La ciencia descubre que la literatura mejora el cerebro; a ver si llega a tiempo

La buena literatura estimula la empatía y ayuda a comprender al otro.

La revista Science publica este mes un revolucionario estudio en el que concluye que la buena literatura nos enseña a evaluar las emociones de los otros, a empatizar.

La ciencia descubre que la literatura mejora el cerebro; a ver si llega a tiempo

La revista Science publica este mes un revolucionario estudio en el que concluye que la buena literatura nos enseña a evaluar las emociones de los otros, a empatizar. Esta investigación llega el mismo mes en el que el informe PISA coloca a España a la cola de Europa en comprensión lectora.

Yo reduciría la educación primaria a tres materias: lectura, cuentas y naturaleza. Estas tres, por este orden, y bien dadas, junto con el mens sana in corpore sano, o sea, el ejercicio físico, completan, a mi parecer, las cuatro patas de la formación de un ser humano hasta la adolescencia. (Después, ya cada cual irá especializando su camino).

Todo el resto es dispersión. Hoy hay mucha dispersión. Los resultados de esta dispersión se ofrecen en el último informe PISA, ese documento de la OCDE que evalúa la capacidad lectora y matemática tanto de escolares como de adultos. España está a la cola de Europa —tanto los niños como los mayores— en comprensión lectora y en matemáticas. O sea, fallan todos los programas y planes educativos. 

De esas cuatro patas de la formación primera, la lectura es la prioritaria. El enganche para adquirir cualquier otro conocimiento. Esto es obvio, pero tienen que venir los científicos a decírnoslo. A comienzos de octubre se publicaba en la revista Science un revolucionario estudio firmado por el grupo de científicos de la Nueva Escuela de Investigación Social de Nueva York. Por vez primera, se cuantificaba el valor de las artes y de la literatura en el cerebro. Concluye el trabajo que la escritura literaria, la “alta literatura” estimula las áreas cerebrales implicadas en la emoción social y en la empatía. Es decir, leer buenos libros nos lleva a comprender mejor la vida de los otros, a percibir el mundo desde varios puntos de vista y simultáneos. Nos da, en definitiva, las claves (hondas, y tan difíciles siempre) para vivir en sociedad.

Y no solo en Nueva York hablan de esto. Estos días he escuchado también a Rocío Leira Castro, profesora de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Santiago. Acaba de publicar un libro titulado Universo Pitágoras (Biblos). “La literatura —afirma— es ideal para acercar las matemáticas al gran público”.  Leo también en la prensa las declaraciones del decano de la Facultad de Historia de Compostela, Juan Manuel Monterroso, que exclama: “Me gustaría que alguien hablara del beneficio social del conocimiento humanístico”. Al tiempo que lamenta la decadencia de carreras como Geografía y Ordenación del Territorio, que este año tiene la matrícula mínima (y uno pienso: como si en Galicia o en España entera estuviésemos sobrantes de conocimiento para ordenar el territorio. En fin).

Un gurú para lectores
Necesitamos un gurú para lectores. Santiago de Compostela acogió el pasado fin de semana un congreso mundial de coaching. Ese método (coaching=entrenamiento) tan de moda que pretende buscar las habilidades de cada uno para que pueda triunfar con ellas. Pues bien. Un coach o entrenador para potenciar la capacidad lectora. Animo a los nuevos gurús a ahondar en esto, ya que los planes educativos no parecen muy inspirados. Ahora, hasta los científicos hablan de la lectura como base para lograr todos nuestros éxitos. A ver se llegan a tiempo.

 

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