Aquí nadie sabe decir lo que hay que hacer: ¿o nadie hace lo que tiene que hacer?

La mano que ordena. / Pixabay
La mano que ordena. / Pixabay

"He reflexionado mucho sobre el sistema de producción, opino que la fórmula del Fairy merece un Príncipe de Asturias, ya que es económico y une a todas las casas como las campanadas...". Nuevo relato literario de esta autora.

Aquí nadie sabe decir lo que hay que hacer: ¿o nadie hace lo que tiene que hacer?

He acuchillado un cojín y sigo queriendo meter hostias, aunque la culpa acabe siendo mía. Tu enemigo necesita tu venganza si nunca le han agarrado del cuello. Rompí con mi pasado siempre que no me dejaron volver, ahora éste me da por culo. Pero adivino el futuro de la pared y le he dicho que un mosquito la derrumbará de madrugada.

Mujeres, somos la hostia. Somos el género emergente, la novedad del siglo. Junto al Estado de Bienestar y la madre que nos parió podemos firmar un divorcio o matar ratones en pro de la ciencia. La selección natural hace reinas.

Pero somos muchas reinas para tan poco rey, ni él consiente que un etarra le agarre de los huevos cuando se pintxa el queso de San Sebastián. Vivimos la generación de la libertad pero aquí nadie sabe decir lo que hay que hacer. ¿O nadie hace lo que tiene que hacer?

Tiene que haber alguna casa de putas que acoja una china borracha. Quizá me acabe aburriendo y me suba a un camión, o puede que me maten follando.

Y es que espero a que la mujer se rebele cuando los maricas empiecen a custodiar los baños. Dejemos de rivalizar por la vida, hay tallas para todas, colores en la paleta y muchas ganas de hacer cosas.

Hay que decidirse, una vez que te decides te cae el tormento de la plena felicidad. Hagamos lo que nos salga del coño hasta que Cospedal nos mande a Pepe. La mujer se distingue por su derecho a elegir canal de televisión.

Así que somos feministas y estamos muy unidas porque no tenemos nada en común, no tenemos por qué seguirme los pasos, yo sola. Lo importante es estar bien de sanidad, de dinero y que los demás sean gilipollas.

No nombremos conflictos ni problemas. Debemos tener la convicción de que el mundo va a cambiar. Obedezcamos las órdenes de los panfletos, que a veces te informan de cómo disfrutar mejor si necesitas desahogarte de tantas pajas.

Es necesario para el sistema que abran línea de esas conversaciones secretas de los mandatarios que han violado las normas al no llevar corbata

Es necesario para el sistema que abran línea de esas conversaciones secretas de los mandatarios que han violado las normas al no llevar corbata. ¿A dónde irían algunos sin condones? Es la eterna disquisición: los hay subnormales, luego está Mariano Rajoy. Menos mal que hay surtido de opciones políticas y que en realidad nos la sudan. He reflexionado mucho sobre el sistema de producción, opino que la fórmula del Fairy merece un Príncipe de Asturias, ya que es económico y une a todas las casas como las campanadas.

A mí me han violado, es mi gran tabú. Alguno hay que me recuerda al escritor y poeta Charles Bukowski, luego recuerdo que yo estoy más chalada y se me pasa...

O sea, que le den a la Corona y al resto, la putada es que por mí pondría un ghetto en Extremadura. Estamos todos dotados de capacidades, todos ocupados sin molestar. La verdad es que mientras no se la saquen no hacen daño a nadie.

Lo importante en este proceso es coger el coche e iniciar la persecución por autopista a Jessi la del vodka con lima que regaló sus botones en la caja de un lujoso comercio. Dense una vuelta por las realidades, hay miserables que consumen porno.

Yo creo que estoy lanzando un emblema que lo flipas, porque, qué narices, estoy en el paro y valgo un dinero. Hay grandes talentos en cementerios extranjeros y quiero hacer un conjuro para hablar con ellos, matarlos otra vez, darles todo lo que necesiten.

No hay ratas en Irlanda y protestantes los que haya, no hace falta que un gran hombre te salve si el santo te da un cachito de pan para cuando te echen de casa.

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