El sutil ascenso al poder de la princesa Trump y los límites de la ética

Donald e Ivanka Trump. / facebook.com
Donald e Ivanka Trump. / facebook.com

Ivanka Trump, quien se trasladó a Washington diciendo que no jugaría ningún papel formal en la administración de su padre, ahora se está instalando oficialmente en la Casa Blanca.

El sutil ascenso al poder de la princesa Trump y los límites de la ética

La poderosa primera hija es una buena muestra del empoderamiento de la mujer. Empresaria exitosa, mujer de familia inteligente y responsable. Pero, ¿Cuáles son los límites en cuanto a su papel público? Ella ya ha asegurado su propia oficina en el segundo piso de la ala oeste de la Casa Blanca, un espacio junto a la consejera Dina Powell, que recientemente fue ascendida a un cargo en el Consejo de Seguridad Nacional

En todo menos en el título oficial, Ivanka Trump se ha convertido sigilosamente en lo que parece ser un empleado de tiempo completo en la administración de su padre, con una amplia y creciente cartera, excepto, y ojo a lo siguiente, que no ha prestado ningún juramento oficial, ya que no ostenta posición oficial alguna, y no está en teoría percibiendo un salario. Como la princesa de alguna dinastía emergente, Ivanka ha llegado para quedarse. 

A medida que su papel en la Casa Blanca crece, Ivanka planea adherirse a las mismas reglas de retención de éticas y registros que se aplican a los empleados del gobierno. Pero los vigilantes de la ética cuestionaron inmediatamente si ella va lo suficientemente lejos como para eliminar los conflictos de interés, especialmente porque ella no será automáticamente sometida a ciertas reglas de ética mientras sirve como un asesor de facto de la Casa Blanca.

Ivanka aún es la propietaria de su marca de moda y joyas, aunque renunció a su puesto en la empresa antes de la toma de posesión de su padre. También publica un libro titulado "Women Who Work", que saldrá en mayo. Así que parece que se las puede todas, y que de hecho maneja muy bien la presión.

Las medidas que Ivanka Trump ha tomado respecto a sus negocios personales sí cumplen en larga medida con las leyes federales de ética, pero su papel como pseudofuncionaria, cuasiconsejera, o consejera de tiempo completo, deja muchas dudas abiertas. Su padre por ejemplo, aún bordea la línea entre lo ético y lo que no lo es, ya que los hoteles y campos de golf de su propiedad continúan participando en negocios con grupos extranjeros y nacionales que tienen intereses frente a la Casa Blanca. 

El pueblo de los Estados Unidos habrá de mantener la vista puesta en estos dos. 

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