El Parlamento turco aprueba que el país pase a un régimen presidencialista

Recep Tayyip Erdogan se ha salido con la suya y ha conseguido que el Organismo Legislativo aprobara la noción de convertir a Turquía en un régimen presidencialista. El hemiciclo de Ankara ha aprobado en la segunda votación la propuesta presentada por el oficialismo con 339 votos a favor, superando los 330 de ley. Ahora, esta medida está a la espera del filtro final, que será un referendo nacional a celebrarse en abril, anunció Numan Kurtulmus, portavoz del Organismo Ejecutivo.

El Congreso ya ha hecho su parte, no sin antes haber desatado un par de golpes entre los partidarios del mandatario y los opositores. Esta reforma a la Constitución hará que el presidente de turno, en este caso Erdogan, se deshaga de la figura del primer ministro y se transforme en el mandatario definitivo ya no sólo del Estado, sino también del Gobierno. A la vez, tendrá facultad para elegir él mismo a sus ministros y será investido con más posibilidades de gobernar por decreto o declarar estado de emergencia. La idea del oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) pretenden darle equilibrio al país. El poder estará unificado y fuerte al momento de luchar contra el terrorismo e incluso zanjar complicaciones económicas, bendijo Binali Yildirim, primer ministro del país.

Las reacciones a este polémico veredicto parlamentario no se hicieron esperar. Human Rights Watch, una organización que vela por el cumplimiento de los derechos humanos, emitió un comunicado en el que critica las razones y proceder del partido de Erdogan, que tomó como inspiración el modelo gubernamental de Estados Unidos, mas obviaron que en el gigante del norte, la Casa Blanca llega hasta donde el Organismo Legislativo y el Organismo Judicial le permiten. Entre tanto, la oposición parlamentaria ve en este paso una especie de movida chavista, pues se limitan las facultades del Congreso como el centinela del proceder del Ejecutivo, que arrebata para sí mismo la facultad de nombrar a quienes manden en los grandes órganos judiciales del país.

La oposición misma ha denunciado presiones a sus colegas oficialistas, quienes debieron votar siguiendo órdenes e intimidaciones que llegaron desde los despachos principales del AKP. "Si todos los diputados hubiesen votado libremente y de acuerdo con su conciencia, la reforma no habría sido aprobada", reportó Kemal Kiliçdaroglu, jefe de la oposición. Kiliçdaroglu ha tomado desde ya el rol del principal detractor de esta reforma constitucional, la cual demandará ante el Tribunal Constitucional y encabezará una campaña en pro del no para la consulta de abril.

El país presenció el bochornoso combate a mano limpia que libraron los parlamentarios en la primera votación para esta reforma, algo que anticipa lo que vendrá a partir de aquí y hasta que se tenga el resultado final de la consulta primaveral. En aquella batalla campal hubo puñetazos, objetos arrojados vehementemente y hasta hubo un legislador que denunció haber sido mordido por un contrincante. Para la segunda votación, fueron las mujeres las encargadas de repetir este lamentable episodio, iniciado por Aylin Nazliaka, quien no pertenece a ningún partido, al esposarse a sí misma al atril como protesta a la noción, lo cual levantó de sus asientos a las legisladores islamistas para obligarla a moverse, acción que a su vez hizo que las kurdas acudieran en rescate de Nazliaka. El resultado final de la trifulca fue de tres diputadas llevadas a un hospital.

Y a todo esto, el presidente turco parece tener el panorama despejado para que su proyecto sea aprobado en las urnas. Su partido, el AKP, obtuvo el 49.5% de los votos en los últimos comicios, un porcentaje que podría subir considerando que el fallido golpe de Estado de julio pasado no hizo sino disparar su popularidad entre la población. Por si fuera poco, por su despacho pasa prácticamente toda la información que los medios publican. @hmorales_gt