¿Es un referéndum en Cataluña la solución al problema de su encaje en España?

Eleccions Parlament 1980   8/5/1980 - EL PRESIDENT DE LA GENERALITAT JORDI PUJOL JURA EL SEU CARREC AL COSTAT DEL PRESIDENT DEL SENAT, L'EXPRESIDENT DE LA GENERALITAT JOSEP TARRADELLAS, EL MINISTRE D'ADMINISTRACIO TERRITORIAL I EL PRESIDENT DEL PARLAMENT. PALAU DE LA GENERALITAT BARCELONA 1980 - EUROPA PRESS
Elecciones al Parlament, 1980.

El deseo de un referéndum se ha hecho mayoritario en Cataluña después del rechazo del Estatuto y del pacto fiscal por parte del PP, planteando así un conflicto de intereses. 

¿Es un referéndum en Cataluña la solución al problema de su encaje en España?

Cuando se instaló la democracia en España, las Comunidades históricas reclamaron la restauración de los estatutos de autonomía que había concedido la Republica, el del País Vasco, el de Cataluña, y el tardío de Galicia. Entonces hubiese sido un buen momento para plantear un referéndum, los independentistas eran minoritarios y estas comunidades ansiaban el llamado hecho diferncial. Un referéndum sobre estos estatutos habría sido  una buena idea pero se prefirió restaurar la Generalitat para que volviese Tarradellas, y convertir a España en un estado autonómico de 17 autonomías, el llamado café para todos. El referéndum se reservó para la Constitución que incluía el nuevo estado y que fue aprobado mayoritariamente en todas partes con la única insatisfacción del PNV. Así quedó aprobada la Constitución con su estado autonómico y la monarquía parlamentaria que los españoles respaldaron ampliamente en todas las Comunidades.

Llegados a este punto todo se complicó, no porque hubiese en ningün momento peligro de perder un referéndum de secesión en alguna Comunidad, algo que nunca existió, sinó porque la soberanía era constitucionalmente de todos los españoles y quedaba fijado el sistema para cambiar las ley fundamental dentro de la propia ley, camino que siguíó por ejemplo el estatuto del plan Ibarretxe para el País Vasco y que fué desaprobado en el Parlamento español, pero que de haber sido aprobado tendría que haberse sometido a referéndum de todos los españoles. Ahora Cataluña ofrece una situación de insumisión respecto a las leyes que todos aprobaron, y los separatistas, aún sin tener un respaldo mayoritario en la sociedad, ni siquiera entre los votantes, iniciaron un proceso de  desconexión en base a una mayoría parlamentaria que les concedió la ley electoral. 

El proceso se inicia en un momento de grave crisis en Cataluña, con sus bonos considerados basura y con intereses el triple que un bono español, con un déficit disparado y una deuda disparatada. España, en un alarde de sensatez, ha decidido no dejar caer en la quiebra a una Comunidad que sigue siendo española y cuya mayoría de habitantes rechaza la secesión. El problema se ha enconado bastante porque los catalanes son tan españoles como cualquiera y tienen los mismos derechos, pero los independentistas, en base a promesas incumplibles y datos tergiversados, han conseguido dividir a la sociedad catalana en dos partes. Ahora parece ser que aprovechando las dificultades para formar un gobierno nacional sin ellos, o sin la abstención del PP, han decidido apoyar un imposible referéndum de autodeterminación por diversas razones. Una de ellas, y quizás la más decisiva, que se requiere un apoyo del PP a cualquier reforma de la Constitución y no cederán en este aspecto que tampoco apoyan Ciudadanos ni el PSOE, aunque quizás Pedro Sánchez si lo admitiese si así consigue dormir en La Moncloa, y la otra es que la soberanía reside en el conjunto de los españoles y por lo tanto el referéndum  sería muy probablemente negativo. Pero la razón fundamental es que no hay una mayoría clara que demande la secesión tal y como se comprobó por los resultados del 20D. Nada justifica ahora misma, en la situación del País , y especialmente de Cataluña, hacer un referéndum dividiendo a la sociedad en dos partes, y especialmente, como dijeron en Canadá, cuando estos referéndum no se ganan con holgadas mayorías (lo dijeron en Quebec y lo dijo Artur Más en su momento).

La situación real es que todo este jaleo que se armo a partir de la Diada donde se expresó un fuerte descontento por el rechazo de su reforma del estatuto, ha conseguido que un alto porcentaje de catalanes, dicen que cerca del 80%, desean ahora ser consultados aunque sea para votar no, y esto no se puede ignorar. Teniendo en cuenta que las leyes no lo permiten por el camino que se ha iniciado, es urgente que esa demanda sea drásticamente reducida ofreciendo formas de encaje que sean satisfactorias para todos. Ahí es donde los fuerzas constitucionalistas, PP, PSOE, Ciudadanos, IU, y todos los de Podemos que no desean que Cataluña sea independiente de España, deben encontrar un tipo de relación satisfactorio y legal. El PSOE habla de un estado federal que nunca ha concretado, Ciudadanos quiere definir que es intransferible pero está diapuesto a hablar con las demás fuerzas para encontrar una salida legal, y aún quedan fuerzas autonomistas, confederalistas, nacionalistas, etc., y todas deben de hablar porque los españoles estamos cansado de ver cómo se pudre una situación sin que se den pasos importantes para evitarlo. Mientras se pierde el tiempo sin afrontar los problemas reales de Cataluña.

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