El fracaso del Derecho
Vengo siguiendo el “caso Assange” desde el principio. He propuesto dos posibles soluciones que han sido comentadas como muy plausibles y fundadas en el periódico El Imparcial por José Eugenio Soriano, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid. El primero se tituló “Caso Assange: la solución Gambier” (25/06/2014; ir al artículo) y el segundo fue “Caso Assange: solución Gambier, segunda fase” (26/09/2014; ir al artículo). La primera de ellas fue, incluso, tomada como propia -más allá de los matices que correspondan a su gestión políca- por el entonces Canciller de Ecuador, Ricardo Patiño Aroca.
¿Qué ha pasado con ellas? Las partes no se avienen a seguir los caminos propuestos ni se encuentran otros alternativos. Ni son exitosos los caminos de su defensa (hace poco fracasó un intento de levantar la "euroorden" que pesa contra él). Cuando supe de las objeciones a la primera de mis soluciones, propuse la segunda. Nada ha pasado.
Pero el fracaso del Derecho no tiene que ver, solamente, con mis propuestas, naturalmente. La justicia sueca tampoco tiene satisfacción y no logra avanzar. No solo se produce la prescripción de algunos de los presuntos delitos o faltas que se le imputan a Assange (lo que es inexplicable), sino que cuando parecía que éste iba a ser interrogado en Londres en la sede de la Embajada de Ecuador, han aparecido trabas burocráticas y el interrogatorio no ha tenido lugar todavía.
El fracaso de la Sociedad Civil
Distintas organizaciones civiles de todo el mundo claman por el cese de la situación de detención arbitraria en la que está Julian Assange. Aunque él no está “detenido” en el sentido literal del término (dado que puede salir de donde está), así califican su situación los expertos. Y la detención, veremos en seguida, es definida como arbitraria. Se organizan continuamente seminarios y actos de protesta en distintas partes del mundo. Eso sí, mientras tanto él ejerce -gracias a la tecnología- plenamente su libertad de expresión con la sola limitación física (lo que no es poco).
¿Qué ha pasado con estos clamores? Nada. Más allá de continuar sensibilizando a la opinión pública, no logran conmover la situación en la que se encuentra Assange. En igual saco roto caen apoyos de variadas y antagónicas fuerzas políticas que se manifiestan de tanto en tanto.
El fracaso de las organizaciones internacionales
El caso Assange tuvo este año un nuevo hito. Un comité de expertos de la Organización de las Naciones Unidas (UN Working Group on Arbitrary Detention) se pronunció en el mes de diciembre de 2015 considerando que su situación era constitutiva de una “detención arbitraria”. Esta opinión se conoció en febrero de 2016. Ver la noticia en la BBC
Todo ello me mantiene en la firme convicción de algo que muchos considerarán obvio: hay razones políticas muy fuertes detrás de esta situación. Esto hará que las herramientas legales que se vayan usando fracasen una tras otra.
¿Será el Brexit una solución? Falta tanto tiempo para que se materialice la salida del Reino Unido que pensar en ello carece de sentido práctico. Evidentemente caerá la Euroorden, pero se buscará un camino para que se reemplace su efecto. Hay que encontrar una solución ahora.