La purga del fallido golpe en Turquía alcanza a 42 periodistas locales
Las autoridades de Turquía han ordenado la detención de los 42 periodistas como parte de una investigación acerca del fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio.
Una comunicación del presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan dice que “el fiscal pidió su detención para esclarecer información sobre el intento de golpe. Obviamente no está relacionado a actividades periodísticas sino posible conducta criminal”. Se ha reportado que uno de los periodistas que estaría en la lista es el renombrado periodista y escritor Nazli Ilicak, una figura de peso en la prensa turca. Aún no se ha dado a conocer el momento exacto en el que las detenciones se llevarán a cabo.
Luego del fallido golpe que se produjo el 15 de julio, las autoridades de Turquía suspendieron o arrestaron a cerca de 50.000 entre profesores, periodistas, policías y jueces, que han sido apartados de sus puestos, en lo que se ha convertido en una purga masiva cuyo objetivo sería reprimir la disidencia. La mayoría de líderes de occidente han instado al presidente Recep Tayyip Erdogan, y a su gobierno, a que respeten bajo cualquier circunstancia los principios democráticos que dictan actuar dentro del marco de la ley. A pesar de este llamado, las autoridades han manifestado su consideración para reactivar la pena de muerte luego de los sucesos.
La purga ha significado una disminución considerable de las fuerzas de seguridad del país, con al menos 118 generales y almirantes detenidos, lo que supone un tercio del comando de rango general del ejército turco, de acuerdo con la emisora estatal TRT. Las autoridades también han suspendido a 8.777 funcionarios del Ministerio del Interior, en su mayoría personal perteneciente a la policía turca. A ellos se suman 100 miembros del servicio de inteligencia. Nadie puede predecir con certeza cuáles serán los resultados de una reestructuración de las fuerzas del orden que suponga tal magnitud, pero sin duda el Gobierno turco no dejará de llevarla a cabo hasta que "limpié", de acuerdo a su criterio, la casa en la que vive.
