Adolfo Suárez: toca pasar página y aprender la lección en todos los sentidos

Adolfo Suárez, candidato del CDS
Adolfo Suárez, candidato del CDS.

Poco se puede hacer por haber apoyado o no a Suárez. Hoy tenemos otras batallas donde se dilucida nuestro futuro. ¿Hemos aprendido la lección?, se pregunta esta autora.

Adolfo Suárez: toca pasar página y aprender la lección en todos los sentidos

Poco se puede hacer por haber apoyado o no a Suárez. Hoy tenemos otras batallas donde se dilucida nuestro futuro. ¿Hemos aprendido la lección?, se pregunta esta autora.

He dejado pasar ciertas crónicas sobre Suárez porque en caliente me subía la adrenalina. Aunque casi acabamos como el rosario de la aurora, yo fui de las que entró en el CDS por un único motivo: entendia totalmente injusto el tratamiento que se le daba a por una mayoría de la sociedad española. Bien es cierto que fue a invitación del propio Suárez,  cuando el entonces mi marido decidió que no podía seguir posponiendo su profesión y después de dejar UCD y su cargo de primer teniente de alcalde en el acto de A Coruña, entró en el CDS y fue cabeza de lista al Congreso por dicho partido. Quizás también convenga recordar que entonces los concejales no cobraban y que en nuestra casa se celebraban a nuestra costa, tanto recepciones a concertistas polacas, políticos brasileños o se organizaba una cena para 20 personas de donde salió la organización de una multitudinaria manifestación por la defensa de la capitalidad de A Coruña.

El ayer

Durante un tiempo, el CDS era un fax, un invento  que llegaba en aquellos tiempos, unas oficinas de nuestro estudio y un poco más.

Con poco más de 20 años todo se ve de otro color. El centro de todo eran mis hijos y vivía la política como consorte, con cierta lejanía y al mismo tiempo intensamente. Por eso cuando “el candidato JMRP” y su “asesor de prensa”, un jovencísimo Valentín Alejandro, luego director de El Ideal Gallego, me dicen que son todo el equipo para unas elecciones en la provincia y que no hay presupuesto, siempre práctica -¡ay las mujeres...!-, les digo que procede hacer algo testimonial, una charla en Carballo, lugar de nacimiento del candidato, y en mi aldea, Cesuras. Los recuerdo a los dos, mayores que yo,  sentados en el salón escuchando como dos niños, cómo tenían que empezar la charla en mi aldea... Las elecciones dejaron al CDS con solo 2 diputados en el Congreso nacional, Suárez y “pelo pincho” Rodríguez Sahagún.

En las siguientes elecciones municipales del año 83, Ferreiro, alcalde por UCD de Cesuras, y asistente a aquella charla, se pasó al CDS con sus concejales  y volvió a ganar las elecciones. Fue el único alcalde de CDS en Galicia y Suárez visitó la aldea. Ferreiro tuvo que comprar un Libro de Oro del Ayuntamiento para que Adolfo Suárez firmara en él. No sé si en Oza tienen Libro de Oro, pero el hoy primer ayuntamiento fusionado Oza-Cesuras puede presumir de un libro de Oro muy especial .

En la familia estábamos pasando por problemas tanto económicos como personales derivados, creía yo,  de la política. Procedía recuperar los destrozos en su profesión al  jefe de la casa y hacía falta alejarse. Se lo comunica en una cena a Suárez y le habla también de mi apoyo a su idea.  A los pocos días recibo un solicitud de afiliación al CDS de parte de Adolfo Suárez que firmo y comienza otra etapa.

Cuando éramos jóvenes

Éramos apenas 30 afiliados en A Coruña y había reuniones cada 10 o 15 días. Para alguien que llega de fuera era evidente la falta de concreción y propuestas, por lo que empiezo a hablar de otras maneras de ponernos en contacto con la sociedad. Comprendo lo mal que caen, cuando dejan de convocarme y por indicaciones de Maite Hernández, "la otra chica revoltosa", empezamos a presentar todo por escrito.

