tanto los costes reduciendo personal, lo que da lugar a una atención deficiente e incluso a que huelan mal porque no dan abasto a cambiar pañales o a una alimentación basada en huevos y poco más. 

Si leen los periódicos o ven la televisión, les transmitirán la información de que el problema del país son ellos por su longevidad, las pirámides invertidas y cosas así. Son caros, incluso más caros que otros gastos preferenciales como aeropuertos, trenes de altísimas velocidades, poner universidades en cada ciudad y algunos pueblos, o colocar a todos los familiares y amigos de asesores en ayuntamientos, comunidades o diputaciones. ¿Para qué pinchar la burbuja política si hay millones de ancianos donde recortar? Se sabe que con los años las personas se van haciendo conservadoras y acabarán botando al PP en cualquier caso, no todos pero si la mayoría, así que como no es fácil mover su voto los partidos han dedicado su esfuerzo a otros ámbitos sociales. 

Algo tiene que cambiar y las personas, los jóvenes, los maduros, hombres y mujeres, deberíamos exigir a los gobernantes que se ocupe de que nuestros mayores, los que nos han criado, nos han querido, y nos quieren, les dediquen una atención prioritaria. Como se decía antes "es de bien nacidos ser agradecidos".

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