El PP blinda a Barberá ante una más que probable imputación

Rita Barberá. / RR SS
Rita Barberá. / RR SS

El PP ha protegido a la ex alcaldesa de Valencia de la tormenta judicial que podría caer sobre ella con la decisión de mantenerla en la Diputación Permanente del Senado. De este modo puede seguir aforada aún en el caso de que se convoquen nuevas elecciones.

El PP blinda a Barberá ante una más que probable imputación

“Esto se acabó y aquí ya no se pasa ninguna”, espetaba Mariano Rajoy ante su grupo parlamentario en el Congreso el pasado jueves. Con tanto énfasis lo dijo que sólo le faltó dar un puñetazo en la mesa. No obstante, ayer mismo el PP blindaba a Barberá en el Senado designándola miembro de la comisión permanente de la cámara alta. De este modo, la exalcaldesa de Valencia no perderá el aforamiento en el caso de que se disuelvan las Cortes por una nueva convocatoria de elecciones generales. Como se sabe, este órgano del Senado es el que da continuidad al parlamento entre periodos de sesiones y entre legislaturas. Está compuesto por 35 miembros que conservan la condición de senadores aún después de expirado su mandato o disuelta la Cámara.

El portavoz del grupo popular en el Senado, José Manuel Barreiro, ha dicho que Barberá no está investigada ni ha sido imputada por ningún tribunal ni está relacionada con la operación Taula, en la que están implicados los concejales y asesores del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Valencia y ha defendido su presunción de inocencia. Desde la dirección nacional del PP se deja claro también que la exalcaldesa no está imputada, pero se le exigen explicaciones públicas y se ha optado por no darle más visibilidad en el Senado. El PP ha dejado finalmente a Barberá sin la presidencia de ninguna comisión, después de que le concedió la de la Comisión Constitucional en la pasada legislatura, tras llegar desde Valencia al perder la alcaldía de la ciudad.

Y es cierto. Los partidos no dejan en la estacada a los suyos. Los partidos se averguenzan de los que meten la mano en la caja para llenar los bolsillos propios pero no de aquellos que “colaboran” con el sustento de la estructura partidaria. Ese es el caso, hasta ahora, de Barberá.

Y no hay más explicación. Y tampoco hay más solución a estas verguenzas que la modificación de la Ley de partidos de la que, curiosamente, nadie habla. No será la reforma de la Ley electoral la que nos salve de la corrupción, no será la Intervención General del Estado, no serán las medidas de transparencia. No.

De momento, hoy, Rita Barberá no ha ido a trabajar.

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