¿Un buen día para desmitificar el sistema republicano?

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Constitución del primer ayuntamiento republicano en A Coruña.

Las repúblicas eligen a su jefe de Estado mediante elecciones mientras que en las monarquías ya se nace heredero de ese puesto: a primera vista un sinsentido que podría no serlo tanto.

¿Un buen día para desmitificar el sistema republicano?

En ambos sistemas hay ejemplos muy negativos y también muy favorables. No es lo mismo las repúblicas de Irán, Venezuela o Siria, que las de Francia o Alemania, como tampoco es lo mismo la monarquía de Arabia Saudita o Suazilandia, que las de Suecia, Dinamarca, o el Reino Unido. En los regímenes democráticos el poder reside en el pueblo y se ejerce mediante un Parlamento elegido por votación directa y que a su vez elige un Primer Ministro como cabeza del poder ejecutivo. La república tiene la ventaja de que todos los cargos son electos, mientras que la monarquía, aún siendo poco racionaĺ que alguien pueda nacer con la carrera terminada, tiene la ventaja de que el Jefe de Estado no es un hombre de partido y por lo tanto le resulta más sencillo representar a todos los ciudadanos. Visto serenamente podemos apreciar que ninguna opción es la panacea y que son las constituciones y la separación de poderes los que hacen a un país democrático.

Hoy hace 86 años que en España se proclamó la II República, y diversos grupos aprovechan para vendernos la bandera tricolor como la solución a todos los males lo que es tergiversar los hechos porque en este país ni la primera república ni la segunda solucionaron problema alguno, más bien al contrario, terminaron dejando las cosas mucho peor de lo que estaban. Hay ya varias generaciones que han crecido con la idea de que las víctimas eran de un bando y los culpables de otro, cuando las cosas no fueron así. La II República fue proclamada que no refrendada. Las elecciones convocadas para el día 12 eran municipales aunque luego, tras la toma de la calle y la proclamación de la República en Eibar primero y luego en el resto de España, se hicieron parecer como plebiscitarias cuando la realidad es que estaban convocadas elecciones parlamentarias constituyentes que no llegaron a celebrarse. Es estas y no en las municipales, era donde se iba a limitar los Poderes del Estado recortando los del Rey y buscando solución al problema catalán.

Los republicanos habían ganado en 41 de las 50 capitales de provincia aunque los monárquicos habían ganado en número de concejales gracias al voto rural (algo idéntico a como Trump ha ganado las elecciones en Estados Unidos). Mi abuelo fue uno de los concejales del primer ayuntamiento republicano de A Coruña. Llegó rebosante de ilusiones y llevó adelante importantes mejoras sociales, pero acabó dimitiendo porque seguía viendo nepotismo y corrupción, algo que va con las personas y no con el sistema. Son estas las que cambian las cosas y no los regímenes. Aún siendo elecciones municipales podríamos admitir que una mayoría de españoles querían constituirse en república, pero sería falsear la realidad. Los comunistas, que entonces eran leninistas y admiraban a Stalin, solo votaron la república como un paso hacia la revolución como pudo comprobarse, y exactamente igual fue el voto anarquista con su potente sindicato, la CNT, un medio para debilitar el estado antes de abolirlo. Tampoco los nacionalistas votaron un sistema para España, simplemente era un paso para proclamar la independencia, lo que hizo Cataluña el mismo día 14. Estos hechos son los que ponen en duda la legitimidad que ahora se enseña. Esta legitimidad no existió como tampoco fue legitimo que Franco sometiese a España a una dictadura de 40 años aún vendiéndonos paz y progreso. Ninguna dictadura puede ser legitima y mucho menos si no entrega el poder, algo que Franco no hizo porque la verdadera restauración es la abdicación de D. Juan, el legítimo heredero.

Otro hecho de la mitología de la memoria histórica es que olvida que no solo hay víctimas de un bando, que hay muertos del otro lado, los 6.700 religiosos asesinados con las iglesias quemadas, o los abundantes fusilamientos  no son menos bárbaros que los acontecimientos de Badajoz o los paseíllos de Falange. No deberíamos utilizar estos argumentos hoy. ¿que sentido se encuentra en analizar quien cometió más crímenes de guerra hace 90 años si los protagonistas están muertos? Lo único que deberíamos preguntarnos es si queremos que el Jefe del Estado tenga amplios poderes al estilo de Estados Unidos, Venezuela, o Francia, por ejemplo, en cuyo caso esa persona debería ser electa y por lo tanto se hace necesaria una república, o preferimos un Jefe de Estado representativo al estilo de Alemania, Italia o todas las monarquías europeas, en cuyo caso la monarquía es un buen sistema. Cada uno tendremos nuestro sentimiento, pero lo que parece cierto es que el sistema elegido no resuelve los problemas ni tampoco es un obstáculo para resolverlos, por lo que hay que dejar de usarlo como argumento. Lo único que hace a una nación democrática es la separación de poderes - judicial, legislativo, y ejecutivo - y la forma de elegirlos, así que pidamos a los partidos que prioricen la reforma de la ley electoral, la independencia judicial, y todas las reformas previstas en los pactos del PP con Ciudadanos y de este con el PSOE, y si es posible consensuarlo todo con Podemos y los nacionalistas, y si para ello hay que enmendar la Constitución se hace. Luego ya hablaremos de otros temas o simplemente incluirlos en el programa electoral y obtener la mayoría necesaria para llevarlos a cabo.

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