Las Vegas empieza a perder la paciencia en su investigación contra Paddock

Ventanas del hotel Mandala Bay, desde el que Paddock disparó. / Twitter.
Ventanas del hotel Mandala Bay, desde el que Paddock disparó. / Twitter.

El autor de la mayor matanza de los Estados Unidos cubrió bien su rastro y las autoridades empiezan a contradecirse a sí mismas en búsqueda de respuestas.

Las Vegas empieza a perder la paciencia en su investigación contra Paddock

La investigación que conducen las autoridades sobre el tiroteo del domingo de la semana pasada en Las Vegas, Nevada, ha levantado más preguntas que respuestas. El 1 de octubre, Stephen Paddock, un estadounidense blanco de 64 años descargó decenas de armas automáticas contra miles de pesronas que disfrutaban de un concierto de música country al aire libre a las orillas del bulevar principal de la ciudad. El resultado de este tiroteo fueron 58 fallecidos y hasta 500 más heridas, en lo que fue la mayor matanza a tiros en la historia de los Estados Unidos. Los investigadores han empezado a comunicar los detalles de su investigación, pero sus explicaciones y datos no hacen sino enredar más el asunto.

En cuestión de una semana, las autoridades han cambiado muchos de los pormenores que daban hechos cuando la masacre recién había sucedido. De acuerdo a CNN, valiéndose de fuentes de la investigación, Paddock disparó no menos que dos balas incendiarias contra dos depósitos de combustible que se encontraban en el aeropuerto McCarran, justo enfrente del hotel Mandala Bay, en donde el asesino llevó a cabo su despiadado acto. En medio del hotel y del aeródromo se encuentra el campo donde se celebraba el concierto.

Ese detalle, eso sí, ya había sido adelantado la semana pasada por Las Vegas Review-Journal, uno de los diarios locales. No obstante, el periódico en cuestión no aclaró que eran balas incendiarias, por lo que se apuntaba a que la intención de Paddock era hacer estallar ambos tanques para distraer a la policía. Los tanques se encuentran en un ángulo distinto al del lugar del concierto y a 600 metros, es decir el doble de distancia si se toma como referencia la habitación de Paddock, explica El País. Como sea, CNN explica también que las autoridades encontraron balas incendiarias al registrar la habitación del atacante, quien se suicidó antes de que la policía llegara hasta él.

Entretanto, la policía se contradijo a sí misma en su relato público de cómo había sucedido el tiroteo. De acuerdo a la nueva versión, Jesús Campos, guardia de seguridad del hotel Mandala Bay, fue el primero en sufrir disparos de parte de Paddock al ser el primero también en cruzarse en su camino.

De acuerdo a la línea de tiempo que había dado la semana pasada el sheriff de Las Vegas, el tiroteo comenzó a las 10:05 de la noche, lo cual fue verificado por las cámaras de seguridad instaladas en el lugar. No obstante, hasta ahora se había mantenido que Campos había subido hasta el piso 32 del hotel y se había acercado a la suite de Paddock. El atacante, no obstante, tenía cámaras propias colocadas en los corredores del lugar, por lo que vio venir al guardia y le descargó 200 tiros, de los que uno le impactó en la pierna. Eso alteró a dos policías que estaban un piso por debajo, por lo que subieron a verificar los hechos. Eso explicaría por qué Paddock se detuvo por un instante antes de volver a empezar a descargar sus numerosas armas.

Con la nueva información recolectada, la línea de tiempo indica que el ataque contra Campos fue a las 21:59 horas, es decir, seis minutos antes de que Paddock diera rienda suelta a su violento acto. El guardia se habría esconcido en un rincón del pasillo para llamar a las fuerzas de seguridad del hotel, que de inmediato llamaron a la policía. En el concierto habían unos 51 agentes locales trabajando horas extras. Los dos primeros agentes de la policía pisaron el piso 32 hacia las 22:17 horas, dos minutos después de que Paddock liberara su última bala. Se mantuvieron casi una hora afuera de la habitación, y cuando tiraron la puerta para entrar, el terrorista ya se había suicidado.

La matriz del hotel Mandala Bay, MGM Resorts, ha quedado igualmente entorpecida ante este cambio de afirmaciones. Las Vegas Review-Journal cita a uno de los voceros de la compañía, quien dice que en la misma "no podemos estar seguros del la línea de tiempo más reciente que ha sido comunicada públicamente, y creemos que lo que se está diciendo puede no ser correcto”.

Además de los detalles sobre la secuencia de los hechos, han pasado nada menos que 11 días desde la mayor matanza a tiros en la historia de los Estados Unidos, lo cierto es que los investigadores no tienen ni idea de qué motivo a Paddock a hacer lo que hizo. Es decir, qué llevó a un hombre descrito por todos como alguien agradable y para nada problemático a comprar 33 armas en 11 meses, por qué empezó a disparar de forma sanguinaria contra los asistentes a aquel concierto y por qué se detuvo de la nada. Y los agentes lo han intentado, desde entrevistar a todos los parientes conocidos hasta analizar mil veces grabaciones de las cámaras de los casinos cercanos. Y nada.

En las oficinas de la policía las esperanzas se han casi dado por perdidas. "Puede que nunca lo sepamos", dijo al periódico local con claro pesar Joe Lombardo, sheriff de Las Vegas. "Todas esas cosas que uno espera encontrar, no las hemos encontrado".

 

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