En aquel entonces a las mujeres se nos respetaba en razón de nuestro marido o posición -¿igual que ahora?-.y siempre y cuando no planteáramos cambios.  Un todopoderoso Caso -seguro, a instancias de Suarez-, trataba de montar un partido a imagen de aquel  PSOE en el que “el que se mueva no sale en la foto” quizás escaldado por las puñaladas en UCD. Pero había un problema: quienes habíamos entrado en el CDS, la mayoría, apoyábamos una idea de partido que no se correspondía con el  “si bwana” hoy al uso. En una charla con Del Rio, médico de un centro hospitalario de A Coruña, hablábamos del aparato con el que no estábamos de acuerdo. 

Hubo detalles significativos. Cuando por parte de Suárez se le llamó la atención a Eduardo Punset a instancias de Caso por apoyar un “sector disidente”. El sector disidente era yo, que al reencontrarme con Punset, a quien había conocido de copas la noche anterior, se me ocurre sobre la marcha convocar a la gente de A Coruña para una reunión en la cafetería del Hotel Araguaney, donde se celebraba un congreso. Uno de los convocados fué "el chivato" que seguro quiso hacer méritos.

Cuando me despedí de Suárez en una cena donde se celebraba anticipadamente el éxito de un candidato autonómico, un exsacerdote, lo que da una idea de lo desnortados que estábamos, le dije que así no íbamos a ningún sitio y que el fracaso estaba cantado; no le gustó.

A los pocos meses nos fuimos Maite y yo a Madrid a presentar la baja en el partido. Tona Aleñar, la asesora jurídica no quería recogernos la carta y pretendía que esperáramos hasta que regresara el presidente de viaje en Japón. A continuación invitamos a comer a Eduardo Punset. Ahí comienza una amistad que ha durado más de 30 años y que ha influido profundamente en la educación y forma de ver la vida de mis hijos.

El hoy

Pero ya nada podemos hacer por haber apoyado o no a Adolfo Suárez. Toca pasar página y aprender la lección. Hoy hay otras guerras. Al mismo tiempo que recibía la noticia de la muerte de Suárez, me llegaba la enésima noticia de cómo en otro sitio, en otro lugar, se sigue machacando a alguien que lucha por el bienestar de la humanidad y por los más desfavorecidos. Aquellos cuya corta vida está marcada por el cansancio que provoca la malaria endémica en los países del trópico y en muchos de África. Hablo de Patarroyo, con una vacuna que supera ampliamente las conseguidas por las farmacéuticas, pero con la que se ha negado a hacer negocio y por lo que se ha desatado una cacería contra él.

Una pretendida ecologista, que no sabemos de dónde saca los dineros,  aunque lo podemos suponer, dados los fondos que se precisan para pleitear 7 veces –y seguro que 8 y 9 o 10 hasta que de una vez les dieran la razón como ha pasado- , se reparte una gran tarta económica a la que Patarroyo le puso un alto.  En los mundos de hoy, para alguien sin escrúpulos y con ansias de notoriedad, la manera de hacerse conocer es yendo a por la cabeza de alguien bueno, es esta caso le ha tocado a  Patarroyo. Hablo de la ínclita señora preocupada por los primates pero en el mejor estilo goebeliano, despreocupada por los seres humanos.

Dirigido por Norberto Latorre, periodista colombiano, y por J.J. García Miravete, periodista español y autor del libro “Patarroyo, pasión por la vida”, se retransmitieron desde Fiesta FM y a 1.800 emisoras de todo el mundo, entrevistas con gente que hemos colaborado con Patarroyo. Confirmaron su participación el Dr. Basilio Valladares, director del Instituto de Enfermedades Tropicales de Canarias;  Antonio Pérez Prados, ex rector de la Universidad de Navarra; J. A. Verdejo, secretario de la Universidad Francisco de Victoria; Carlos Alonso Bedate, jesuita y catedrático de Investigación en el centro de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid; Manuel Carlos López, jefe del Grupo de Investigación del Instituto de Parasitología en Granada; Carmen Thomas, investigadora del mismo centro; Gerardo Rojo, experto en Medicina Tropical de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid; Juan Carlos Lerones, profesor del IESE, Manuel Elkin Patarroyo en Parla y yo, quizás como representante de la gente corriente, sin ningún mérito especial, pero todos necesarios  para lograr cualquier avance en esa mayoría silenciosa a la que le cuesta ponerse las pilas.

Toca apoyar a los que han demostrado que juegan en nuestro campo y que sin nuestro apoyo van a perder el partido, un partido en el que nos jugamos ni más ni menos que el bienestar de la humanidad.

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