Podemos, el fantasma de Franco y el fantasma de Marx

El dictador español Francisco Franco Bahamonde.
El dictador español Francisco Franco Bahamonde.

Menudo guión de historia para no dormir está montando Pablo Iglesias, oye. Resucita al putrefacto cadáver del franquismo para intentar resucitar, por el viejo método acción/reacción, que tan buen resultado ha dado siempre en la España cañí, al putrefacto fantasma del marxismo.

Podemos, el fantasma de Franco y el fantasma de Marx

El problema no es averiguar si los chicos y las chicas que le quitaron la palabra el otro día a Felipe fueron enviados por Podemos, sino si habían estudiado, si algunos siguen estudiando Ciencias Políticas donde Pablo Iglesias y sus colegas han impartido sus clases magistrales. Porque, chico, si se confirman semejantes cordones umbilicales docentes de la peña con la Facultad en cuyas aulas han sentado cátedra Monedero, Iglesias,  Bescansa, solo se me ocurre una de estas dos explicaciones ante el alarde que hicieron en la Autónoma sobre conocimientos de historia política, económica y social: o no asistieron a clase el día en que cualquiera de esos tres eruditos explicaron el fascismo, o a tan ilustres e ilustrados profesores se les fue la olla durante la exposición de tan abominable, flipante y vergonzosa etapa de la civilización occidental.

Yo creo que, a Pablo, Pablo en España ya hay solo uno, no le preocupa que la opinión publicada señale a Podemos como el viento que ha agitado la cebada, oye, sino la posibilidad de que la opinión pública ponga en duda sus cacareadas dotes como alumno y su posterior aptitud para ejercer el profesorado.

Un burro conectado a internet sigue siendo un burro

No, de verdad. Si en este país se puede describir a Felipe González como un fascista, que nadie se rasgue después las vestiduras cuando el Informe Pisa siga rebajando a nuestra juventud hasta rozar el rango de compañeros de especie de Platero. Cierto es, señores del jurado, que es un hallazgo de dimensiones desconocidas que los burros puedan hablar, gritar en los paraninfos, incluso twitear a través de las redes sociales algunas cosas inteligibles y diluvios de cosas ininteligibles.

Pero ya avisó en una ocasión José Antonio Marina, ese filósofo que bucea en las procelosas aguas de la educación, que “un burro conectado a internet sigue siendo un burro”, asunto que explica la proliferación del rebuzno on line como un virus letal, resistente a las vacunas y proclive al meteórico contagio que precede a las pandemias.

¿Ser o no ser un proxeneta...? Esa es la cuestión

No seré yo el que se oponga a que Pablo Iglesias se decida a hacer la calle. Entre otras cosas, porque la prostitución, la de toda la vida y esta otra democrática que nos plantea como una novedad, je, cuando ya tiene rancios antecedentes en la historia de la humanidad, no está específicamente prohibida, perseguida, en los países con un mínimo de apego a la hermosa palabra libertad. Cada uno que haga lo que quiera con su cuerpo o con su mente dentro de los límites que marcan la diferencia entre la racionalidad y la irracionalidad, naturalmente. Ahora, como te digo una cosa te digo la otra. Me conmueven las señoritas que intentan ganarse el pan para sus hijos haciendo guardia en las esquinas, tanto o menos, incluso, que los jóvenes, maduros y ancianos compatriotas que van a intentar ganarse la revolución pendiente por las calles, en los paraninfos, alrededor de los Parlamentos, en los escraches, con el íntimo convencimiento de que el fin justifica los medios. Lo que me produce náuseas son los proxenetas, los chulo-putas, los mamporreros que, a través del terror, la locuacidad o su capacidad de persuasión, obligan o inducen a los demás a hacer la calle, las calles, mientras se ponen las botas o los votos.

¿Quién eres de verdad, Pablo? ¿Un ángel o un demonio?  ¿Un regenerador o un degenerador? ¿Un tipo que va a hacer la calle y comprobar cuántos le siguen o un tipo que va a poner a los demás a hacer la calle y comprobar después cuántos le votan? ¿Un aspirante a héroe popular o un cínico proxeneta de almas cándidas dispuestas a prostituirse democráticamente por tu causa, personal, intransferible, inescrutable, por las calles, las instituciones, las sedes de los partidos y las universidades de España?

Un PSOE que ha mordido el anzuelo

Creo, como una revelación, que Podemos es una secta necrófila cuya estrategia consiste en invocar al putrefacto fantasma del franquismo, expandir el relato Alanpoeniano de que va arrastrando sus cadenas por la media España del PP, del PSOE y de Ciudadanos, ¡uuuuuhhhh!, y recrear el paisaje humano de aquel país jurásico de los años 30 del siglo XX, ay, para que la otra media España invoque a su vez, acción/reacción, ya sabes, al putrefacto fantasma del marxismo. Porque esto va de zombis, señores, de muertos vivientes, de literatura mágica sudamericana con sedes, ideologías y casas de los espíritus. Esto va de tramposos, de tramperos y de trampas, cuya primera víctima propiciatoria es este PSOE que el domingo va a ponerse a deshojar la margarita con luz, taquígrafos y cámaras de televisión. Todo parece indicar que van a ser los primeros, y esperemos que los últimos, en morder tan evidente y decadente anzuelo.

Comentarios