En la desposesión: Blas Muñoz, la luz y el canto

Portada del libro En la desposesión.
Portada del libro En la desposesión.

Con este poemario el escritor valenciano Blas Muñoz Pizarro inicia un ejercicio metalingüístico donde explora nuevos cauces de expresión.

En la desposesión: Blas Muñoz, la luz y el canto

Premio “Flor de Jara” de Poesía 2012 otorgado por la Diputación de Cáceres, En la desposesión supone un punto de inflexión en la obra poética de Blas Muñoz Pizarro, que con este poemario inicia un ejercicio metalingüístico donde el autor explora nuevos cauces de expresión, abriendo paso a un amplio abanico de significados.

En la desposesión, Blas Muñoz Pizarro se despoja de las ataduras clásicas para ahondar en una forma novedosa donde cada palabra tiene un peso específico sobre la página en tanto ocupa un lugar determinado que por su milimétrica ubicación viene a decir algo esencial, en este sentido los poemas presentan una estructura interna que se sabe fundamental para su significado. También el lenguaje se ve sometido a un premeditado despojo de toda retórica superflua, aquí Blas Muñoz busca y encuentra la palabra exacta como eco contenido de una pluralidad de significantes y significados.

El poemario se abre con una emotiva dedicatoria a José Luis Parra, amigo del autor, y prosigue con una significativa cita de José Ángel Valente, cuya influencia se deja sentir a lo largo de todo el poemario. Así los versos de Blas Muñoz se forjan en el yunque de la palabra sabiamente contenida, un ejercicio que obra a favor de un saber y un sentir profundo que se reparte en cuarenta y tres cantos divididos en tres grandes secciones sin más título que el número cardinal que por orden les corresponde. Esta estructura tiene mucho que ver con el sentido global del libro, que tiende a un cierto minimalismo que lo aproxima a la denominada “poesía del silencio”. Un trabajo de densificación que, sin embargo, no incurre en el hermetismo por la capacidad de Blas Muñoz para generar imágenes de gran plasticidad.

En el límite herido de la luz/ empieza el canto. Así comienza un poemario que reflexiona sobre algunos temas esenciales que tocan a la condición del hombre en cuanto a ser sensible que se cuestiona su sentido, su estar en la tierra. Son frecuentes los vocablos que delatan un interés metafísico de primer orden que merced a un ritmo deslumbrante le permiten alcanzar una cima lírica. Blas Muñoz se sirve del heptasílabo y el endecasílabo para ordenar un mensaje que se cierra a modo de tesis: Y en la desposesión/ dueño soy/ de una ausencia.

Las citas de Luis Rosales y Carlos Marzal, que introducen la segunda y tercera parte respectivamente, ahondan en el sentido de un poemario tan coherente como heterogéneo pues son variados los temas sobre los que Blas Muñoz templa su pluma.

En definitiva, nos encontramos ante un poemario donde su autor revisa su estilo en aras de conseguir, si cabe, una mayor densidad expresiva. Nos encontramos, pues, ante un libro con un alto poder sugeridor que, sin duda, satisfará al lector exigente.

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