¿Puede ser una independencia light el mal menor para el problema de Cataluña?

Mapa de España.
España, un país diverso.

El problema territorial español no es particularmente difícil; son los actores quienes lo hacen mal y quienes descartan una razonable y duradera acomodación.

¿Puede ser una independencia light el mal menor para el problema de Cataluña?

El problema territorial español no es particularmente difícil; son los actores quienes lo hacen mal y quienes descartan una razonable y duradera acomodación.

Sin duda, el separatismo no tiene per se ninguna particular excelencia moral (ojo: con matices, pues no conozco español que condene las separaciones americana e irlandesa). Pero tampoco la tiene el centralismo. Quienes ahora dicen añorarlo olvidan la pobreza, la marginación, la decisión de todo desde Madrid, la mermelada sólo para el centro de la tostada, y otras cosas que aún duran hoy (si es que no se están reeditando). Comparen los nostálgicos centralistas la España de 1900 con USA, Alemania o Suiza de entonces, y díganme si quieren volver a aquello (y no me respondan “sí, pero sin sus inconvenientes”, porque nadie quiere los inconvenientes de nada).

Ahora bien, aunque el separatismo no fuera bueno a priori, el autogobierno lo es (ahí están USA, Suiza, Canadá y hasta Navarra). Y sensu contrario, aunque el centralismo no sea bueno, la integración, aparte de hoy inevitable, parece ser buena (con un caveat, pues hay muchas y muy distintas). Problema: ¿cómo compatibilizar la fuerza centrípeta y la centrífuga; cómo equilibrar autogobierno local con integración general? Y, ¿quién integrará sin uniformar? Madrid, desde luego, no, y —últimamente— tal vez ni la propia UE.

Con todo, la historia muestra que un razonable grado de acomodación ya se ha alcanzado muchas veces. El problema territorial español no es particularmente difícil; son los actores quienes lo hacen mal y quienes descartan una razonable y duradera acomodación.

¿Probabilidades de que PP-PSOE y demás acepten perder poderes sustanciales? Siendo realistas, pocas

 

¿Qué partido tomar, entonces, ante el conflicto catalán? Esto no es una ciencia exacta pero, descartada la razonable acomodación porque pocos la quieren, tal vez lo menos malo sea una independencia con condiciones, tales como aceptar la Corona, carecer de ejército, garantizar la libre circulación, respetar los derechos de los españoles que permanezcan allí, etc… O sea: que se termine toda relación formal de subordinación del poder público catalán al español, pero que no se terminen las relaciones entre las sociedades y las personas. (No se discute que, en la práctica, todos somos interdependientes).

¿Probabilidades de que PP-PSOE y demás acepten perder poderes sustanciales? Siendo realistas, pocas. Estando España, como está, lanzada a la recentralización de todo lo posible (población, empleo, PIB, recursos, sedes empresariales, ciencia, banca, comunicaciones), ¿va a admitir por gusto el autogobierno periférico? No pocos votantes del PP siguen esperando la desaparición de las autonomías, o al menos que pierdan sanidad y educación (o sea, el 75% de lo que hacen). No pocos evitan comprar productos catalanes, y hace unos años firmaron a millones “contra Cataluña”. ¿A qué seguir fingiendo armoniosas unidades españolas?

¿Qué autogobierno real puede la periferia esperar del PP-PSOE? ¿Del art. 149 de la Constitución? Como mucho, ejecución vigilada y fórmulas legales desvirtuables desde dentro (un poco como en 1978, en realidad). No cuestiono la sinceridad de nadie, pero, ¿se imagina alguien a España admitiendo que un hipotético Bundesrat bloquee el 35% de las leyes centrales; que Extremadura tenga una Constitución y la cambie unilateralmente a placer, que León cree un TC, o que Asturias, imitando a Delaware se convierta en un paraíso fiscal?¿Se imagina alguien a Moncloa admitiendo que haya algunas materias autonómicas, aunque sean pocas, en las que no tenga NADA que decir, ni siquiera con un Montoro esgrimiendo el art. 135 de la Constitución?

Si este problema no es peor que Ulster o Sudáfrica, alguna vez tendrá que terminar

 

Concluyo. No más parcheados cortoplacistas, por favor, por el bien de todos. Si este problema no es peor que Ulster o Sudáfrica, alguna vez tendrá que terminar. Si las diversas razonables acomodaciones no van a ser viables, porque nadie va a jugar limpio, ¿por qué tener miedo a una independencia light?

Como muchos gallegos, he visto en veinte años recomponerse parcialmente las relaciones entre las antiguas Galicias Lucense y Bracarense bajo el común paraguas de la UE. Los intercambios comerciales, laborales, académicos y de todo tipo se han hecho rutina; sin excluir matrimonios. Ir a Braga o Porto desde aquí ya no es viajar.

¿Alguien cree seriamente que una vez pasado el desencuentro inicial, las relaciones España-Cataluña no iban a ser por lo menos como las de Galicia-norte de Portugal, y aun al cuadrado?

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