El victimismo de Cristina Cifuentes desató el malestar en el núcleo del PP

Cristina Cifuentes (al fondo) durante un acto oficial este dos de mayo. / Twitter
Cristina Cifuentes (al fondo) durante un acto oficial este dos de mayo. / Twitter

Las acusaciones conspiranóicas de la presidenta de Madrid han molestado a un amplio grupo de altos mandos del partido, envueltos en graves conflictos internos por las acusaciones de corrupción.

El victimismo de Cristina Cifuentes desató el malestar en el núcleo del PP

Al Partido Popular no le hizo ninguna gracia que Cristina Cifuentes insinuara de que la filtración del informe de la UCO en que se le envuelve en la financiación irregular del partido haya sido a propósito. “No señalo a nadie, pero en las casualidades no creo y en política menos”, dijo Cifuentes en una entrevista radial.

Su teoría es aceptada por algunos de los integrantes del partido, quienes admiten que “todos tienen sus propias ambiciones” y que incluso fue secundada por Albert Rivera, el principal aliado del partido celeste en esta legislatura. “Lo que sale de la corrupción del PP tiene que ver con la batalla de la sucesión”, dijo Rivera.

El nombre de Cifuentes siempre ha figurado como una de las sucesoras de Mariano Rajoy, una carrera en que participan también María Dolores de Cospedal, actual ministra de Defensa, Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, y Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta de Gobierno. Recientemente se unió al pique Fernando Martínez-Maillo, vicesecretario general de Organización.

Su posición es bastante delicada. Para el congreso nacional de la agrupación, Cifuentes fue abatida por los grandes mandos regionales y demás dirigentes, salvo Cospedal, quien la considera una aliada importante en su trifulca personal con de Santamaría. Martínez-Mailló recondujo la proposición de la presidenta de Madrid y eso envió un claro guiño a Rajoy. En el partido es conocida la división entre el vicesecretario y la presidenta capitalina.

En la cúpula del partido se guardó silencio hasta que Cifuentes hizo pública su versión. Pero también hay quienes creen que la culpa es de ella por exigir que se vete del cargo a cualquiera que fuera imputado por casos de corrupción.

Victimismo

En el entorno de la presidenta se reconoce que hay bastantes sectores del partido que todavía no han asimilado su papel protagonista tras revelar que fue ella quien dio una serie de documentos del Canal de Isabel II a la Fiscalía que condujo la Operación Lezo. Sectores del partido critican el victimismo al que ha apostado la presidenta luego de que insinuara que la filtración del informe de la UCO podría haber venido de otra rama de su mismo partido.

De igual forma han hecho mella sus comentarios en que reitera y defiende su honradez y que asegura dormir “muy tranquila”, algo que se tomó como un desafío entre los otros dirigentes. “No tengo áticos (en referencia directa a Ignacio González) casas, pisos, fincas, acciones ni cuentas corrientes. Con el difama que algo queda se quiere manchar una trayectoria como la mía. No voy a permitir que nadie ponga sombras de dudas”, dijo Cifuentes.

La rivalidad entre Cifuentes y Esperanza Aguirre libró en los últimos años una serie de fuegos cruzados para hacerse con el control del PP de Madrid. Pese a que la actual presidenta de Madrid sostenía su relación formal con Aguirre, no era así con el hombre de confianza de ésta, Ignacio González, con quien tan sólo convivía para actos públicos.

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