Santos le dedica su Premio Nobel a las víctimas del conflicto en Colombia

Juan Manuel Santos durante la ceremonia de los Premios Nobel. / Facebook.
Juan Manuel Santos durante la ceremonia de los Premios Nobel. / Facebook.

El presidente de Colombia dedicó un emotivo discurso a las víctimas de la guerra interna que ha sacudido a su país durante décadas al recibir el Nobel de la Paz.

Santos le dedica su Premio Nobel a las víctimas del conflicto en Colombia

Colombia se despertó el 2 de octubre con la noticia de que su presidente, Juan Manuel Santos, acababa de ser declarado como ganador del Premio Nobel de la Paz. Aquella noticia llegaba apenas días después de que el acuerdo alcanzado con las FARC perdiera un plebiscito que obligaba a ambas partes a reiniciar negociaciones. "En un momento en que nuestro barco parecía ir a la deriva, el premio fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡el puerto de la paz!", dijo el mandatario colombiano en Oslo, Noruega.

Santos regresó a la capital de Noruega, donde hace tiempo inició el proceso de negociaciones con las FARC, para recibir el galardón y, de paso, confirmar que cuenta con el respaldo de la comunidad internacional para la paz en su país. Pero ese apoyo contrasta con el desgaste que ha sufrido su país en el mismo proceso. En el tiempo que ha pasado desde el anuncio y la ceremonia de premiación del Nobel, el Ejecutivo y las fuerzas revolucionarias han llegado a un nuevo trato. Sin embargo, ese nuevo pacto tampoco terminó de convencer a los partidarios del no, desquebrajando aun más a la clase política y menguando todavía más los ánimos entre los colombianos. Pero aparte del tema que le representó su premio, han habido otras noticias que han conmovido al país cafetero: aumento en el asesinato de líderes sociales; un acuerdo de paz de implementación más que complicada; un avión se estrellaba y dejaba a 71 víctimas y, más recientemente, la desagradable noticia de que una pequeña de apenas siete años fue raptada, violada y asesinada por un arquitecto de 38 años. Todas esas noticias captaron la atención de la población en margen de los movimientos del presidente y los guerrilleros.

"Las víctimas quieren la justicia, pero más que nada quieren la verdad. Mientras muchos que no han sufrido en carne propia el conflicto se resisten a la paz, son las víctimas las más dispuestas a perdonar, a reconciliarse, y a enfrentar el futuro con un corazón libre de odio", dijo el jefe de Estado durante su discurso de aceptación. En el acto no estuvieron presentes representantes de la guerrilla pero sí víctimas del conflicto, como íngrid Betancourt, exsenadora y excandidata presidencial, quien en su momento estuvo secuestrada por las FARC durante seis años; también la congresista Clara Rojas o el escritor Héctor Abad Faciolince, cuyo padre fue asesinado por los guerrilleros. Santos hizo también una rápida mención a Leyner Palacios, que estaba de igual forma en el lugar, por ser una víctima de la masacre de Bojayá, acontecida en 2002 y donde 80 personas murieron como consecuencia de un ataque perpetrado por los guerrilleros.

Posteriormente, el jefe de Estado agradeció a los miembros del equipo negociador, muchos de los cuales estuvieron a su lado en la ceremonia, así como a las FARC, "que demostraron una gran voluntad de paz. Quiero exaltar esa voluntad de abrazar, de alcanzar la paz, porque sin ella el proceso hubiera fracasado". Si bien la guerrilla no fue ni invitada a la ceremonia, sí recibieron invitación algunos personajes cercanos a ella como Álvaro Leyva, exministro, Iván Cepeda, senador, y Enrique Santiago, abogado de los revolucionarios. Tan sólo Leyva estuvo en Noruega. De igual forma estuvieron el expresidente Ernesto Samper y Felipe González, expresidente español.

"La victoria final por las armas no es otra cosa que la derrota del espíritu humano. El primer paso, uno crucial, fue dejar de ver a los guerrilleros como enemigos, para considerarlos simplemente como adversarios. Hay que estar dispuestos a tomar decisiones difíciles, audaces, muchas veces impopulares, para lograr el objetivo final de la paz. Esto significó, en mi caso, acercarme a gobiernos de países vecinos con quienes tenía, y aún tengo, profundas diferencias ideológicas", dejó caer en indirecta a Venezuela. La república bolivariana fue durante muchos años la guarida de los guerrilleros. Santos se reunió en su momento con el fallecido Hugo Chávez y aquel movimiento fue importante para el futuro del proceso.

"Tenemos autoridad moral para afirmar que, luego de décadas de lucha contra el narcotráfico, el mundo no ha logrado controlar este flagelo que alimenta la violencia y la corrupción en toda nuestra comunidad global", dijo Santos. "La forma como se está adelantando la guerra contra las drogas es igual o incluso más dañina que todas las guerras juntas que hoy se libran en el mundo. Es hora de cambiar nuestra estrategia", concluyó.@hmorales_gt

 

 

 

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