Duelo de titanes: La princesa del pueblo y la princesa consorte se encuentran

 Letizia y Belen Esteban dos princesas
Belén Esteban y Letizia Ortiz, dos princesas.

Letizia Ortiz versus Belén Esteban. Todo un duelo de princesas en España. Una princesa que se ha ganado el título a pulso y otra que lo ha conseguido por matrimonio.

Duelo de titanes: La princesa del pueblo y la princesa consorte se encuentran

El morbo y la expectación estaban servidos. No se sabía qué haría la cada vez menos popular Letizia, cómo sería el encuentro con su “homóloga”. La de San Blas ya había anunciado que le haría una reverencia o plongeon que llegó a ensayar en directo en el programa del que es “copresentadora” e incluso tituló sin reparos el evento en su cuenta de Twitter "de princesa a princesa".

Belén Esteban es un personaje controvertido, sobre todo muy criticado por personas ajenas a los programas del corazón y en general a la llamada telebasura,  programas muy cuestionados por los “intelectuales orgánicos”, sobre todo por la inversión y franja horaria que manejan en un ámbito que “no es cultura”, pero que sin embargo no osan criticar a los espectadores de fútbol -que tampoco es cultura- donde se mueven cifras millonarias superiores al PIB de muchos países africanos y que obvian el valor social de este tipo de televisión, que lo tiene y pocas veces se ha destacado y la voluntariedad de su consumo.

Posiblemente no hayan dedicado en su vida ni diez minutos a oir a Belén Esteban, escucharla o enterarse de su historia personal, pero posiblemente habrán dicho la manida y falsísima frase hecha de que “vive de haberse casado con un torero”… cuando la realidad es totalmente la contraria. El torero, hoy no sería nadie si no hubiese sido el padre de su hija. Jesulín de Ubrique, el llamado torero de la lencería, está retirado desde hace tiempo de unas plazas en las que nunca destacó más que por la ropa interior que le tiraban desde los tendidos, y según dicen, hoy está bastante arruinado por las malas inversiones y gestiones de su padre. Gracias a las exclusivas millonarias que vende a la revista Hola, sanea su maltrecha economía, con reportajes que le ofrecen única y exclusivamente por el morbo que despiertan sus controversias con la estrella del couché. Si no fuera así, a día de hoy apenas ocuparía una reseñita en una revista de segunda… con el agravante de que no sólo se beneficia económicamente él, sino también toda su familia, incluída la política, que sacan tajada aunque les afecte sólo de refilón de las rencillas y dimes y diretes de la ex pareja.

La empatía de Belén Esteban y el público comenzó cuando el torero estaba en su máximo apogeo de fama, y aparece junto a él una sosita chica de barriada sin estudios, ni guapa ni fea, ni alta ni baja, que rápidamente se va a vivir con él a su finca Ambiciones, una finca muy cercana icónicamente a lo que fue aquel Southfork de la serie Dallas.  Allí, cual cenicienta del cuento, su familia política, unos catetos nuevos ricos, comienzan a hacerle todo tipo de afrentas y el torero a cornificarla con toda hija de vecina. Las calamidades no dejan de sucederse y para más inri, ella es puesta de patitas en la calle y tiene que abandonar Ambiciones con lo puesto y una bebé de meses en los brazos. Aquí gano su primera y definitiva batalla ganándose a los afectos al mundo rosa, sobre todo de un espectro de población de mediana y avanzada edad, preferentemente jubilado y urbano que vieron en la chica a su nueva hija, sobrina, nieta… y que se volcaron en vivir la vida de Belén. A través de sus vicisitudes, amoríos, separaciones, tremendos cambios físicos, graves desplantes a su hija, relaciones con un padre que despreciaba a su primogénita, y sobre todo, una personalidad arrolladora que va despertando en televisión y que transmuta la sencilla chica de barrio en una madre coraje que vive su vida con el slogan “ por mi hija mato”… El aislamiento de los ancianos en las ciudades, donde el calor vecinal de los pueblos no existe y la cercanía de la pequeña pantalla consiguió que la vieran con más asiduidad que a miembros de sus propias familias y la adoptaran para siempre… Esto le haría alcanzar el título de “Princesa del pueblo”, que había ostentado la famosa Lady Di con quien guarda bastantes menos paralelismo que con nuestra Letizia.

Y es que Letizia y Belén tienen más en común de lo que parece, aparte de  compartir edad, altura y que su fama inicial proviniese de sus cónyuges. Su humilde origen de clase media-baja, las estrecheces económicas de su infancia- se ha escrito que en casa de los padres de Letizia  no podían encender la calefacción-, varios hombres en su vida, un matrimonio fallido, filiación televisiva, aspecto anoréxico- no en la actualidad pero sí hace unos años-, cambios físicos radicales, operaciones estéticas como rinoplastia y aumento mamario, adicción a los rellenos faciales, extensiones de pelo, pestañas postizas y ropa sumamente estrecha, hasta su filiación de barrio obrero madrileño, ya que aunque Letizia vaya de asturiana, hacía décadas que ni sus padres, ni ella, ni sus hermanas tenían casa en la comunidad asturiana, y siempre vivieron en barrios obreros de la capital.

Letizia reconoció enseguida a la 'otra' princesa y la saludó con un directo y sencillo: "Hombre Belén, ¿cómo estás?" y contra todo pronóstico y fuera de protocolo le plantó dos besos. Y es que no es tonta. En la reciente reaparición televisiva tras una crisis de adicciones, tres lustros después de su expulsión de Ambiciones, Belén Esteban volvió a batir records de audiencia. Letizia, estirada y distante, como todas las conversas, consciente de que su imagen cada vez es más lejana para su pueblo, convertida para muchos en una stetic- surgery victim- algo tremendamente impopular en tiempos de crisis, tuvo que plegarse a la de San Blas que arrastra de su mano a millones de españoles que fueron capaces de hasta elevarla por votación popular a campeona de baile, aunque tuviera un oído enfrente de otro y bailara como “como un pato mareado”.

Letizia no podía permitirse el lujo en su tesitura de ningunear a Belén, princesa por derecho, una bofetada social a la Esteban podría volverse en su contra con consecuencias impredecibles.Y  la Esteban ganó el duelo. En el mismo evento, el mismísimo Rajoy  compartió frases sobre Bárcenas y la crisis con la mismísma Belén. Tal vez por la misma razón que Letizia.

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