El Ficcionario sopla burbujas de agua en el Levante español

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Muchacho haciendo pompas de jabón (fragmento), de Édouard Manet (1867).

En amplias zonas de la costa mediterránea, la abusiva demanda de agua tiene por causa las roturaciones ilegales del terreno con fines agrícolas y la excesiva proliferación de urbanizaciones y de campos de golf.

El Ficcionario sopla burbujas de agua en el Levante español

La relación de los padres con los hijos, la escasez de agua y la modificación por intervención humana del territorio constituyen los temas principales sobre los que discurre en esta entrega el Ficcionario.

heztárea. 1. Superficie de 10.000 m2 propiedad de Ester Colero. 2. Esa misma superficie de terreno abonada con excrementos.

hicever. Masa de hielo que viste con mi ayuda flotando en el océano tras haberse desprendido de un glaciar. Quizá si me hubiera embarcado en el Titanic...

hidea. (angl.). Pellejo real de las cosas, sólo apreciable cuando las cosas se quedan en cueros.

hydentidad. (angl.). Conjunto de rasgos o características que individualizan a Mr. Hyde, para diferenciarlo del Dr. Jekyll, según la magnífica novela de R.L. Stevenson.

hidrolatría. Adoración del agua, aunque no sea bendita. En el Levante español, junto con los modernos industriales de la agricultura expertos en roturar miles de hectáreas de monte para plantar árboles frutales, blanquear el dinero negro y, si se tercia, coger un buen pellizco de las subvenciones comunitarias, los máximos y más peligrosos hidrólatras son los promotores de urbanizaciones y de campos de golf. Estos tiburones de diferente rango, agazapados tras unos políticos-marioneta instalados en la falsa coartada del desarrollismo (porque el crecimiento económico resulta insostenible si no se ponen límites, e inaceptable si no se tienen en cuenta la protección ambiental y la cohesión social) son los que, en verdad, deciden el futuro del territorio y de sus habitantes: como no podía ser de otra manera, sólo en función de su interés económico inmediato. El resultado salta a la vista: la destrucción completa del litoral y la que ya se prevé para el resto. Ante tal situación es comprensible, por tanto, que comiencen a aparecer grupos de herejes que niegan el culto a esta imagen que nos venden, intenten destruirla y perseguir a quienes la veneran. Defenderán, por contra, que cubiertas las necesidades básicas (consumo humano, industrial básico y agrario tradicional), tan injustificado resulta en zonas áridas pretender gastar más agua de la que se tiene como querer disfrutar en zonas frías de más horas de sol de las que se disponen. Su credo, tal y como lo ha proclamado Perico Noclasta, se basa en tres prohibiciones fundamentales: impedir el uso lúdico del agua a gran escala (hay otras zonas más apropiadas y siempre verdes para practicar la “golfería”); detener la puesta en regadío de nuevas hectáreas, obligando a reforestar las roturadas ilegalmente (las nuevas vocaciones agrícolas pueden orientarse, si quieren, hacia los cultivos de secano) y, por último, atajar de una vez el crecimiento urbanístico desenfrenado (que no siempre responde a necesidades objetivas de la gente sino, en su mayor parte, a necesidades inducidas que provocan de la noche a la mañana alteraciones de la población y del paisaje medioambientalmente insoportables). En un alarde de admirable prudencia, los promotores y constructores no han respondido a estas provocaciones. Consideran suficiente haber designado a su portavoz: Carmela Sudas. Llueva o no llueva.

higualdad. 1. Circunstancia de tener dos higos la misma forma o aspecto. 2. Circunstancia de ser tratadas de la misma manera las brevas que los higos. Algunos han tachado este planteamiento de excesivamente rhiguroso. Otros le han restado importancia porque se da de higos a brevas.

hijiene. Conjunto de prácticas que los padres realizan con el fin de mantener el cuerpo de sus hijos en un estado saludable. No estaría mal que una escrupulosidad parecida aplicáramos también a la salud de su espíritu.

Hijnacio. Por simplificar, dejando a la vez muy claro el vínculo que les unía, la madre de Nacho solía escribir su nombre de este modo.

híjneo. Dícese del hijo muy ardiente y encendido. A diferencia del hijnífugo, que protege a los padres contra el fuego.

hijnominia. Situación de descrédito o deshonor de quien ha perdido el respeto de sus hijos a causa de una acción indigna o vergonzosa.

hijnorar. Desconocer a los hijos o no hacerles caso, pese a tenerlos en casa.

hijnoto. Se dice del hijo que todavía no conoces o no has descubierto. A pesar de todo lo que ha llovido o de lo que llevas andado desde su nacimiento.

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