El Ficcionario se para en algunas cosas que nos hacen andar de cabeza

Baselitz, Georg; Adieu (Adieu); Tate; http://www.artuk.org/artworks/adieu-adieu-197780
Adiós, de Georg Baselitz (1982).

Un solo delito de cuello blanco puede causar más daño que miles de fechorías callejeras, por lo que su proliferación representa uno de los principales problemas económicos y sociales de nuestro tiempo.

El Ficcionario se para en algunas cosas que nos hacen andar de cabeza

Al Ficcionario le preocupa, en esta entrega, reconocer a simple vista la santidad de una persona, averiguar la extracción social sobre la base del uso lingüístico o descubrir hasta qué punto la amistad es interesada o verdadera.

halfombrar. (angl.). 1. Cubrir la mitad del suelo con una tela muy gruesa. 2. Sombrear a medias.

hallegado. Palabra que sirve para anunciar de un tirón la presencia de un pariente al que se esperaba.

halójenos. Elementos de la columna VII B de la tabla periódica que, cansados de estar a la intemperie, no paran de implorar que algún químico solidario les proporcione albergue. En la Ciudad de la Ciencia, a 23 de noviembre de 2005, suscriben este ruego el flúor, el cloro, el bromo, el yodo y el astato.

Halonso. Las personas que se llaman o apellidan Halonso son fácilmente reconocibles por el aura que se forma alrededor de su cabeza, lo que, a imagen de los santos, les otorga cierto respeto y admiración social.

halopécico. Dícese del santo al que se le ha caído el círculo luminoso, generalmente metálico, que rodea su cabeza.

hamante. (angl.). Persona que ama el jamón.

hamistad. (angl.). Afecto personal que aparece o se consolida cuando le regalas un jamón a alguien.

Hambrosio. Nombre sorprendentemente infrecuente, teniendo en cuenta la cantidad de personas que pasan hambre. De mediar alguna justicia entre el signo y lo significado, uno de cada cuatro niños llevaría esta denominación tan reveladora.

hamorío. abrev. coloq. Enredo amoroso que se ha terminado.

hamparar. Ofrecer protección a la gente del hampa.

hamperio. Unidad propuesta por la ciencia para medir la bribonería de la gente que, de manera habitual, vive holgazaneando y delinquiendo. Aunque quizá haga más falta una unidad de medida equivalente para los delincuentes de cuello blanco, gente bien que trampea en los negocios llevados por su codicia y auxiliados por prestigiosos gabinetes jurídicos que les buscan la manera de burlar la ley con el menor riesgo posible o de encontrar resquicios legales por donde incumplirla. Los delitos de cuello blanco son, pues, generalmente realizados por personas con un estatus socioeconómico elevado, aparentando integridad y conciencia social e involucrando multitud de prácticas ilegales; eso sí, sin necesitar el concurso de la violencia. Los más comunes son la evasión y elusión fiscal, el tráfico de influencias, el fraude, el blanqueo de dinero, la quiebra planeada, el uso de información privilegiada, el soborno y la malversación de fondos. Aunque la percepción social de su gravedad no está a la altura del perjuicio que causan y, cuando son juzgados, sus urdidores no suelen recibir una condena proporcionada o salen indemnes, un solo delito de este tipo puede causar más daño que miles de fechorías callejeras, por lo que representan uno de los principales problemas económicos y sociales de nuestro tiempo.

hampolla. Miembro viril de un hampón.

hampuloso. Se aplica a un tipo particular de lenguaje, llamado jerigonza o germanía, que antiguamente usaban en España los maleantes y pícaros agrupados en torno a una especie de sociedad protectora del robo y la delincuencia. Actualmente lo han resucitado los abogados insignes de los delincuentes de cuello blanco.

Hamsterdam. La ciudad de los hámster.

handén. (angl.). En las estaciones de trenes y autobuses, especie de acera al borde de la vía o de la calzada que utilizan aquellos que, en lugar de ir de un sitio a otro moviéndose con los pies, prefieren hacerlo con las manos apoyadas en el suelo y los pies en alto. Andar de cabeza es, en realidad, handar. Una constatación que en 1969 le sirvió a Georg Baselitz para realizar el descubrimiento de su vida: la pintura del revés, sin que ello consista, claro está, en poner el cuadro boca abajo.

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