Unos científicos de EE UU están muy cerca de desarrollar la sangre artificial

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Una representación del torrente sanguíneo. / Pixabay

Las investigaciones continúan porque algunos estudios sugieren que los sustitutos de la sangre existentes pueden incrementar el riesgo de infarto en las víctimas de accidentes a las que se les han administrado.

Unos científicos de EE UU están muy cerca de desarrollar la sangre artificial

Aunque parezca insólito, la sangre artificial puede ser una realidad. Un grupo de científicos se propuso construir una proteína capaz de hacer o imitar lo que hacen las naturales en el cuerpo humano. Transportar y entregar oxígeno, lo que constituye un avance importante en el desarrollo de la tan ansiada sangre artificial.

Según un trabajo publicado en el portal digital euroresidentes.com, investigadores de la Universidad de Pensilvania se centraron en crear, partiendo desde cero, proteínas capaces de transportar oxígeno y fundamentalmente sumergibles -una característica importante-, pues si el agua entra en la proteína, crea una forma de oxígeno que escapa y causa daño celular.

La mayoría de los sustitutos de la sangre incluyen versiones modificadas de hemoglobina natural, el componente clave de la sangre que lleva el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo.

“Modificar las proteínas existentes no siempre tiene como resultado una respuesta predecible y a menudo falla. Las proteínas naturales son complejas y frágiles”, señala Christopher Moser, bioquímico de la Universidad de Pensilvania y coautor del estudio.

De poderse concretar este hecho, sería una gran solución para algunos problemas de la salud. Durante años, los científicos han intentado crear componentes de sangre artificial, con la esperanza de que dicho avance médico resolviese los problemas que presenta la sangre donada, como son la contaminación, el almacenamiento limitado y la escasez; y facilitase las transfusiones de sangre en la guerra y las urgencias.

Operaciones

Una sala de operaciones. / Pixabay

Señala la página digital que, actualmente, la mayoría de los sustitutos de la sangre incluyen versiones modificadas de hemoglobina natural, el componente clave de la sangre que lleva el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo, pero las investigaciones continúan porque algunos estudios han sugerido que los sustitutos de la sangre existentes pueden incrementar el riesgo de infarto en las víctimas de accidentes a las que se les han administrado.

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