Tal vez en Ciudadanos sobran tantos consejos, instrucciones y exigencias

Mariano Rajoy y Albert Rivera. / Mundiario
Mariano Rajoy y Albert Rivera. / Mundiario

Las soberbias e injustas políticas de Mariano Rajoy de la pasada legislatura han dado como resultado todo este irritante desastre. Y Ciudadanos baila con cualquiera que le mantenga en la actualidad mediática.

Tal vez en Ciudadanos sobran tantos consejos, instrucciones y exigencias

Lo mismo que una irritante Fräulein Rottenmeier combinada con un Savonarola descafeinado, semeja, según los componentes de A Taberna do Croio, el sobreactuado Albert Rivera y su teatrillo político. Como un niñato atrevido se arroga a veces las atribuciones de un juez, matizando lo que es corrupción y lo que no, cuando todos sabemos que la prevaricación que él ahora en contradicción respeta es corrupción profunda, tanto política como ética.

Como si hubiesen alcanzado un gran triunfo electoral, se permiten dar consejos, instrucciones, y exigencias dentro de un comportamiento fachendoso y propio de institutrices ridículas. Como si él gobernase a todos y a todas de manera autoritaria y ripiosa exponiendo como un verso suelto unas razones sobreactuadas que luego van derivando conforme a los intereses del líder y agrupación. Lo mismo que un baile turco de caballeros con amplia falda resultan los componentes de ese partido cansinos y ampulosos.

Tal vez en Ciudadanos sobran tantos consejos, instrucciones y exigencias. Mientras, el PP, tras su desgracia electoral, no sabe ya por donde tirar y se acoge a Ciudadanos, haciendo por momentos el ridículo. Herido por la corrupción, el PP haría bien en no enturbiar la política y no desesperar a la ciudadanía.

Las soberbias e injustas políticas de Mariano Rajoy de la pasada legislatura han dado como resultado todo este irritante desastre. Y Ciudadanos baila con cualquiera que le mantenga en la actualidad mediática. Para evitar incurrir en un proceso social de desaparición, ahí tiene el mal ejemplo de UCD y la más reciente debacle de UPyD. ¿Por qué no permitan a los partidos más serios, nuevos, y esperanzadores la regeneración política en este atribulado país? Esto nos planteamos al unísono en A Taberna do Croio.

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