El PP se automedica y se trata de forma tan equivocada que no se curará

Mariano Rajoy. / Twitter
Mariano Rajoy. / Twitter

Dicen que cuando se entierra un muerto que aun respira hay que hacerlo muy hondo porque si levanta una mano que remueva la tierra será el fin de los enterradores.

El PP se automedica y se trata de forma tan equivocada que no se curará

Dicen que cuando se entierra a un muerto que aún respira hay que hacerlo muy hondo porque si levanta una mano que remueva la tierra será el fin de los enterradores.

El PP tiene un problema que ya cantaba Luis Emilio Batallán, que "os mortos que vos matades gozan de boa saude". Han enterrado demasiadas veces a los corruptos y a la corrupción, pero siempre ha seguido viva, remueve la tierra y despunta un nuevo caso cada día. Comunidades, ayuntamientos, empresas públicas, diputaciones, es como la gripe, o peor, como una epidemia mortal, tanto que han surgido partidos nuevos que con el mensaje de yo acabaré con esta vergüenza que los creadores no saben controlar, han tenido el respaldo suficiente para tocar el poder. Cada día hay más imputados mientras sus casos se acumulan sin que se llegue a las resoluciones. Ni siquiera sabemos cómo puede haber tantos jueces para los casos abiertos, ni porque no se trocean y se van resolviendo para que dejemos de ver a los delincuentes paseando por la calle, esquiando, o jugando al tenis. 

Dentro de los muertos no hay ninguno que matase el PP, que afirma no haberse enterado de nada y tuvieron que ser órganos externos los que destapasen los diversos y escandalosos casos, como el de Bárcenas, Rato, Blesa o el misterioso del Pequeño Nicolás. Echan tierra encima pero el muerto se levanta, se levanta una y otra vez, y cuando salgan los juicios, que saldrán, estallarán en la cara de todos los que queden en activo en el partido.

Bárcenas está en la calle y su defensa es el ataque. Ahora pide su reingreso en el partido por despido improcedente, aquel despido indemnizado en diferido según Dolores de Cospedal, para un cargo que cobraba nada menos que un sueldo de 300.000 euros al año, prebendas aparte, y la gente se preguntaba ¿y si este ganaba ese sueldo, cuanto ganaban los demás?, y a continuación sobrevenía otra duda ¿y si tantos ganan sobresueldos así, de donde sale el dinero? Hoy la gente cree mas al imputado Bárcenas, que a los inocentes y puros Rajoy y Cospedal, especialmente después de la destrucción del disco duro del ordenador del PP sabiendo que el caso se estaba investigando y había claras sospechas de irregularidades contables y comisiones ilícitas. 

Pues no contentos con esto, y a la vista de que no pasó nada, parece ser que ahora se han puesto a destruir documentos del Ayuntamiento de Madrid donde se ven con un pié fuera. Otra acción no punible pero que aumenta la desconfianza de la gente, si esto aún es posible.

Hay una cosa evidente que todos vemos pero que en el PP no quieren ver. Si comienzan los juicios, especialmente el de Bárcenas, y estalla el tema de los sobresueldos, cajas B, gastos que solo se podrían cubrir con ingresos injustificables, el partido debería haberse renovado y no estar ni en un pequeño cargo, ninguno de los salpicados, de los que no veían, de los que no se daban cuenta, de los responsables, o de los que consentían o tapaban. O la renovación es total y completa, o el partido corre un serio riesgo de desaparición, y para esto ya no falta mucho.

Si queda algo de decencia es mejor que esto no se posponga hasta después de la elecciones, aun a riesgo de perderlas, porque si sucede después será un caso insólito, un escándalo mundial que nos llevará a un caos bastante peligroso. El PSOE ya hizo una primera renovación, pero aunque ellos piensen otra cosa, queda la segunda fase que será más profunda, pero en cualquier caso, no es el PSOE el que tiene la responsabilidad de gobierno, la confianza de los españoles, y por lo tanto la preocupación esta ahora con el PP.

Si de verdad quedan hombre de estado en el PP, deben renovarse de forma inmediata, pero en profundidad, sin dejar flecos. No todos los políticos, y menos los afiliados sin cargo, están involucrados, pero todos los que han asumido responsabilidades en cargos del Partido y los que han estado en destinos donde había corrupción, y no son pocos, deben dejar urgentemente de sus puestos si de verdad aman al Partido, aman el servicio al Estado, y aman a España. Los que solo se aman a si mismo, es probable que haya que echarlos.

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