¿Tiene realmente Luís Villares un discurso quintanista similar al de Leiceaga?

Luis Villares.
Luis Villares.

Si se confirma esa tendencia del candidato de En Marea, contrastaría con el perfil de algunos de sus acompañantes en las listas para las elecciones gallegas, pero sobre todo con la falta de un programa y una línea cohesiva.

¿Tiene realmente Luís Villares un discurso quintanista similar al de Leiceaga?

En lo poco que se le ha podido escuchar hablando de asuntos de fondo, el ex juez Luís Villares, ahora candidato de En Marea a las elecciones autonómicas de Galicia, brinda un discurso personal quintanista –similar al que tenía el ex vicepresidente de la Xunta Anxo Quintana–, tampoco muy distinto del que asume Xoaquín Fernández Leiceaga, el candidato del PSdeG - PSOE. Si se confirma esa tendencia del líder emergente de En Marea, contrastaría con el perfil de algunos de sus acompañantes en las listas, pero sobre todo con la falta de un programa y una línea cohesiva.

Tal vez tiene todo el sentido la pregunta retórica que se hace Manuel Veiga Taboada en el diario digital Sermos Galiza cuando se plantea si pueden las Mareas presentar un candidato con un ideario político muy semejante al de Leiceaga sin convertirse en algo así como la organización juvenil del PSOE, toda vez que hoy en día el concepto de juventud acostumbra a extenderse hasta los 40 años.

Tellado, lector de sentencias

En paralelo, el aparentemente moderado Luís Villares se hace acompañar en las listas de algún líder situado en la extrema izquierda independentista, lo cual casa mal con su intención de no abanderar –ni aceptar– nada que esté fuera de la legalidad constitucional. Todo parece indicar que el PP se dará cuenta y le afeará esa contradicción política, al tiempo que irá tirando de algunas de las sentencias del ex juez, en busca de la controversia electoral. En todo ello están trabajando componentes del equipo de Miguel Tellado, secretario general del PP de Galicia.

El anclaje a los referentes de la extrema izquierda tiene la ventaja para En Marea (y para Villares) de que fija el voto de ese sector minoritario, difícil de seducir ante las urnas, pero a la vez tiene el inconveniente de que cierra otras puertas si lo que quiere Villares –valiente al dar el paso que dio– es abrirse al conjunto de la sociedad gallega. No es una cuestión baladí, ya que ese tipo de audacias pueden dificultar el cambio político en Galicia, que es lo que sin duda pretende el candidato de las mareas, asociado con el socialista Leiceaga. Máxime cuando frente a ellos está su gran adversario común: Alberto Núñez Feijóo, el candidato del PP, que aspira a conseguir en las urnas su tercera mayoría absoluta.

En Europa, los partidos nacieron en torno a una ideología, para aglutinar a las distintas familias políticas: democristianos, liberales, conservadores, socialdemócratas, comunistas, nacionalistas...

Salvo que en Galicia alguien pretenda cambiar el curso de la historia, ésta demuestra que los partidos europeos nacieron en torno a una ideología, para aglutinar a las distintas familias políticas: democristianos, liberales, conservadores, socialdemócratas, comunistas, nacionalistas... En este contexto europeo, las mareas constituyen –de momento– una amalgama puramente electoral, capaces de buscar un candidato sin tener programa ni ideología clara.

Salta a la vista que Luís Villares no habla como los de la Marea clásicos, y que tiene poco que ver con Xosé Manuel Beiras y sus soflamas. Pero su aparente moderación –en términos de centralidad política– resulta que intenta ser compatible con las ideas de la secretaria general del Partido Comunista de Galicia, independentistas comunistas como Mariano Abalo, sindicalistas de CC OO y de la CIG, ex militantes del BNG descartados, ex miembros de CxG, etcétera. 

En el BNG tenían a Paco Rodríguez...

Alguien podría comentar que algo así ya lo hizo con cierto éxito el BNG, al unir en su asamblea de A Coruña de 1982 distintas familias ideológicas en el eje izquierda - derecha, pero el BNG tenía –y tiene– un eje común: el nacionalismo gallego, la fortaleza organizativa de la UPG y el crédito personal de Paco Rodríguez. A Luís Villares, que también es nacionalista y estuvo a punto de formar parte del equipo de Anxo Quintana, le falta de momento ese eje común, tanto en la definición ideológica y programática como en la formación de su equipo. En definitiva, le falta cohesión, lo cual puede tener su explicación a estas alturas de la película, pero no por ello dejaría de ser cierto. Lógico, por tanto, que alguien como el alcalde coruñés Xulio Ferreiro defienda con tanto empeño el partido instrumental. Parece lo mínimo necesario.

Ante este tipo de situaciones también suele replicarse que el poder une, por lo que si, el 25-S, el resultado de la candidatura de Luís Villares es bueno no pasará nada. Puede ser, pero en el mismo espacio de las mareas –incluso bajo el liderazgo de un veterano como Xosé Manuel Beiras– se produjo el caos del grupo parlamentario de AGE –formado sólo por EU y Anova–, donde empezaron con 9 y acabaron con 6 diputados. Ahora en las mareas son muchos más que dos partidos (aunque Podemos se quede al margen), y Beiras ya no está... @J_L_Gomez

Xulio Ferreiro. / Xurxo Lobato
El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro. / Xurxo Lobato
Xulio Ferreiro tiene sus razones
El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, principal artífice de la designación de Luís Villares como candidato de las mareas a las elecciones autonómicas de Galicia, es el gran abanderado del partido instrumental para integrar –dicho en pocas palabras– todo aquello que surgió del 15-M. Es una alternativa que Podemos no quiere ver, de ahí que prefiera la coalición, a riesgo de romper con las mareas, pero sí es una solución para evitar los problemas de anteriores coaliciones, como AGE, cuyos resultados no fueron buenos, como él mismo reconoce. En la lógica interna de la política gallega, Xulio Ferreiro tiene sus razones. Visto desde Madrid, Podemos no lo percibe igual, a riesgo de no existir –no ahora sino en el futuro– en una parte de España.

 

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