Analizan 140 especies de caballos para poder entender su evolución

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Tres especies distintas de caballos. / Mauricio Antón

Un grupo de científicos españoles y argentinos se dieron la tarea de despejar las dudas sobre la evolución del género Equinae.

Analizan 140 especies de caballos para poder entender su evolución

Actualmente solo quedan 7 especies de este género, que se dividen en el caballo de Przewalski, la cebra Grévy, el kiang, la cebra de montaña, la cebra de llanura, el asno salvaje africano y el asno salvaje asiático. Sin embargo, hace 18 mil millones de años existieron hasta 140 distintas especies y los científicos han hallado la razón de esta diversificación.

El estudio, publicado en ‘Science’, explica que el origen de los caballos se encuntra en Norte América, en donde desciende de un mamífero que existió hace más de 50 millones de años, y que pertenecía al género Eohippus. Así mismo, señalan que para poder encontrar el origen de tantas variaciones, tuvieron que estudiar a las 140 familias, a través de sus distintos fósiles y determinaron que, al menos, existieron tres momentos en los que la especie se transformó; ubican el primer tiempo de cambio hace unos 18 millones de años, el siguiente fue hace 11 millones de años y el último hace unos 4 millones de años.

Teoría clásica vs la Nueva teoría

La ciencia no es estática, siempre cambia, se mueve o mejora. Así, está sucediendo con esta nueva afirmación, puesto que la teoría clásica dictaba que la rápida expansión del género se debió a una rápida adaptación de su nuevo entorno, las praderas.

Es conocido que el cuerpo se adapta a la situación, esta regla ocurre en todas las especies; según la antigua teoría los caballos se fueron adaptando al entorno y por lo tanto a unas nuevas dietas. Los cambios pasaron por su dentadura, para poder pastar, por su tamaño para poder digerir mejor el alimento y para poder defenderse de otros animales.

Esta teoría se creía cierta puesto que la rapidez con sucedieron los cambios hacían que, por extensión, los animales también cambiaran tanto, en tan corto tiempo. La nueva teoría, no niega del todo estas afirmaciones, sin embargo, colocan sobre la mesa otro factor a tomar en cuenta, el ambiente.

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Caballos. / Pixabay

Los autores del estudio, Juan López Cantalapiedra del Museo de Historia Natural de Berlín, y José Luis Prado de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, explican que según los análisis que realizaron a los distintos fósiles pueden concluir que los cambios realmente fueron lentos y no tan acelerados como creían. Esto se debe a que mientras más rápido iba el aumento de la especie, más lento ocurrían los cambios morfológicos.

Además los factores ambientales influyeron en poder mantener a todas las especies, puesto que los cambios ambientales habrían provocado una fragmentación del ecosistema que existía en ese momento, y esto habría aislado a las distintas especies, causando una diferencia en su genética, pero no en a su morfología.

En este punto entraría en acción el esparcimiento de la especie por el mundo, con la separación de los antiguos continentes, los caballos llegarían a lo que hoy conocemos con Europa y Asia. Finalmente, los científicos señalaron como una posibilidad el hecho de que, en su esparcimiento no se terminaron adaptando, por lo que no sobrevivieron a la competencia con otras especies, y ha terminado en la extinción de casi todo el género.

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