El aceite de palma también es un problema medioambiental
Hoy en día el aceite de palma es el ogro de la alimentación. Diversos estudios dan razones para que así sea, entre ellos que debido al modo de procesarlo resulta cancerígeno para nuestra salud.
De entre todos los aceites, el de palma está siendo el protagonista absoluto de los últimos meses. Se trata de un aceite de origen vegetal obtenido del interior de la fruta de la palma, una planta tropical.
Hombres recogiendo el fruto de la palma.
Este aceite es un ingrediente muy común en los alimentos procesados y hasta 2014 aparecía escondido en las etiquetas de los productos bajo el término “grasas vegetales”, que a su vez englobaba a otro tipo de grasas pero sin especificar. Esto se acabó. En diciembre de 2014 entró en vigor el Reglamento Europeo 1169/2011 Sobre la información alimentaria facilitada al consumidor en la que se especificaba que “Los aceites refinados de origen vegetal [si bien] podrán agruparse en la lista de ingredientes con la designación “aceites vegetales”, [deberán ir] seguida inmediatamente de una lista de indicaciones del origen específico vegetal…”, es decir que si miramos los ingredientes de los productos que compramos podremos saber si lleva aceite de palma o no y si queremos comérnoslo/usarlo o no.
Cómo afecta el aceite de palma a la salud
El famoso nutricionista español Juan Revenga ya lo contaba en un artículo publicado en El País, el aceite de palma es “básicamente una grasa especialmente rica en ácidos grasos saturados”. Y ya sabemos lo que dice la OMS sobre las grasas saturadas: “Reducir el consumo total de grasa a menos del 30% de la ingesta calórica diaria contribuye a prevenir el aumento de peso en la población adulta. Además, el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles disminuye al reducir el consumo de grasas saturadas a menos del 10% de la ingesta calórica diaria, y de grasas de tipo trans a menos del 1%, y al sustituir esas grasas por las grasas no saturadas”
Los ácidos grasos saturados son necesarios para el organismo, pero, como indican los expertos en medicina, no debemos tomarlos en exceso porque aumentan el colesterol y, por tanto, favorecen las enfermedades cardiovasculares. También se ha comprobado que sustituyendo grasas saturadas por monoinsaturadas, disminuyen algunos tipos de cáncer como el de mama.
Volviendo a Juan Revenga, este pone el foco en investigaciones recientes sobre este tipo de grasas saturadas, de las cuales no todas se han considerado malas (al estilo de la clásica clasificación entre grasas buenas y grasas malas). Pero ¿cuál es la peor de entre estas poco favorables grasas saturadas?: el ácido palmítico, nuestro protagonista. “Hay pocas dudas respecto a su presencia en la dieta en relación con diversas disfunciones metabólicas, entre ellas, la diabetes”, escribe el nutricionista Revenga, quien apunta que parte del problema de este aceite está en su procesado.
Miramos entonces hacía EFSA (Autoridad Europea sobre Seguridad Alimentaria). Esta agencia evaluó los riesgos para la salud pública de las sustancias glicidil ésteres de ácidos grasos (GE), 3-monocloropropanodiol (3-MCPD), y 2-monocloropropanodiol (2-MCPD) y sus ésteres de ácidos grasos. Las sustancias se forman durante el procesamiento de alimentos, en particular, al refinar los aceites vegetales a altas temperaturas (aprox. 200 ° C). Los niveles más altos de GE, así como 3-MCPD y 2-MCPD (incluyendo ésteres) se encontraron en los aceites de palma y grasas de palma, seguido de otros aceites y grasas.
El estudio confirmó las pruebas “suficientes” de que glicidil es genotóxico y cancerígeno, es decir, la sustancia que se encuentra en altas dosis en el aceite de palma tras su procesamiento es genotóxica y cancerígena.
De ahí que el partido político Ciudadanos registrase el pasado mes de marzo una iniciativa en el Congreso de los Diputados con el fin de que la industria alimentaria deje de usar aceite de palma en sus elaboraciones. La Proposición No de Ley incluyó también la petición al Gobierno para que proteja a la población de los efectos nocivos del aceite de palma, acreditados por diversos estudios científicos, y que limite el acceso al mismo a los menores, especialmente en los centros escolares. La propuesta de Cs en el Congreso se basa tanto en el aumento del consumo del aceite de palma registrado en los últimos años (Europa es ya el tercer consumidor mundial, con 50 millones de toneladas al año frente a las 1,5 de mediados de los últimos años) como en los estudios desarrollados sobre sus posibles efectos sobre la salud.
Productos que contienen aceite de palma
En Carro de Combate elaboraron una interesante lista de los productos que llevan aceite de palma, dentro de su ambiciosa investigación sobre los impactos que provoca el monocultivo de palma africana en Asia, América Latina y África, y los efectos sobre la salud de su creciente uso en la industria alimentaria:
El aceite de palma también es un problema medioambiental
El Parlamento Europeo señala al aceite de palma como una de las principales causas de deforestación del planeta. Esta era la conclusión tras la votación en Bruselas a primeros de abril. Con 640 votos a favor, 18 en contra y 28 abstenciones, se aprobó un informe que identifica el aceite de palma como una de las principales causas de deforestación, abogando por su eliminación de los biocarburantes para 2020.
Desde Greenpeace señalan que la organización lleva años denunciando la deforestación relacionada con el cultivo de palma aceitera. “Solo Indonesia, uno de los principales países productores, ha perdido ya una superficie comparable a dos veces la extensión de Alemania”, apuntan desde la ONG ambientalista. De hecho, en este país puso el foco un informe de Amnistía Internacional que acusaba de "serios abusos de los derechos humanos" a la empresa Wilmar, la mayor empresa de comercio de aceite de palma del mundo con base en Singapur, que abastece de aceite de palma a empresas como Nestlé, Kellogg's o Colgate.
Qué alternativas hay
Cómo comer mejor, recomendaciones del Ministerios de Sanidad.
En lo que respecta a España el Ministerio de Sanidad ha lanzado un folleto de Estilos de vida saludables en donde recomienda leer el etiquetado de los productos que compramos, evita aquellos que contengan grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas y limitar aquellos con aceites de coco o palma. Además, según publica El Confidencial, desde el Ministerio se están reuniendo con todos los sectores de la cadena para sugerirles que reformulen la composición de sus alimentos con el objetivo de que sustituyan poco a poco el aceite de palma por otras grasas menos prejudiciales para la salud. El Ministerio de Sanidad pone como ejemplo un acuerdo firmado con los productores de aperitivos para que estos se comprometan a reducir el contenido de sal en sus alimentos.
Por el momento, y mientras la política sigue su ritmo en este asunto, al consumidor solo le queda decidir si consumir este producto de riesgo y contribuir al agravamiento medioambiental que provoca o no hacerlo.