En el retorno al pasado, el PSOE no deja ver cambios esperanzadores

Pedro Sanchez. / republica.com
Pedro Sánchez. / republica.com

Más bien no deja ver cambios ni esperanzadores ni desesperanzadores. Es un retorno a octubre de 2016, con las mismas ideas, los mismos odios, y el mismo Secretario General.

En el retorno al pasado, el PSOE no deja ver cambios esperanzadores

Los órganos del partido socialista, animados por Susana Diaz, tomaron en su momento la decisión de prescindir de Pedro Sanchez porque España se había bloqueado con el no a Rajoy dejando como única alternativa la convocatoria de nuevas elecciones que según los sondeos volvería a ganar el PP con más diferencia. La otra alternativa, la de aceptar el apoyo de Podemos con los independentistas a cambio de apoyar el referendum o una modificación de la Constitución que lo permitiese, era pura utopía porque el PP con Ciudadanos, los dos antisecesionistas radicales, tenían mayoría suficiente para bloquear los cambios constitucionales, amen de tener el PP la mayoría absoluta en el Senado. Estos cambios y otros más, prometidos por el PSOE eran imposibles por esa mayoría de bloqueo del PP, y ya no digamos de las promesas de Podemos que además incluían leyes que eran competencia de la UE y no de España. Sin embargo el canto de sirena caló en Pedro Sanchez que veía una nueva posibilidad de alcanzar la Moncloa, y también en muchos militantes en los que había calado el odio a Rajoy, algo de lo que este señor se había hecho merecedor pero con la particularidad de que la derecha sociológica existe y en España solo tiene un representante, motivo por el cual gana una y otra vez frente a una izquierda fragmentada entre Podemos con IU y 16 confluencias más, y el PSOE.

Lo que ayer votaron los militantes socialistas es un retorno al principio, al no a Rajoy, a pedir que se vaya o de lo contrario le presentarán una moción de censura apoyada por Podemos que retirará la suya. Volverán los tiempos de postularse Sanchez de Presidente e Iglesias de Vicepresidente, pero ahora sabemos que las posibilidades de que algunos diputados del PSOE rompan la disciplina de voto son mayores. Sabemos que el 50% de los militantes apoyan a Pedro Sanchez, pero también que el otro 50% no lo apoya ¿Se puede estar más dividido? Si alguien hubiese ganado por el 60 o 70%, habría una mayoría y no dos mitades, pero no fue así y ahora nos preguntamos entorno a qué se puede aglutinar el partido socialista. Para acabar de complicarlo está Ciudadanos, que carece de veleidades separatistas, que esta subiendo en todas las encuestas y que su voluntad no se compra con sillones o euros sino con programa. Siempre se ha sentado a negociar con la lista más votada si es constitucionalista, y pacta si se aceptan sus condiciones básicas sobre aforamientos, cargos libres de imputados, que no se suban los impuestos, o la independencia judicial, por citar algunas de las reivindicaciones más básicas. Esto evidentemente impide el pacto soñado por Sanchez de PSOE-Podemos-C's.

Llegados aquí, al retorno al bloqueo de los proyectos de ley que el Gobierno presente y que hasta ahora el PSOE negociaba o se abstenía, parece evidente que la posibilidad de elecciones anticipadas se ha duplicado. Esto a falta de las elecciones internas que los socialistas tendrán en Junio, porque no olvidemos que el Secretario General no tiene un poder absoluto y existen el Comité Federal y la Comisión Ejecutiva cuya composición aún no sabemos. Quizás Sanchez debería recordar que al Secretario de su partido lo eligen los militantes pero al candidato a presidente de España lo eligen los votantes.

Si algo retrasa que el PP disuelva las Cámaras es el mal momento que atraviesa debido a la corrupción y a la falta de voluntarios para asumir las responsabilidades de la financiación ilegal del partido, y la falta de decisión para poner un punto final creíble en la linea que pactó con Ciudadanos cuando lo necesitaba. Quizás conviene recordar que España es un país de bandoleros y que nunca han sido excesivamente mal vistos. De hecho el Duque de Ahumada fundó la Guardia Civil en 1844 para controlar los caminos con ese cuerpo militar siempre fiel al poder constituido legalmente sea quien sea. Esta tolerancia hacia el bandolero nos lleva a pensar que en nuevas elecciones hoy, volvería a ganar el PP, quizás con un descenso compensado por una subida de Ciudadanos, pero ganando. Probablemente no podríamos decir lo mismo si las elecciones son dentro de cuatro años con los veredictos de los casos de corrupción del PP y PSOE, y probablemente con las vergüenzas al descubierto.

De momento hemos vuelto a 2016 y solo nos queda esperar que los odios, revanchismos, y la falta de sentido de estado vayan desapareciendo. En Europa ya no están de moda, no existen, y las modas siempre acaban llegando. El diálogo de socialdemócratas con conservadores y con centristas, es lo que prima hoy porque esto no es Venezuela, aquí afortunadamente legislan los Parlamentos, representantes de la soberanía popular.

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