La vicepresidenta saca pecho del trabajo que el PP ha hecho en Cataluña

Soraya Sáenz de Santamaría (primer plano), vicepresidenta de Gobierno. / Twitter-Soraya PP
Soraya Sáenz de Santamaría (primer plano), vicepresidenta de Gobierno. / Twitter-Soraya PP

La segunda del Ejecutivo se presentó en el Senado para presumir de los beneficios que ha dejado en la comunidad la aplicación del artículo 155 de octubre.

La vicepresidenta saca pecho del trabajo que el PP ha hecho en Cataluña

Soraya Sáenz de Santamaría se presentó este lunes ante el Senado para aclarar el proceso que ha emprendido desde que se aplicara el artículo 155 de la Constitución para la intervención en Cataluña, tal y como la misma cámara aprobó el 27 de octubre último. La vicepresidenta describió que la administración autonómica ha "recuperado la normalidad", lo que acostumbra a decir, pero esta vez acompañó su discurso tradicional con una afirmación inédita, pues aseguró que no fue la vía constitucional la que paralizó la legalidad en la comunidad, sino la misma Generalitat por estar "suspendida" ya que "sus consellers estaban en modo permamente de procés". "En esta etapa las necesidades de los ciudadanos se han vuelto a convertir en la prioridad", celebró ante los senadores.

La número dos del Ejecutivo atacó duramente al proceso independentista, calificándolo de "fake en toda regla" y de "engaño masivo". Como sea, esos ataques fueron una parte mínima de su discurso, pues esta vez se enfocó en la situación desde que ella tomó las riendas en octubre. A tres días de las elecciones autonómicas, Sáenz garantizó la legalidad de las mismas y aseguró que hoy por hoy Cataluña vive un estado de parálisis burocrática. "Se gastaban 10 millones de euros en delegaciones en el extranjero mientras se cerraban plantas de hospital", confesó. La vicepresidenta detalló uno por uno una serie de acuerdos que la Generalitat fue recortando en los últimos meses antes de que Madrid interviniera. Así, dijo que los sectores de educación, sanidad, asuntos sociales y justicia sufrieron recortes del 26%, 28%, 30% y 40%, respectivamente. Sáenz explicó que encontró hasta 26 contratos vencidos sin renovar, incluyendo los de seguridad en los despachos de administración de justicia. El listado de espera de sanidad se precipitó hasta en un 10%, llegando hasta las 170.000 personas y la del servicio de dependencia era la segunda más alta a nivel nacional, llegando hasta las 80.000 solicitudes, le cita El País.

Así las cosas, presumió que el Gobierno desenmascaró todo con su intervención. "El 155 ha revelado que había asuntos que estaban paralizados durante semanas”, explicó. Desde que Rajoy anunciara la activación del artículo en cuestión se han pagado hasta 1.500 millones. "A medida que se radicalizaba el discurso se restaba importancia a todo lo demás”, añadió. La situación empeoró, de acuerdo a sus palabras, a raíz de "la desconfianza entre los mismos miembros de la coalición de gobierno catalana, que llevó a duplicar organismos".

La aplicación del artículo 155 fue acatado por todos los empleados de la Generalitat, presumió la vicepresidenta, que felicitó "la lealtad y profesionalidad con que han respondido". Luego, sacó pecho de los datos emitidos por el CIS para defender la intervención ordenada por el Senado a finales de octubre: la independencia de Cataluña era nada menos que la segunda preocupación de los españoles para entonces y hoy en día ha caído hasta el cuarto peldaño. "Ha bajado seis puntos en un mes", agregó. De hecho, en Cataluña misma ha caído también hasta el cuarto lugar.

Respuesta crítica

Las palabras de Santamaría no hicieron ninguna gracia en los senadores catalanes. Josep Lluís Cleries, integrante del PDeCAT, le criticó porque, en su opinión, su comparecencia no fue más que "un acto electoral" de cara a los comicios del jueves, en los que de cualquier forma el PP no tiene ninguna oportunidad real de ganar. Como sea, Cleries también le acusó de hacer "demagogia" con los datos con que reforzó su discurso.

A 72 horas para que los catalanes salgan a votar, los ánimos están más tensos que nunca. La situación provocada por la destituida administración de Carles Puigdemont dejó muy tocados a los independentistas, que se ven contra la pared ante el avance de Ciutadans, liderados por Inés Arrimadas. La situación ha llegado al punto que los naranjas, el mismo PP y el PSC apuntan a tener tantos o incluso más votos que las fuerzas independentistas, que hasta ahora tenían el monopolio del poder en las urnas.

Puede que sí, que Sáenz haya aprovechado la tarima del Senado para promover la imagen del PP ante los catalanes, que es muy débil, por cierto, pero Cleries evidencia los nervios que viven en Barcelona las raíces del proyecto de Puigdemont. Aunque también hay que decir que, como acostumbran, éstos también han adoptado una actitud victimista y critican prácticamente todo lo que salga de la boca de los partidos constitucionalistas. @mundiario

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