Luchar contra el yihadismo requiere corregir una política exterior que genera rencor y terrorismo

Jeremy Corbyn. / RRSS
Jeremy Corbyn. / RR SS

También requiere un FBI europeo. Jeremy Corbyn ha sido el primero de los principales políticos europeos que ha puesto el foco en la política exterior británica como cogeneradora de la amenaza yihadista, sin que este reconocimiento suponga disminuir la culpabilidad de los asesinos yihadistas.

Luchar contra el yihadismo requiere corregir una política exterior que genera rencor y terrorismo

Jeremy Corbyn ha sido el primero de los principales políticos europeos que ha puesto el foco en la política exterior británica como cogeneradora de la amenaza yihadista, sin que este reconocimiento suponga disminuir la culpabilidad de los asesinos yihadistas. El dolor que las intervenciones occidentales generan en el Norte de Africa o Oriente Próximo alimenta el terrorismo. Por otra parte, la lucha contra el terrorismo islamista requiere un FBI europeo.

Una vez más nos ha conmovido  la última expresión del odio yihadista: el reciente atentado de Mánchester, con su elevado tributo de vidas humanas. Una vez más los terroristas eligen matar durante manifestaciones colectivas de ocio público, tan propias de la manera de vivir en nuestra Europa. Los asesinos no sólo quieren hacer todo el daño que puedan, sino que intentan que renunciemos a nuestro modo de vida.   

Será difícil luchar contra el yihadismo sino entendemos sus orígenes y desarrollo. Como ha dicho recientemente el líder laborista británico, Jeremy Corbyn, muchos de los profesionales de los servicios británicos de seguridad e inteligencia reconocen que la política exterior británica del próximo pasado ha potenciado la amenaza yihadista, con sus intervenciones armadas (comenzando por la invasión de Irak en el 2004) . Sin que este reconocimiento, como afirma el propio Corbyn, suponga reducir en absoluto  ni la culpabilidad terrorista ni la necesidad de luchar contra el yiihadismo con todas las armas que pueda usar una democracia.

 El mes pasado las fuerzas de la  coalición antiyihadista causaron la muerte a 244 civiles no combatientes, muchos de ellos niños. Tenemos que entender que el dolor causado por nuestros dirigentes políticos se vuelve recurrentemente contra nosotros. Comprenderemos mejor el fenómeno del yihadismo para combatirlo cuando sepamos relacionar las intervenciones militares occidentales (muchas veces dirigidas a controlar la producción de petróleo) con el incremento sustancial del terrorismo yihadista.

Sin embargo,  esta necesidad de pensar (y actuar) con relación  a la intervención occidental en el Oriente Próximo y Norte de África no perjudica la necesidad de adoptar medidas eficaces y coordinadas, comenzando por la coordinación europea de sus policías y servicios de inteligencia. Hace falta *construir desde la Europol un auténtico FBI europeo que coordine la vigilancia e información sobre los yihadistas y, sobre todo, respecto de su labor de proselitismo, haciendo posible que la respuesta contra el terrorismo sea continental. Al mismo tiempo, los británicos deberían entender que el Brexit reducirá su seguridad, a fin de poder corregir esta reducción adoptando  con la UE los mecanismos de cooperación policial y de inteligencia precisos para que el terrorismo reciba una respuesta unitaria desde las dos orillas del Canal.

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