El actor Roco Siffredi deja su carrera porno porque ha encontrado el amor

Rocco Siffredi.
Rocco Siffredi.

Rocco Siffredi fue la fantasía sexual de esos adolescentes que, en los noventa, practicaban el onanismo en la casa del amigo rico que tenía vídeo VHS.

El actor Roco Siffredi deja su carrera porno porque ha encontrado el amor

Rocco Siffredi fue la fantasía sexual de esos adolescentes que, en los noventa, practicaban el onanismo en la casa del amigo rico que tenía vídeo VHS.

Leo en El Mundo que Rocco Siffredi deja el porno por amor. En una entrevista previa a participar en un reality italiano, ha confesado que lo primero es su esposa y que ya no puede pensar en seguir con el fornicio delante de la cámara. Me asusta en la noticia de El Mundo el uso del adjetivo "desmejorado", "un desmejorado Rocco Siffredi". Claro si es que la edad y los oxidantes no perdonan. Una pena.

Porque Rocco Siffredi fue la fantasía sexual de esos adolescentes que, en los noventa, practicaban el onanismo en la casa del amigo rico que tenía VHS y el vídeo-club a la vuelta de la esquina. Fue también la fantasía sexual de algunas mujeres con hombreras y colonia Chispas que no tenían a la mano un libro como las 50 sombras.

En efecto, el felipismo también tuvo mucho de censura erótico-festiva para algunos jóvenes que odiábamos la movida madrileña y que el Canal + codificara sus películas X todos los viernes por la noche. Qué tiempos iniciáticos aquellos. Ya no volverán. Rocco Siffredi tuvo la culpa de que muchos adolescentes se criaran relacionando el sexo con el machismo, que lo pornográfico enseñara su peor esencia: la servidumbre de la mujer frente al falo totémico del varón. Mucho cabra loca y mucho maltratador nacieron de esas películas que se escondían bajo el colchón de la cama o dentro de la cisterna, evueltas en plástico, para que ni papá ni mamá las descubriera.

Rocco Siffredi se convirtió durante mucho tiempo en ese actor al que los periodistas preguntaban por el seguro del instrumental que utilizaba en sus exploraciones. Pero el tiempo pasa y los actores porno, como los líderes carismáticos y los caramelos Sugus, van pasando de moda. Con su retirada del cine, desaparece también una forma de mirar el mundo, una forma cutre, torticera, donde importa más el desenlace que los preámbulos, donde la batuta del sexo la lleva el hombre y donde un mal actor de drama es necesario para que el porno triunfe. Diablo mundo.

Comentarios