La contaminación atmosférica es ya un grave problema en la salud pública

Embotellamiento vehicular.
Embotellamiento vehicular.

El incremento del número de coches en las grandes ciudades del mundo está generando un ambiente atmosférico negativo para la salud de las personas que habitan en ellas.

La contaminación atmosférica es ya un grave problema en la salud pública

El aumento de la contaminación atmosférica en las grandes ciudades se está convirtiendo en los últimos tiempos, en un verdadero problema de salud pública. Ciudades como Madrid, están sufriendo en estos últimos días un incremento en la concentración de partículas contaminantes debido al aumento del tráfico rodado junto con un régimen escaso de viento y lluvia.

Esta situación ha hecho que las autoridades se vean obligadas a tomar medidas drásticas encaminadas a intentar paliar el problema. Entre dichas medidas se encuentra el prohibir la circulación de vehículos particulares en la zona interior al anillo de la M-30. Medidas que, por otra parte, no son del agrado del público en general, y han supuesto un gran número de confrontaciones en las redes sociales sobre la efectividad o no de dichas medidas.

La atmósfera es un bien común indispensable para la vida respecto del cual todas las personas tienen el derecho de su uso y disfrute, y la obligación de su conservación, tal y como se recoge en nuestra Carta Magna, la Constitución Española. El aire, parte fundamental de la atmósfera y elemento indispensable para la vida, es una mezcla de muchos gases. Algunos de ellos se consideran parte integrante de la atmósfera, porque siempre están presentes en ella en proporción fija, así principalmente el nitrógeno y el oxígeno, junto con gases nobles como el argón, neón, helio, metano, criptón e hidrógeno en pequeñas cantidades. Otros como el vapor de agua, anhídrido carbónico, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y ozono, se encuentran en proporción muy variable, tanto en el tiempo como en el espacio.

La contaminación atmosférica se define, según la actual ley de contaminación atmosférica, como la presencia en la atmósfera de materias, sustancias o formas de energía que impliquen molestia grave, riesgo o daño para la seguridad o la salud de las personas, el medio ambiente y demás bienes de cualquier naturaleza. Los efectos producidos o que se generan por la presencia de contaminantes en la atmósfera, pueden ser muy variables, afectando no sólo a la salud de los seres humanos, sino también a otras especies animales y al medio ambiente en general. Los efectos relacionados con la exposición a la contaminación atmosférica son diversos, siendo los más estudiados los que se producen a corto plazo, es decir en el periodo de unos pocos días, habitualmente menos de una semana, después de la exposición. Sin embargo, en las últimas décadas, un importante número de estudios ha puesto en evidencia la asociación cada vez más clara de los niveles de contaminación atmosférica con efectos sobre la salud, incluso por debajo de los estándares considerados como seguros por las agencias internacionales.

Los principales problemas de salud relacionados con la exposición a partículas contaminantes en la atmósfera son enfermedades respiratorias (bronquitis, asma, neumonía), enfermedades cardiovasculares (ictus, infarto de miocardio), incremento del riesgo de padecer cáncer de pulmón, exacerbación de enfermedades crónicas de base, afección de los órganos de los sentidos como son los problemas de visión, y otras enfermedades psicosociales como el aumento del estrés, insomnio e irritabilidad.

Según la OMS, los grupos de población más vulnerables a la contaminación atmosférica son los niños, los ancianos y las familias con un poder adquisitivo bajo y con un acceso limitado a la asistencia médica.

Entre las medidas adoptadas por las instituciones para mitigar este problema de salud se encuentran el fomento del transporte público, ir a pie o moverse en bicicleta para trayectos cortos, en vez de depender del transporte privado, principal origen de la contaminación atmosférica en las grandes ciudades. Así mismo se está promoviendo la instalación de centrales eléctricas que, en lugar del carbón, utilicen combustibles limpios y renovables, y las mejoras en la eficiencia energética de los edificios y las industrias.

De manera puntual y en situaciones de crisis, desde las administraciones sanitarias se aconseja a la población vulnerable y no vulnerable, que eviten la sobreexposición a estos contaminantes. Desde las páginas oficiales de los estamentos de salud se pueden seguir, de manera puntual, los informes de evaluación y los pronunciamientos relacionados con las crisis puntuales. Así mismo existe información necesaria para prevenir posibles problemas de salud relacionados con la contaminación atmosférica.

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