Escuchar música genera el mismo placer que tener sexo o consumir drogas

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Mujer escuchando música. / Pixabay

Se ha revelado que el cerebro genera las mismas sustancias cuando una persona siente placer al comer, practicar el sexo o escuchar música.

Escuchar música genera el mismo placer que tener sexo o consumir drogas

El estudio fue realizado por el laboratorio de Percepción Musical, Cognición y Pericia de la Universidad de McGill, ubicado en Canadá, y fue publicado en ‘Scientific Reports’. En él, revelan que cuando el humano escucha música genera unos opioides naturales que son los causantes del sentido de la satisfacción, y que son los mismos que genera el cerebro cuando come, consume drogas o tiene sexo.

La química del cerebro

Los opioides son sustancias producidas por el cerebro que pueden generar placer o calmar a una persona. Los científicos querían demostrar que los mismos, estaban involucrados con el placer que se siente al escuchar una música que agrade o guste. Además, esta sustancia es capaz de regular otras funciones del humano, como lo son la respiración o el estrés.

Hasta ahora se conocen tres tipos de opioides, el Mu, el Delta y el Kappa; los mismos son activados a partir de la actividad natural del organismo cuando son estimulados por algo que resulta placentero, o bien por alguna droga utilizada.

Cuando los opioides son activados, liberan la dopamina, un neurotransmisor que tiene mucho que ver con el comportamiento y la cognición del humano; la misma interviene en procesos como el aprendizaje o el humor. De igual forma, la dopamina termina en el núcleo accumbens, este se encarga de las funciones placenteras positivas y negativas como la risa o el miedo.

El experimento y la recompensa

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Concierto. / Pixabay

Para poder encontrar la solución al problema, los científicos optaron por bloquear los opioides por medio de un medicamento utilizado para tratamientos que bloquean la dependencia al alcohol y otras sustancias adictivas, la naltrexona.

En total contaron con 17 personas, a las que les aplicaron el medicamento, midieron sus reacciones y estímulos al escuchar música que les agradaba o les disgustaba, el tratamiento llegó a bloquear todas, incluidas aquellas que eran del agrado de los pacientes. Uno de los participantes afirmó que al escuchar una de sus canciones preferidas, no sintió nada, describió que en otras ocasiones disfrutaba escucharla y que para él sonaba bien la canción en cuestión, pero que en ese momento no lograba trasmitirle algo.

Los científicos conectan los sentimientos que siente el humano a un hecho evolutivo; puesto que la música es algo universal y cultural que se ha convertido en una adicción necesaria para las personas, por lo tanto el cerebro responde a esto, de manera que el humano sienta placer o disfrute al escuchar los sonidos que generan algo en su organismo.

Con la música las personas han forjado una unión bastante peculiar, puesto que adhieren recuerdos a ciertas melodías que hacen rememorar momentos del pasado, o bien en ellas encuentran un motivo de inspiración con el que dan rienda suelta a su imaginación.

Finalmente, el psicólogo y coautor de la investigación Daniel Levitin, ha asegurado que este ha sido el estudio más complicado que han realizado en 20 años, debido a lo desconocido que es el sistema neurológico de los humanos. Además, asegura que tuvieron que empezar a hacerle los exámenes, a los 17 pacientes, un año antes de aplicarles el tratamiento, puesto que cualquier efecto secundario podría haber sido nocivo para su salud o bien, podía haber alterado los resultados finales.

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