Peña Nieto habría costeado su campaña presidencial con dinero de Odebrecht

Luis Videgaray (izquierda) y Enrique Peña Nieto. / Twitter
Luis Videgaray (izquierda) y Enrique Peña Nieto. / Twitter

La constructora brasileña ha revelado que uno de los hombres más cercanos del presidente recibió millones de dólares en sobornos durante la campaña del hoy mandatario en 2012.

Peña Nieto habría costeado su campaña presidencial con dinero de Odebrecht

La seguidilla de escándalos de la constructora Odebrecht empieza a terminar de asentarse en la política mexicana, pues los tentáculos de estas redes de sobornos han alcanzado nada menos que a Enrique Peña Nieto, presidente de México. Ya a mediados de agosto Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos de México (Pemex), había sido acusado por tres exdirectivos de la compañía brasileña de embolsarse 10 millones de dólares en sobornos. Aquello fue el preámbulo para la noticia que rompió los medios este lunes, que apunta indirectamente al presidente.

De acuerdo a la empresa Braskem, filial de Odebrecht, una empresa ligada a Lozoya habría recibido de ella un depósito de 1,5 millones de dólares en 2012, justo cuando el empresario formaba parte del equipo de campaña de Peña Nieto. "Acompañamos de tiempo completo toda la campaña del PRI, del partido PRI, y del actual presidente Enrique Peña Nieto. No sólo de él, sino también de su equipo", explicó hace cuatro años Carlos Fadigas, a la sazón director de Braskem, según se puede leer en una transcripción de un encuentro de aquél con un grupo de inversionistas y que ha sido publicada por el rotativo local Reforma, que a su vez lo obtuvo de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

Esta serie de documentos filtrados por MCCI revelan que el campamento del entonces candidato Peña Nieto recibió tres transferencias distintas por un valor que superaba los 1,5 millones de dólares. La empresa conectada a Lozoya llevaba por nombre Latin America Asia, con domicilio empresarial en las Islas Vírgenes, conectada por delatores y testigos protegidos por la justicia brasileña en la Operación Lava Jato con Lozoya. El origen de estas transferencias era Braskem, filial petroquímica de la constructora carioca, que para aquel año contaba construía una planta en Veracruz en sociedad con una constructora mexicana. Como era de esperarse, el hombre de confianza del presidente ha renegado de cualquier relación con Braskem así como haber tomado parte de actos ilícitos de Odebrecht en su país. En su favor argumenta que la Procuraduría General de la República (PGR) no tiene ninguna investigación abierta en su contra.

En agosto se supo que tres exdirectivos de la brasileña revelaron bajo juramento que entre 2012 y 2016 Lozoya se embolsó sobornos por un valor que subía hasta los 10 millones de dólares a fin de contar con su apoyo en la firma de contratos. Las delaciones, que cayeron en manos de El Quinto Elemento Lab, una organización de periodistas mexicanos, corresponden a altos mandos de la empresa (Luis Alberto de Meneses, Luiz Mameri e Hilberto da Silva), quienes aceptaron colaborar con la justicia para poder reducir sus respectivas penas, explica El País. Los tres hombres especificaron que Lozoya solicitó y recibió un total de 4,1 millones de dólares entre abril y noviembre de 2012, por lo que los depósitos se hicieron durante y después de la campaña que ganaría su amigo.

La semana recién pasada los supuestos nexos entre Odebrecth y Lozoya giraron de forma brusca y súbita. Santiago Nieto, fiscal especializado en delitos electorales, reveló que Lozoya mismo le había presionado para que no lo declarara culpable. El empresario de hecho fue más lejo, explicó Nieto, y le demandó una disculpa pública. El fiscal fue cesado de su puesto el viernes de la semana pasada por haber violado el código de conducta de la PGR, según dio ésta a conocer en un comunicado. Otra vez, Lozoya negó los hechos y adelantó que demandará a Nieto por haber violado sus derechos.

Las acusaciones por los posibles nexos entre el empresario mexicano y la empresa brasileña llegan todavía más allá de una relación bilateral. Lozoya es uno de los hombres que se sientan en la mesa redonda de Peña Nieto, uno de los pocos presidentes que se las ha ingeniado para evadir los tentáculos de esta serie de escándalos de corrupción que sí que han echado hasta raíces en otros gobiernos de América Latina. O al menos lo había logrado hasta ahora.

Ya era de conocimiento popular que Peña Nieto se había reunido en 2010 con Marcelo Odebrecht, mandamás de la gigante constructora, aunque en aquella época el presidente era gobernador del Estado de México. Para este lunes, la MCCI reveló que ambos volvieron a verse las caras en 2011 en Toluca, en el Estado que gobernaba el priísta, que a la sazón ya empezaba a sonar como candidato presidencial. De acuerdo a varios correos electrónicos incluidos en las carpetas por la investigación del caso Lava Jato, los dos personajes volvieron a reunirse en noviembre de 2012, justo antes de que Peña Nieto asumiera como presidente de su país. Todavía algo inquieto, el ya presidente charló con Fadigas, quien luego revelaría a un grupo de inversionistas que él y sus chicos ya habían "tenido conversaciones con el Gobierno de México, no solo con el presidente Enrique Peña Nieto, también con Emilio Lozoya, actual presidente de Pemex, y me parece que la dirección en la que quieren ir, es muy coherente con la campaña”.

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