“Vuestro tiempo ha acabado”, el órdago de Sánchez a la gestora del PSOE en Valencia

Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez.

Su desafío corrobora que, en el fondo, todos  llevamos dentro un quijote que  sacamos a relucir cuando perdemos el juicio como le ocurre al ex dirigente del PSOE, opina este autor.

“Vuestro tiempo ha acabado”, el órdago de Sánchez a la gestora del PSOE en Valencia

A Don Quijote “del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros… y vino a dar en el más extraño pensamiento y fue que le pareció conveniente y necesario, así para el aumento de su honra, como para el servicio de su república, hacerse caballero andante e irse por todo el mundo con sus armas y caballo deshaciendo todo género de agravios”.

Me acordé de esta deliciosa descripción que Don Miguel hace de su personaje cuando el ex secretario general de los socialistas anunció su “primera salida” tras la defenestración y posterior renuncia al acta de diputado. Un Sánchez desencajado dijo que iba a coger su coche para recorrer España, reunirse con los militantes, escucharlos y recuperar con ellos un PSOE autónomo y alejado del PP, con él de nuevo en la secretaría general.  

Su forma de proceder corrobora que, en el fondo, todos  llevamos dentro un quijote que  sacamos a relucir cuando perdemos el juicio. Como está haciendo el ex dirigente socialista que cambia armas por redes sociales, a Rocinante por un coche utilitario -Moncho Alpuente le cantaría “adelante hombre del 600, la carretera nacional es tuya…”-, los gigantes del personaje cervantino, que eran molinos, son en su imaginación el sistema, los bancos, El País, Alierta, la Gestora, Felipe, Susana…, una confabulación del mundo contra él.

Hay una diferencia entre ambos personajes. Mientras Don Quijote, cautivado por los libros de caballerías, busca crear “su mundo” libre de todo tipo de agravios, el objetivo de Sánchez, abducido por Podemos, es reconstruir “el mundo de su partido” que él mismo llevó a la irrelevancia, dejó dividido y casi arruinado.

No se trata de hacer leña del árbol caído, probablemente su situación personal y emocional le distorsiona la realidad.  Pero es constatable que el ex secretario, ahora situado fuera del ideario de su partido, acreditó tanta incompetencia en sus dos años al frente de la formación que culminó con unos resultados electorales tan negativos que cualquier organización seria, y el PSOE lo parece, le invitaría a marchar o le apearía directamente del cargo.

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