El expresidente Puigdemont carga contra Juncker y Tajani por apoyar a España

Carles Puigdemont, expresidente de Cataluña. / Twitter-Onda Cero
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Cataluña. / Twitter-Onda Cero

El expresidente de la Generalitat de Cataluña apiñó a casi 200 alcaldes para encararse con los líderes europeos por ignorar casi deliberadamente el supuesto "golpe de Estado" que fraguó el Gobierno de Mariano Rajoy. Su discurso confrontó directamente a Jean-Claude Juncker y Antonio Tajani.

El expresidente Puigdemont carga contra Juncker y Tajani por apoyar a España

Carles Puigdemont se las ingenió para una dramática y heroica puesta en escena en Bruselas para internacionalizar la pataleta con la que viene retando al Estado español en los últimos días. Rodeado por un expresidente, cuatro exconsejeros y casi 200 alcaldes, el expresidente de la Generalitat Cataluña dejó golpes para todos, incluso para la Unión Europea, cuyo Ejecutivo se asienta a pocos kilómetros de donde pronunció su romántico discurso. "¿Van a continuar apoyando a Rajoy en este golpe de Estado?", cargó contra la UE en una salida de tono que se había reservado hasta este martes.

Puigdemont logró movilizar a 170 alcaldes hasta Bruselas para que le acompañasen en su numerito en la Grand Place de la capital belga, en donde reivindicó el proyecto independentista. Tal y como se esperaba, el exjefe de Barcelona subió el tono en el discurso de confrontación que ha enfilado desde hace días y acusó al Gobierno central de fraguar un "golpe de Estado" y de ser responsable de las cargas policiales del "1-O". Pero el president llevaba municiones para todos y también acusó a la española de ser una "democracia fallida que hace prisionerios políticos", así como contra la "crediblidad de la justicia" del país. No conforme con eso, Puigdemont y su ejército diplomático y político, al que hay que agregarle también eurodiputados, apuntaron sus cañones a la UE, que desde hace semanas se ha desentendido totalmente del alboroto.

Así, las balas alcanzaron a Jean-Claude Juncker y Antonio Tajani, los dos hombres más fuertes del Gobierno continental por ser el presidente de la Comisión Europeo y el jefe de la Eurocámara, respectivamente. "Si los ciudadanos siguen apoyando al Gobierno el 21-D, ¿seguirán ayudando al señor Rajoy en su golpe de Estado y la restricción de libertad? ¿Es esa la Europa que quieren? ¿La que manda a un Gobierno a la prisión?", pronunció con una bandera de la UE a sus espaldas al lado de una senyera.

El expresident quiso llegar a los corazones de los medios de comunicación extranjeros mediante acusaciones de fascismo dirigidas al Gobierno de Mariano Rajoy. Para Puigdemont, el "fascismo español" ya se encargó de ejecutar a Lluís Companys y a estas alturas, en pleno 2017, "con impunidad total, participa en las manifestaciones convocadas por el partido del Gobierno de España. Ese fascismo es lo que hay ahora en España, esto es lo que hay ahora en el clan del 155”, dijo como referencia a la aplicación del artículo 155, con el que Madrid se cargó la autonomía catalana. "Señor Juncker, señor Tajani, ¿Por qué no han reaccionado contra los abusos de una democracia fallida?", cargó.

Los comicios del 21-D

A todo esto, en Cataluña todavía se espera a que el expresident se decida qué hara en las elecciones llamadas por el Gobierno central para diciembre, esos mismos con los que Puigdemont ha atacado a Rajoy. Hasta antes de este martes, la comunidad internacional había tomado bando en algunos aspectos con la Generalitat, como las denuncias por las cargas policiales el día de la consulta ilegal, por ejemplo. No obstante, esta subida de tono podría haber comprometido la imagen de Puigdemont ante los peces gordos de la UE.

La situación es un absoluto enredo, tal y como tanto le gusta al exlíder catalán. El líder del PDeCAT no tiene planeado regresar a España, pero tampoco oculta que le gustaría concurrir en las elecciones del 21-D y que de hecho espera ganarlas. En todas esas, si lo logra hace falta ver con qué nueva pataleta aparece, pues el Gobierno central tendrá más recelos que nunca y encontrará una situación peor que la que dejó cuando salió corriendo con los pantalones en la mano a Bélgica.

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