Sánchez sostiene su "no" y medita su estrategia para la votación del sábado

Pedro Sánchez, exlíder del PSOE.
Pedro Sánchez, líder del PSOE.

El exsecretario general es una de las grandes incógnitas del momento. De acuerdo a su entorno, se niega a darle paso a Rajoy pero teme que lo expulsen del partido.

Sánchez sostiene su "no" y medita su estrategia para la votación del sábado

24 días han pasado desde que renunció a su cargo de secretario general del PSOE y desde entonces ha guardado un silencio sepulcral. Pedro Sánchez conoce ya la orden del Comité Federal de abstenerse para evitar unas terceras elecciones -no, es decir, poner fin al bloqueo político en España- pero no se ha pronunciado al respecto y su entorno especual con qué hará el sábado, el día en que Mariano Rajoy sea nombrado presidente una vez más. El exlíder, aseguran, no tiene ninguna intención de ser partícipe de tal cosa.

De acuerdo a sus más allegados, Sánchez mantiene su no, no y recontra no por sobre todas las cosas y ni aun las advertencias de Antonio Hernando lo harán recapacitar. Por lo tanto, medita seriamente si tan siquiera asistir a la plenaria, sintiendo el miedo de que su presencia lleve a los rebeldes liderados por él al Grupo Mixto. Su otra opción es mantener su no contra viento y marea. La cuestión es que no se abstendrá bajo ningún pretexto.

Sánchez es el abanderado del no en su partido y los altos mandos del mismo tienen temor de cómo llegue a proceder. Es tanta la preocupación que levanta en el partido, que incluso algunos como Susana Díaz están dispuestos a obviar una rotura a la disciplina de voto siempre y cuando el exlíder socialista no se asome a echar a perder todo lo que han logrado desde la caída de aquél. "Susana no permitirá que Pedro salga del Parlamento envuelto en la bandera del no", aseguran fuentes cercanas a la jefa andaluza.

Susana Díaz, la mayor amenaza

Y más o menos por lo mismo van quienes conocen a Sánchez. El madrileño sabe bien que mantener su rebeldía podría traerle no sólo bochornosas reprimedas en el hemiciclo, sino que encima se arriesgaría a ser expulsado de forma definitva del partido. Aquel castigo le tiraría por los suelos su ambición de recuperar la capitanía de los socialistas en las elecciones primarias que se celebrarán durante el congreso que el partido deberá convocar una vez Rajoy haya sido investido.

Sus asesores están divididos entre no ir a la votación o sí hacerlo y mirar a los ojos a Susana Díaz cuando vote que no. El exdirigente también tiene algunos que le han aconsejado que renuncie a su acta de diputado pues de esa forma nada le atará a votar por otra cosa que no sea su voluntad.

Otro aspecto que juega en su contra es que la Comisión Gestora, y de hecho nadie de los importantes del PSOE, han dejado ver que tengan contemplado convocar a un congreso para elegir un nuevo dirigente. "Pedro sabe que si dimite está muerto. Es lo que están esperando ellos", aseguran fuentes. Los hoy por hoy cabezas del partido pretenden deshacerse de Sánchez definitivamente de una forma o de otra, pero su historial al mando del partido no les hace ni contemplarse la idea de volver a tenerlo a él como máximo líder.@hmorales_gt

 

 

 

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