"Los periodistas no van a derrotar al populismo si no se alían con los ciudadanos"

Julia Cagé. / Playgroundmag
Julia Cagé. / Playgroundmag

Julia Cagé, doctora en Economía por la Universidad de Harvard y profesora en SciencesPo de París, analiza en Playgroundmag el papel de los medios en la era de la posverdad y cómo todavía, según ella, están a tiempo de salvarse.

"Los periodistas no van a derrotar al populismo si no se alían con los ciudadanos"

"Los periodistas no van a derrotar al populismo si no se alían con los ciudadanos". Es la opinión de Julia Cagé (Metz, 1984), doctora en Economía por la Universidad de Harvard y profesora en SciencesPo de París, que analiza en Playgroundmag el papel de los medios en la era de la posverdad y cómo todavía, según ella, están "a tiempo de salvarse".

Entrevistada por Rafa Martí, la profesora Julia Cagé dice que "la mayor amenaza para los medios en la actualidad no es ya una crisis económica o de rentabilidad, sino una crisis de confianza. Y no solo es una crisis de confianza. La gente no solo te dice que no confía en los medios, sino que dicen que no están interesados en el contenido de los medios".

"Consideramos una amenaza la concentración de los medios en grandes conglomerados empresariales, pero es mucho peor la concentración que se está dando dentro de las redes sociales", advierte también esta doctora en Economía por la Universidad de Harvard.

Julia Cagé publicó en castellano Salvar a los medios de comunicación (Anagrama, 2016), un ensayo en el que propone un innovador sistema para que los medios sean rentables sirviendo a su fin original: informar al público, sin caer en intereses económicos o políticos particulares. En su libro, Cagé insiste en que la información es tan importante para la salud de la democracia como la educación y que, por tanto, debe tratarse y ser protegida como un bien público.

Según el periodista Rafa Martí, un año después, la idea de Julia Cagé cobra más actualidad que nunca, en un momento en el que los medios de comunicación son señalados como el enemigo público número uno por parte de los populismos en Estados Unidos y en Europa. Un momento, también, en el que los hechos parecen estar desterrados por el lodo de la posverdad y las noticias falsas.

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